Prueba: Skoda Rapid 1.6 TDI Elegance

12 octubre, 2013
MARIO CHAVALERA

Práctico y con gran maletero

Ausente hasta ahora del mercado de berlinas compactas, Skoda entra en él con el Rapid, un modelo ideal en época de crisis por su excepcional relación espacio-precio junto a las cualidades habituales de la marca, como la fiabilidad, funcionalidad y economía, y todo ello no exento de cierto dinamismo, como es el caso de este 1.6 TDI a un precio de 21.730 euros.
Hermano gemelo del nuevo Seat Toledo (creado y fabricado también por Skoda), el Rapid es un 4 puertas de dos volúmenes y medio, o sea con portón, un tipo de carrocería muy apreciada en nuestro mercado.
Simple y capaz.–Su imagen asociada a diseño simple y funcional, agradable a la vista y a precio competitivo es una receta sencilla para cumplir con las necesidades de una demanda familiar, tanto en habitabilidad como por maletero. Sin pretender un comportamiento de referencia, busca el mejor compromiso entre calidad, habitabilidad y equipamiento. Desarrollado sobre la plataforma del Fabia, alargada su batalla de 2,45 a 2,60 m, tiene una longitud de 4,48 m, por 1,70 de ancho y 1,46 de alto, con una línea limpia, aerodinámica y bien proporcionada, y un maletero perfectamente integrado en la línea del coche.

Su habitabilidad para 4 plazas es magnífica, con mucha amplitud entre la 1ª y 2ª fila de asientos (80 cm de distancia entre respaldos), pero si instalamos un tercer adulto en el centro del asiento trasero irá un tanto incómodo. Pero lo más llamativo es su capacidad del maletero, que anuncia 550 litros, una cifra difícil de conseguir no ya en su categoría, sino en segmentos superiores. Con una forma cúbica muy aprovechable, su piso forma un plano cuadrado, teniendo a los lados dos compartimentos abiertos para todo tipo de objetos, además de ganchos, anillas y un fondo de goma reversible para no manchar. Bajo su piso puede alojar una rueda de repuesto normal y varios huecos para objetos que no quieren dejarse a la vista.
Al volante, el conductor domina todos los mandos de modo simple y fácil, sin demasiados botones ni funciones. Todo a mano y fácil de encontrar, lo que da una agradable sensación de control. El salpicadero luce una presentación y un diseño actual, pero sin milagros para el precio del coche, con plásticos duros y demasiado brillantes, aunque bien ajustados. La consola central trae posavasos, hueco portaobjetos y toma de corriente a 12V, y el apoyabrazos central delantero lleva otra caja portaobjetos.
Mecánica adecuada, cambio largo.–Nuestra unidad de prueba montaba el conocido turbodiesel 1.6 TDI de 105 CV, bien acreditado por su rendimiento y bajo consumo de gasóleo en varios modelos del grupo VW, con un par máximo de 25,5 mkg de 1.500 a 2.500 rpm, suficiente para mover con dignidad la tonelada y cuarto que pesa el coche, con el inconveniente de ir asociado a un cambio de sólo 5 marchas… Lástima, ya que para esta carrocería 6 velocidades serían lo más adecuado.
El motor tiene un buen rendimiento en uso normal y empuja con decisión desde 1.500 rpm, pero a 3.500 ya ha dado todo de sí. Y pese al correcto escalonamiento del cambio, al tener sólo 5 marchas presenta una relación bastante cerrada entre 1ª y 2ª y mucho más abierta entre 3ª,4 y 5ª, quedando la 5ª con un desarrollo bastante largo, pensado para disminuir la sonoridad del motor y el consumo de gasóleo. De todos modos, gracias a su buen par puede circular tranquilamente en 5ª a 90 km/h a sólo 1.700 rpm, señal de su gran elasticidad, alcanzando una teórica velocidad máxima de 190 km/h a 3.600 rpm en 5ª… (184 reales). Son prestaciones muy honestas para un coche que no pretende mucho más que ofrecer un servicio fiable y funcional. Pero los 10,8 segundos de 0 a 100 km/h, los 400 m en 17,4 y los 1.000 m en 32,5 son cronos muy brillantes para un coche sin pretensiones. Las recuperaciones no pasan de correctas, y gracias al elevado par motor.

Es interesante comprobar que todos los coches del grupo VW con este motor presentan consumos muy parecidos, salvo pequeñas diferencias debido a la distinta aerodinámica, peso y relaciones de cambio. Sólo hay uno que destaca sobre los demás, el Audi A3, curiosamente el único con un cambio de 6 marchas (el resto llevan sólo 5). Y lo mismo pasa con el Rapid, que aunque gasta muy poco (el mínimo entre 90/100 km/h baja de 5 lts/100 km, para subir a 5,6 lts/100 km a 120/130 km/h pasando apenas de 6 en ciudad, y eso sin “start & stop”), podría gastar aún menos, sobre todo en autovía.
Comportamiento: sano y sin complejos.–Este Rapid ofrece un buen comportamiento con un confort aceptable (pese al tren rodante de nuestra unidad de prueba). La suspensión delantera recurre al consabido eje MacPherson con triángulo inferior auxiliar mientras que detrás monta el clásico eje semitorsional con ruedas tiradas, con barras estabilizadoras (de 20 y 18 mm de diámetro cada una). La servodirección es electrohidráulica y monta 4 discos de freno, ventilados los delanteros de 287 mm y los traseros macizos (230 mm).
Ágil y desenvuelto en ciudad, muestra en carretera un comportamiento eficaz, tanto en llano como en zonas viradas, con trayectorias firmes y precisas y un tacto general muy grato. La amortiguación tira a blanda para favorecer el confort, pero pese a ello el coche no se acuesta demasiado. No es un rodador tan refinado como otros, pero al límite tiene un comportamiento intachable y progresivo, con un buen tacto de dirección (asistencia hidráulica, no lo olvidemos), frenos estables y eficaces y una suspensión de contenidos balanceo y cabeceo. No le hace falta más, salvo una monta más lógica de ruedas.
Las llantas de 16” no estarían mal con cubiertas más adecuadas (por ejemplo, 205/55 R16, pero no con las 215/45, nada indicadas para su tarado de amortiguación). Y las de 15” (nivel Active y Ambition) se quedan algo cortas (185/60 R15). Menos mal que las hay equivalentes (195/55 R15 y 205/60 R16), muy recomendables cuando se gaste el juego original.

Son críticas menores, junto a su pobre insonorización (tanto de ruido de rodadura como de motor y aerodinámicos), ambas fáciles de solucionar en un coche agradable de conducir y que proporciona confianza, con un equipamiento de serie en este nivel Elegance con todos los elementos de seguridad activa y pasiva razonablemente exigibles (6 airbags, control de tracción, climatizador, llantas de aleación, ESC, ABS+ASR+ MSR, EDL y HBA, etc). Sin contar los de confort, como el control de crucero (Tempomat), ordenador de a bordo, climatizador, reposabrazos central delantero, asiento trasero plegable 1/3-2/3, fijaciones Isofix para sillas infantiles, volante multifunción en piel, luz de cruce diurna, etc.
Y ya entre las opciones, sensores de aparcamiento traseros, faros antiniebla con función direccional, pintura metalizada, navegador (Amundsen+Dab con pantalla táctil de 5”), y el ESP Plus, una variante evolucionada del ESC con control de subviraje que integra ABS+MSR, y los ASR, EDS, HBA y HHC, con indicador de presión de neumáticos.
Por 21.730 euros de precio (promociones de concesionario aparte) no es una mala oferta, y a quien le parezca algo caro para un Rapid, siempre tiene la opción del nivel Active por 19.150 euros, con menos equipamiento. O el intermedio Ambition, quizá el más equilibrado, justo al filo de los 20.000 euros.

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