Aston Martin Valhalla

22 julio, 2021
J.C. BERGER
Superdeportivo y enchufable

De nuevo un Aston Martin de nombre vikingo irrumpe en el panorama de los hipercoches, esta vez como Valhalla, nombre que evoca el paraíso de los dioses escandinavos.

Este nuevo Valhalla es el primer Aston Martin de producción comercial con motor central, que recoge e incorpora la experiencia que la marca británica está adquiriendo ahora en la Fórmula 1 de cara a la obtención de su máximo rendimiento. Al mismo tiempo, este nuevo superdeportivo impulsa la transición motriz desde los motores de combustión interna a los híbridos y totalmente eléctricos, dentro de la estrategia denominada Project Horizon por Aston Martin. No en vano se escogió para presentarlo el hogar del automovilismo y sede del equipo Aston Martin Cognizant Formula One, justo cuando la marca regresa al Gran Premio de Gran Bretaña por primera vez en más de 60 años, recordando además que en el desarrollo del Valhalla se ha contado con la opinión de los tres pilotos de la escudería, Sebastian Vettel, Lance Stroll y Nico Hulkenburg.

Cambios respecto al concept AM-RB 003

Es heredero directo del «concept» AM-RB 003 presentado en 2019 y con la novedad de su hibridación eléctrica que eleva su potencia total a los casi mil caballos. Aunque según la marca de Gaydon se trata ya del modelo de producción definitivo, mantiene el mismo código interno (AM-RB 003) del Valhalla “concept”, pero su motor ya no es el V6 turbo previsto de desarrollo propio sino el conocido bloque V8 4.0 biturbo de otros Aston, de factura germana a cargo del especialista de Mercedes-AMG (es el mismo motor del GT Black Series).

Con 750 CV y techo de giro a 7.200 rpm este V8 4.0 biturbo anima exclusivamente el eje trasero, a través de un cambio automático DCT de doble embrague y 8 relaciones, con levas al volante, pero cuenta con la ayuda extra de otros dos motores eléctricos de 75 kW cada uno, uno montado en el eje delantero y el otro en el trasero, que vienen a sumar 204 CV más, hasta arrojar una potencia combinada de 950 CV y un par motriz conjunto de más de 100 mkg. Como sucede en su más directo rival, el Ferrari SF90 Stradale, no tiene marcha atrás, ya que esta función la cubre el motor eléctrico delantero.

Dotado de un diferencial autoblocante electrónico LSD (e-Diff), las prestaciones de este Valhalla hacen honor a las de los dioses del Olimpo escandinavo, con una velocidad máxima de 330 km/h y sólo 2,5 segundos para cubrir el 0-96 km/h. Prestaciones que se ven reforzadas por la posibilidad de que los motores eléctricos y el V8 de combustión interna puedan utilizar simultáneamente diferentes marchas en la caja de cambios, con una emisión final de CO2 prevista inferior a los 200 g/km.

Estos dos motores eléctricos se alimentan por una batería de 150 kW a 400 voltios, y puede actuar en modo EV (eléctrico 100%, o sea cero emisiones) a través de un solo motor, en este caso el delantero (y con tracción delantera, claro), limitado a 130 km/h y con una autonomía de solo 15 km. En otros modos de conducción, la energía de la batería se reparte entre ambos ejes, y el porcentaje enviado a cada uno varía según las exigencias de conducción, pudiendo en ciertos casos enviar el 100% de su fuerza al eje trasero, complementando la fuerza del V8 ICE.

Espectacularmente atrevido

Estéticamente resulta atrevido y equilibrado al mismo tiempo, con su bastidor de motor central y un diseño bastante curvilíneo, especialmente en torno a la cabina. Su frontal no es demasiado “Aston”, ya que domina su aspecto horizontal y apaisado, con una tímidas curvas en las esquinas que reproducen el típico diseño de la marca. El chasis monocasco está hecho en fibra de carbono, y la suspensión delantera independiente repite el esquema “push-rod” de dobles triángulos superpuestos pero con amortiguador y muelle en posición casi horizontal, con varillas de empuje perpendiculares al eje longitudinal del vehículo, lo que permite acoger en el interior muelles y amortiguadores y reducir el peso de las masas no suspendidas.

El eje trasero monta un esquema clásico multibrazo, con amortiguadores Multimatic de dureza variable, y la posición del motor y la batería permiten un reparto del peso al 50/50, bastante contenido (1.550 kg en vacío y poco más de cien más en orden de marcha, con todos los fluidos, combustible y piloto a bordo).

Pero su estampa es muy limpia y homogénea, dominada por un diseño funcional en busca de la máxima carga aerodinámica activa, pero sin recurrir a grandes alerones ni aletas agresivas que rompan el equilibrio de su imagen; la carrocería del Valhalla, casi toda en fibra de carbono, combina función y belleza como corresponde a una nueva generación de supercoches con motor central. Sus espectaculares puertas en forma de diedro con bisagras hacia delante aportan un especial atractivo, mientras que los recortes del techo facilitan la entrada y la salida.

En éste destaca una toma de aire superior que canaliza directamente el aire a las tomas del motor V8, con otras tomas de aire y rejillas de ventilación laterales y traseras adicionales, suavemente integradas en el diseño general del coche. La zaga también queda muy armoniosa, con las salidas dinámicas de aire integradas en el escudo difusor de forma nada estridente, las aletas activas rodeando la popa y las salidas de los tubos de escape por la parte superior, hacia arriba, para contribuir a la “down force” del coche, y dotadas de válvulas de variación de sonido para modificar a voluntad el efecto visual y auditivo del motor.

La aerodinámica activa preside todo el diseño de este Aston Martin Valhalla, que afecta hasta la amortiguación variable Multimatic, con posibilidad de variar la altura final al piso, desde la más baja y rígida Track para un rendimiento excepcional en pista, a la posición de morro elevado para poder afrontar rampas y pendientes sin que toque el suelo la zona baja del frontal. La carga generada por la aerodinámica desempeña un papel clave en el apoyo de este Valhalla, basada en la experiencia lograda en la Fórmula 1 y aplicada como en el Aston Martin Valkyrie a base de una combinación de superficies aerodinámicas activas -como las delanteras y el alerón trasero- y una gestión magistral del flujo de aire en los bajos a través de conductos venturi.

A 240 km/h, estas superficies generan unos 600 kg de carga aerodinámica, suficiente para lograr increíble velocidad de paso por curva a alta velocidad y una estabilidad excepcional, gracias también a su tren rodante con llantas monotuerca de aluminio forjado y 20” de diámetro delante y 21” detrás, calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 especialmente desarrollados para el Valhalla.

Y para pararlo, Aston Martin ha dispuesto unos frenos carbocerámicos Carbon Ceramic Matrix (con tecnología brake-by-wire, o sea que no requieren de circuito hidráulico sino que se accionan por cable eléctricamente) que garantizan una potencia de frenado excepcional. Este sistema (que Aston Martin debe homologar debidamente, ya que la CE exige en todo caso un sistema alternativo hidráulico de frenos), permite modular de forma más ajustada la presión que el piloto aplica sobre el pedal del freno, a través de una unidad electrónica que determina cuánto debe frenar cada rueda.

Interior con todas las comodidades

En el interior de este Valhalla, que se fabricará con volante tanto a la izquierda como a la derecha, destaca un habitáculo algo mayor que el del Valkyrie y una disposición general de elementos sencilla y ergonómica, centrada en el conductor. Lleva asientos fijos, anclados en el propio chasis, mientras que los pedales y la columna de la dirección son ajustables para permitir el acomodo de conductores de toda talla, con los huecos para los pies también elevados para lograr una baja posición de asiento con poca distancia de la cadera al talón, como en los coches de Fórmula 1.

Cuenta con un sistema multimedia HMI con pantalla táctil central, compatible con entornos Apple Car Play y Android Auto, y monta un equipo de faros de diodos Matrix, de iluminación variable adaptativa con asistencia a las luces largas, para ofrecer una excelente visión en la oscuridad, y tampoco prescinde de un equipo de aire acondicionado bizona, para lograr un alto nivel de confort. Y por supuesto, para cumplir los últimos requisitos normativos, el Valhalla también incorpora los últimos sistemas avanzados de asistencia al conductor, como la frenada de emergencia automática, aviso por colisión frontal, control de crucero activo, el de ángulo muerto y cámara de visión trasera (con opción perimetral).

Este superdeportivo moderno y actual, ecológico y polivalente, como símbolo de la nueva generación Aston Martin, define una nueva experiencia de conducción a través de un auténtico icono británico de superlujo, eso sí, al alcance de muy pocos… Saldrá a la venta a fines del año que viene en unos 700.000 euors, con las primeras entregas a principios de 2023.

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