El Aston Martin DB5 cumple 60 años

15 octubre, 2023
Jorge Fernández

Un icono del automovilismo y el cine

El pasado mes de septiembre, el Aston Martin DB5 cumplió 60 años desde su creación, y la marca de Gaydon lo quiere celebrar por todo lo alto, confirmando que sigue siendo un fabricante de deportivos de lujo de primer nivel, como bien lo demuestra el Aston Martin DB12, su último modelo de la saga DB.

Antes de recorrer la mítica historia de tan ilustre deportivo, hay que recordar que las siglas DB corresponden a las iniciales de David Brown, propietario de la marca desde 1947 y que dieron nombre a los deportivos más emblemáticos de la marca británica.

El Aston Martin DB5 cumple 60 años

Corría el año 1963 y el Aston Martin DB4 (presentado en 1958), se vendía bastante bien, pero en ese momento existía una dura competencia con otros fabricantes de deportivos de lujo, así que ese mismo año, en el Salón del Automóvil de Frankfurt se presentó a su sucesor: el Aston Martin DB5. Este sería un buen momento para soltar la expresión «y el resto es historia…», pero aquí queremos contaros un poco de esa historia.

Un debut de cine

La presentación del Aston Martin DB5 fue un rotundo éxito, con un público entusiasmado y con mucha gente famosa adquiriendo el ya mítico deportivo, como Paul McCartney, Peter Sellers, Mick Jagger o George Harrison, contribuyendo a que la marca se convirtiese en una superestrella mundial del automóvil. A esta condición contribuyó en gran medida el papel que jugó el Aston Martin DB5 en el cine, ya que un año más tarde, fue el modelo elegido por James Bond para moverse con mucho estilo en la tercera película de la saga del Agente 007, convirtiéndose «ipso facto» tanto en icono del automovilismo como del cine, con su aparición posterior en muchas de sus películas. Recientemente, en 2018, la marca reeditó como Goldfinger DB5 Continuation 25 unidades del modelo que apareció en la película, modificado con los mismos «gadgets» del espía.

La bella carrocería coupé 2+2 (y más tarde descapotable) de aleación de magnesio firmada por Carrozzeria Touring Superleggera, se produjo en la factoría y sede de la marca en Newport Pagnell, Buckinghamshire, durante algo más de dos años. En ese tiempo, el Aston Martin DB5 se comercializó tanto con carrocería berlina como descapotable (Volante), con solo 887 unidades fabricadas del primero y 123 del segundo, además de 12 versiones Shooting Break hechas a medida para clientes selectos.

El Aston Martin DB5 montaba un potente motor 6 cilindros en línea (Marek l-6) de aluminio con 4.0 litros y 282 CV derivado del 3.7 de 243 CV que equipaba el anterior Aston Martin DB4. La potencia extra servía de punta de lanza de una serie de cambios técnicos como la introducción de tres carburadores y una nueva y robusta transmisión ZF de 5 velocidades.

El Aston Martin DB5 cumple 60 años

El culmen del modelo lo representó la versión de alto rendimiento Vantage, dotado de un mejorado árbol de levas y tres carburadores Weber SU (modelo HD-8) que desarrollaban 329 CV. El modelo alcanzaba los 240 km/h, siendo «El GT de cuatro plazas más rápido del mundo» según el anuncio de la época.

El exclusivo equipamiento incorporaba asientos reclinables, alfombrillas con moqueta de lana, un acabado del habitáculo en cuero integral e incluso un extintor de incendios, estrenando algunas características técnicas novedosas, como los elevalunas eléctricos y la posibilidad de equipar aire acondicionado, respondiendo así a la demanda de unos clientes cada vez más sofisticados y exigentes.

En la parte técnica contaba con suspensión delantera independiente y trasera de eje vivo con brazos radiales y conexión de Watt (sistema de tres barras articuladas que permiten el movimiento vertical del eje de un vehículo, pero no su desplazamiento lateral), radiador de aceite, depósitos de combustible gemelos y ruedas con radios de alambre cromadas entre otras cosas.

La conducción del Aston Martin DB5 requería fuerza y ​​determinación, la que pedía su dura transmisión ZF y que en curvas a baja velocidad exigían mover con soltura su fino volante, resultando la tercera velocidad ideal para afrontar curvas amplias de hasta 130 km/h, siempre regalando un vibrante sonido procedente de su 6 cilindros. Los frenos de disco a las cuatro ruedas permitían un mayor control de las frenadas, debiendo anticipar estas para colocar el coche en la entrada de la curva, para acelerar a la salida de la misma sin anticiparnos, ya que esa acción conllevaba como resultado el deslizamiento prematuro del eje trasero, producido en gran medida por sus neumáticos de capas cruzadas (anteriores a los más efectivos radiales).

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