Jorge Fernández
En la fase final de pruebas
El Aston Martin Valhalla ya está casi listo, y se encuentra realizando sus ultimas pruebas de validación en España y Reino Unido, siendo el primer supercar híbrido enchufable y con motor central de producción en serie, del que solo se fabricarán 999 unidades.
Aston Martin da un paso de gigante con este superdeportivo que fusiona la tecnología orientada al rendimiento de Aston Martin Performance Technologies y la experiencia en la Fórmula 1 con un diseño espectacular y una dinámica de conducción extraordinaria, el Valhalla es un auténtico hypercar de capacidades extraordinarias.

Si bien el 90% de las características dinámicas y la puesta a punto del vehículo se han realizado en el simulador, la fase final de desarrollo se está completando en carreteras abiertas y en circuitos. Estas últimas se están llevando a cabo en las instalaciones de IDIADA en España y Reino Unido, con pruebas de control en seco y mojado, o a altas velocidades en pista, realizando calibraciones en la dirección, el rendimiento térmico del sistema de frenado, la aerodinámica activa y los amortiguadores.
Aerodinámica superior
Si nos fijamos en la aerodinámica del vehículo, esta ha sido cuidada al máximo empleando todos los elementos de la carrocería para generar carga aerodinámica y minimizar la resistencia, beneficiándose de sistemas aerodinámicos activos tanto en la parte delantera como en la trasera, que generan más de 600 kg de downforce a una velocidad de 240 km/h.

De esta forma el Valhalla puede adaptar constantemente la carga aerodinámica delantera y trasera para maximizar el agarre, el equilibrio y la consistencia; o reducir la resistencia en función de la situación y del modo de conducción seleccionado. Esto permite a los conductores extraer lo mejor del chasis y los neumáticos del Valhalla en toda la gama de prestaciones del coche.
Al igual que el AMR23 de competición, el Valhalla cuenta con alerones delanteros y traseros formados por múltiples elementos, aunque el delantero queda oculto a la vista y puede estar plano en posición DRS para reducir la resistencia aerodinámica o inclinado hacia arriba para generar una enorme carga directamente delante de las ruedas delanteras. Detrás del splitter delantero la superficie bajo el suelo es cóncava, creando una zona de baja presión que genera carga aerodinámica adicional.

El alerón trasero es plano para dar forma a las bellas y limpias líneas del coche, al tiempo que genera un nivel básico de carga aerodinámica con una resistencia mínima. Sin embargo, en modo circuito se eleva para maximizar su efectividad. El coche gestiona activamente el ángulo de ataque del alerón para equilibrar continuamente la carga aerodinámica máxima y el DRS, con el fin de maximizar el rendimiento.
Aston Martin Valhalla: PHEV de rendimiento extremo
El Aston Martin Valhalla es el primer modelo en montar un motor V8 de doble turbo, 4.0 litros de cilindrada en posición central. Sin embargo, en esta ocasión el fabricante de Gaydon recurre como primicia en la marca en un modelo de producción, a un sistema hibrido enchufable que desarrolla una potencia máxima conjunta de nada menos que 1.079 CV (1100 Nm). Con estas credenciales sobresalientes es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y alcanzar 350 km/h de velocidad máxima, eso sí, limitada electrónicamente.

Este rendimiento extremo se desarrolla a partir de un motor térmico de cigüeñal plano que desarrolla 828 CV de potencia, sumado a tres motores eléctricos (E-motors) que proporcionan 251 CV más. La transmisión se realiza a través de una caja de cambios de doble embrague con 8 velocidades que incorpora un motor eléctrico (e-Motor) y un diferencial trasero electrónico (E-diff). Los otros dos motores eléctricos se ubican en el eje delantero (uno por rueda), facilitando la vectorización del par y estableciendo un sistema de tracción total.
Cockpit de competición
Como no podría ser de otra forma, la ergonomía del puesto de conducción del Valhalla también se beneficia de las indicaciones directas de la Fórmula 1. La posición al volante se ha optimizado, proporcionando al piloto un control superior, al nivel de un coche de carreras, con el fin de maximizar el placer de conducción.

Los talones están elevados por un falso suelo que también contiene módulos electrónicos, y el asiento de tipo bucket de fibra de carbono puede reclinarse para lograr una posición más parecida a la del monoplaza AMR23, sin dejar de ofrecer la comodidad de un coche de carretera. Esto ayuda a mantener una línea de techo baja y garantiza que el conductor se sienta realmente conectado al coche.
La producción de las 999 unidades del Aston Martin Valhalla empezará en el segundo trimestre de este mismo año.