Prueba: Mercedes GLA 220 CDI 4Matic

17 octubre, 2014
JUAN ROBREDO

El «semi SUV»

A Favor
• ­ Imagen muy atractiva
• ­Comportamiento en ruta
• ­ Prestaciones brillantes
• ­ Consumos contenidos
• ­ Buena presentación y confort
En contra
• ­ Visibilidad posterior mejorable
• ­ Cambio DCT un poco lento
• ­ Rumorosidad en frío
• ­ Diámetro de giro

El GLA de Mercedes se presenta como un SUV compacto bajo un formato más turismo de lo habitual. Con 4,4 m de largo, cambio automático 7G-DCT de siete relaciones y tracción a las 4 ruedas de reparto totalmente automático (4Matic), este GLA con el diesel 2.2 de 170 CV constituye una excelente alternativa por menos de 40.000 euros.

Este GLA va bastante más lejos de ser una versión “campera” de la Clase A, cuya misma plataforma de 2,7 m de batalla utiliza. Mide 4,42 m de largo y en general sus medidas son muy similares a las del “concept”… salvo la altura, que si aquél daba 1,58 m –en línea con las de los demás SUV compactos- se ha quedado en 1,49 m en el modelo definitivo, entre 5 y 10 cm menos que sus principales rivales, al mismo nivel por ejemplo que los Citroën C4 o Ford B-MAX, y casi igual que un Peugeot 308 o un Skoda Rapid/Seat Toledo. De este modo, no tiene un aspecto tan “mazacote” como otros SUV compactos.

Un diseño que marcará tendencia.- Estéticamente recuerda mucho a la Clase A y al CLA en su frontal, con la gran estrella de 3 puntas en medio de la parrilla de dos bandas cromadas. Destacan los soportes sobresalientes de parrilla, perfiles laterales y salidas de escapes integradas en el escudo inferior del paragolpes. Las barras de techo apenas sobresalen y de lado se aprecia un doble perfil (“dropping line”) que disimula su alta cintura y transmite un cierto toque dinámico a una silueta rematada por las llamativas llantas de 18” y cinco radios en diseño de turbina calzadas con neumáticos 235/50 R18 (de serie en origen monta unas más lógicas de 215/60 R17) y que desgraciadamente en nuestra unidad habían sido reemplazadas por otras de 19” con neumáticos “run flat”.

El conjunto es macizo, pero no pesado, y el deflector de techo que lo prolonga por detrás contribuye a su aspecto dinámico. Luego en el parachoques encontramos más referencias SUV (protección del borde de carga y de los bajos) rematadas por el toque deportivo de la doble salida cuadrangular de escapes. El portón trasero incluye apertura y cierre eléctricos, la luneta se ve reducida por la visera del deflector de techo, y de lado no hay lunas de custodia, con unos pilares traseros no demasiado gruesos, aunque junto con las prolongaciones laterales bajo el deflector recorten lo suyo la visibilidad en maniobra.

Habitabilidad conocida.- Con las mismas cotas básicas del Clase A, aunque con 2 cm más de altura y un poquito más de espacio a nivel de hombros, sus 1,35 cm de anchura a nivel de banqueta admiten bien tres adultos, siempre que no se trate de viajes demasiado largos. Delante destacan los asientos envolventes con apoyacabezas integrados y un apoyacodos central algo bajo, los remates de calidad y bastantes detalles metalizados. Reparto y posición de mandos son iguales que en la Clase A, con la misma pantalla “al aire” y semitáctil, que, aunque no es retráctil convence por su tamaño y buena lectura.
El maletero anuncia 340 litros (que no está nada mal), pero claro, a costa de renunciar a la rueda de repuesto. De todos modos los respaldos de los asientos traseros se abaten hacia adelante (60/40), con lo que se obtiene una superficie de carga completamente plana de 1.157 litros. Hay también una opción para reducir 15º la inclinación de los respaldos, que permite ganar 10 ó 15 litros extra.

Los faros pueden ser totalmente de diodos, aunque es una opción cara (más de mil euros), y en el interior tenemos un cuadro de dos grandes relojes, de buena lectura, con zona central para el “display” de informaciones adicionales y dos miniesferas a la derecha de cada una de las grandes, dentro de ellas, para los indicadores de combustible y temperatura del motor. La posición de conducción es algo más alta que en un Clase A, pero poco, con el mismo volante multifunción de tres brazos y 12 teclas en los horizontales (en dos bloques de 5 más una libre sobre ellos). Hay cinco aireadores muy prácticos en el salpicadero (con tres centrales, bajo la pantalla fija.

La amplitud delantera es muy correcta, proporcionando una gran sensación de espacio central en este modelo con cambio 7G-DCT, al carecer de selector (al volante) y de freno de mano (electromagnético, por botón), lo que se aprovecha para ofrecer más huecos portaobjetos. La llave es electrónica como la de todos los Mercedes, aunque hay que introducirla y girarla para arrancar.

Mecánica sobrada.- El motor más atractivo de este GLA es el 220 CDI, el turbodiesel de 4 cilindros y 2.143 cc, con 170 CV y 35,7 mkg de par constante entre 1.400 y 3.400 rpm. Un motor comodín en Mercedes que montan desde los Clase A a los Clase V, potente y elástico, pero un poco rugoso y no muy refinado frente a la última competencia de Audi y BMW, sobre todo por su sonoridad en frío. De todos modos, y para el peso de este GLA (que no es un peso pluma, aunque con 1,6 toneladas se puede considerar contenido) empuja de firme y con brío. Tanto como para clavar el crono en los 30 segundos en el km desde parado y superar los 205 km/h de velocidad punta real (215 oficial), registros muy brillantes, cumpliendo su aceleración oficial de 0 a 100 km/h (8,3 segundos).

En todo caso este motor flexible y potente tiene un comportamiento soberbio hasta los 150/160 km/h en 6ª y 7ª, luego a partir de ahí ya se estira un poco más lentamente (sobre todo en 7ª, no olvidemos que nos da un desarrollo de casi 57 km/h x 1.000 rpm), pero es capaz de rodar bien en autovía a 140 km/h a sólo 2.500 rpm y luego llegar aún deprisa a los 180 km/h reales… Por debajo de 120 km/h tira bien de la 7ª, pero va mejor en 6ª para tener unas recuperaciones algo más brillantes, sin que lo acusen los consumos… Y empuja con fuerza desde 1.500 rpm, aunque se acaba a las 3.200/3.300 rpm (no compensa estirarlo hasta las 4.000).

Y ya que hablamos de consumos, son un punto fuerte de este GLA, que anuncia un mínimo extraurbano de 4,3 lts/100 km y un máximo urbano de 5,7 lts/100 km, con el promedio combinado en los 4,6. Evidentemente, con tracción total y unos “zapatos” supertalla no esperábamos cumplirlos en uso normal, pero tampoco se han alejado tanto, con un mínimo a 90/100 km/h en carretera de 5,2 lts/100 km, y de 5,8 en autovía (a 120/30 km/h), subiendo a 6,6 en conducción urbana (se nota la ayuda del “stop&start”), Siempre en modo “eco”, porque en “sport” hemos subido a 8,8 lts/100 en conducción rápida y casi 12 en deportiva…

Comportamiento: casi como un Clase A.- A la hora de analizar su comportamiento, debemos tener en cuenta que Mercedes ha buscado un cierto compromiso entre SUV y turismo. Es sólo 2 cm más alto al suelo que un A (puede serlo hasta 5 cm en opción, y también 3 cm menos -1 menos que el A- con la suspensión deportiva opcional), y entre eso, un reparto de pesos que recarga demasiado el eje delantero y unos neumáticos de excesiva sobremedida, (no los 235/50 R18 que corresponden al nivel Style, más que suficientes, sino unos “run flat” opcionales de 235/45 R19, nada recomendables) el resultado es un comportamiento más torpe que el de un Clase A. Siempre seguro, desde luego, pero menos ágil, con un marcado subviraje sobre piso seco que sobre mojado se trastoca y obliga a trabajar antes de tiempo al ESP.

Entre el cambio automático de desarrollos largos y la tracción total, no hay mucho margen para jugar con él, y si abusamos de su potencia veremos como al límite protesta y en curva acaba siendo la electrónica la que decide la trazada. Deportivo sí, pero no tanto como para explotar a fondo un chasis cuya suspensión prima más el confort que el agarre. Seguramente con llantas de 17” las reacciones sean más progresivas, pero con todo los neumáticos de perfil 50 en 18” no se llevan mal del todo con la vocación “off road” y con los largos recorridos de suspensión. Pero no desde luego las de 19”.

La otra cara de esta elección la tenemos, sin embargo, si nos salimos del asfalto, donde nos sorprenderá ver el confort de rodaje de este GLA sobre pistas de tierra en mal estado, con abundante piedras y baches profundos, un terreno en donde muestra claramente que es algo más que un SUV urbano… En suma, sin ser un todo terreno puro, la tracción 4Matic le permite rodar sobre tierra sin complejos, incluso por terrenos difíciles donde sólo su relativamente limitada altura al suelo y su escaso ángulo frontal de ataque pueden recortar sus posibilidades.

Volviendo al asfalto, comentar que sus mayores inercias que un Clase A exigen adelantar antes la trayectoria, pero sin perder apenas velocidad de paso en curva. Aquí, la nueva dirección paramétrica (de serie) es ciertamente una ventaja, en cuanto se ha acabado de cogerle el tino. Y en cuanto a la frenada, nada que objetar, potente y resistente, aunque hay que hacerse un poco al tacto del pedal para ajustar al máximo las detenciones.

Relación precio/producto.- Como siempre, debemos tener presente que una carrocería de moda en una marca “premium” supone siempre un sobreprecio que hay que estar dispuesto a pagar. 39.400 euros es un precio alto, pero en línea e incluso inferior al de sus rivales de Audi y BMW si comparamos equipamiento. Quienes no vayan a salir mucho fuera del asfalto tienen la versión 4×2 de tracción sólo delantera por 36.900 euros, y quienes tampoco necesiten los 170 CV de este 220 CDI, tienen el 200 CDI por poco más de 31.000 (eso sí, con lista de espera, porque vienen con cuentagotas).

Pero tal y como viene este GLA 220 CDI 4Matic 7G-DCT, en nivel Style (o Urban, por 755 euros más) y sin recurrir a los costosos paquetes AMG, Edition 1, Exclusivo, Experience, etc, tenemos un nivel de equipamiento muy destacado. Trae de serie airbags delanteros, laterales y de cortina (windowbags), además del de rodilla del conductor, aire acondicionado (manual), equipo audio con CD +MP3 y 6 altavoces (100W), tomas USB y Bluetooth, anillas de maletero, aviso de alerta por cansancio de conductor (“attention assist”), visualización de SMS y función manos libres (en teléfono), botiquín, aviso de colisión inminente (“Collision Prevention Assist”) con frenada de emergencia, retrovisores eléctricos, faros de xenon, encendido automático de luz de cruce, testigo de presión de neumáticos, ordenador de viaje, etc.

Pero es que hay más: tenemos ABS+BAS, ESP, ASR y ayuda al arranque en cuesta, faros de alumbrado de emergencia en caso de accidente, capó activo antiatropello, apertura de emergencia en caso de choque, cristales tintados y equipo fumador (mechero/toma de corriente + bote cenicero). Bien es verdad que preferiríamos algún que otro cambio (una tapicería textil, en lugar de la símil cuero que trae, una pantalla central retráctil…) pero aun así se trata de un nivel muy completo en un coche de su precio.

Versiones del modelo: 'Gla'

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