Una “valkyria” más asequible
Bautizado como Valhalla el pasado verano, fue novedad hace un año en el Salón de Ginebra 2019, todavía como proyecto AM-RB 003 para dejar claro que se trataba del tercer fruto de la colaboración entre Aston Martin (AM) y Red Bull (RB).
En alusión al paraíso vikingo a dónde llevaban las valquirias a los guerreros caídos, el Aston Martin Valhalla sigue la tónica de la nomenclatura escandinava que ya inició el “Valkyrie” (en realidad debería haberse llamado Walhälla, pero al parecer el nombre ya estaba registrado, además así empieza por “V”, como los Vulcan y Valquiria)…
Dotado de una línea continuista respecto al Vanquish Vision Concept, el diseño final de producción permitirá aún mayores variaciones de los bordes de ataque y salida respecto a este prototipo, capaces de dar una respuesta instantánea a los cambios del estado dinámico del vehículo. Su imagen general se asemeja mucho a la del Valkyirie, pero con un distinto diseño de faros y grupos ópticos posteriores que le aseguran una identidad propia; así su diseño de faros es único, pero los focos internos son los mismos del Valkyrie debido a su ligereza (de hecho, las cuatro unidades combinadas pesan menos que un solo faro del DB11). Igualmente buscando la máxima ligereza el bastidor y la carrocería han sido hechos en fibra de carbono, bajo una estructura monocasco.
La apertura de puertas es como en el Valkyrie, en forma de élitros hacia adelante, mordiendo también el techo, y todo el coche ha sido diseñado bajo la llamada “ergonomía de Apex”, basada en la perfecta alineación entre la línea central de la espalda, el volante y los pedales, y la cuidadosa colocación de los demás elementos en la cabina para facilitar esta disposición centrada en el conductor. Además, una pantalla montada en la columna de dirección permite una visualización óptima sin estorbos detrás del volante, y los sistemas de infoentretenimiento utilizan la tecnología de conectividad «bring your own» a través de un teléfono móvil, en beneficio de la máxima eficiencia, funcionalidad y flexibilidad.
Pero en el Valhalla, Aston Martin ha refinado al máximo las técnicas de construcción; muchos de sus componentes del interior del habitáculo han sido realizados mediante la impresión en 3D, como es el caso de la consola central, apoyada en el diseño por ordenador (CAD) para crear las formas más difíciles y visualizarlas de antemano.
Aston Martin AM-RB 003 Valhalla: «supercar» híbrido
Dotado en esta ocasión de un propulsor V6 turboalimentado e hibridado situado en posición central, anuncia el regreso a los motores de diseño propio avanzando una potencia de 1.000 CV y un peso de escasamente 1.400 kg. Sus prestaciones son realmente estratosféricas y anticipa que cubrirá el 0-100 km/h en 2,5 segundos y que alcanzará los 350 km/h). Adopta numerosas tecnologías aeroespaciales, así como heredadas de la competición, pero con un planteamiento menos radical que el del Valkyrie, buscando un uso más práctico, que se revela ya desde el mismo diseño de la cabina, más grande y con más espacio entre conductor y pasajero, lo que permite una consola central más ancha, así como un maletero mayor, situado por detrás de los asientos.
Diseñado por el “mago” Adrian Newey (director técnico del equipo de Fórmula 1 Red Bull Racing), incorpora múltiples novedades, tanto mecánicas como de chasis. Entre las primeras destaca un circuito de lubricación por cárter seco (Nexcel), similar al probado en el Vulcan durante las 24 Horas de Nürburgring, en las que demostró un excelente rendimiento, y que ahora se introduce por vez primera en un coche de calle (asegura el cambio de aceite en menos de 90 segundos). Entre las segundas, sobresale la tecnología aerodinámica espacial Flex Foil, utilizada por la NASA, aplicada al alerón posterior y que modifica la sustentación del vehículo y la carga aerodinámica sin cambiar el ángulo físico de todo el elemento, lo que da como resultado una mayor eficiencia y un menor ruido del aire. Además, se eliminan prácticamente la turbulencia y el aumento del arrastre asociado que se encuentran en los actuales diseños de alerones activos de «última generación».
En todo caso, en Gaydon no esperaban poder hablar de modelos de producción final hasta finales de 2020 o principios de 2021, y ahora, con la crisis del coronavirus, lo más probable es que los 500 ejemplares programados no se terminarán de montar ni siquiera en el próximo año, con lo que puede que asistamos a algunos cambios de última hora no previstos el año pasado. Especialmente en lo que atañe a su carácter híbrido y a sus motorizaciones eléctricas, porque en la parte del motor de combustión y el chasis ya está todo decidido, desde las suspensiones activas de barras superpuestas tipo “pushroad” al cambio secuencial de 8 marchas, pasando por la tracción total a las 4 ruedas.
Red Bull Advanced Technologies se ha encargado de poner a punto estos apartados, mientras que la firma de Gaydon se ha centrado en ajustar un programa híbrido enchufable de altas prestaciones al nivel de los que disfrutan los Mercedes-AMG One o el Ferrari SF90 Stradale. En cualquier caso, se trata de un superdeportivo híbrido en la línea del Valkyrie, pero buscando un público algo menos exigente y elitista (si por tal se entiende una clientela potencial dispuesta a pagar un millón de euros por el coche). Por eso y aunque se trate de una edición limitada, con su “modesto” motor V6 biturbo central (en lugar del V12 del Valkyrie), Aston Martin prevee un total de 500 unidades, que no son tan pocas tratándose de un “supercar”.
Montado en el centro de rendimiento avanzado de Aston Martin en Milton Keynes, la encarnación final del proyecto AM-RB 003 verá posiblemente la luz a fines del presente 2020 (con permiso del Covid-19), o bien entrado ya el 2021, pero de momento sigue siendo un proyecto pendiente, y en las presentes circunstancias nadie se atreve a asegurar ni fechas ni precios…