Con mayor conectividad y sin diésel

A los tres años y medio del lanzamiento de su actual generación, Hyundai moderniza su polivalente compacto i20 incorporando diversas novedades en materia de seguridad y conectividad, para afrontar mejor la batalla comercial frente a sus numerosos rivales en el segmento B, si bien prescinde de su oferta diésel. Ya está a la venta en sus tres carrocerías: Coupé, 5 puertas y la campera Active.

Aunque el Hyundai i20 no ha llegado nunca a lograr la aceptación que en su día tuvieron antecesores suyos como el Accent o el Matrix, desde el lanzamiento de esta segunda generación a finales de 2014, su volumen de ventas se ha incrementado anualmente, lo que prueba que se trata de un coche bien valorado por los compradores europeos, dado su carácter de diseñado, motorizado y fabricado en Europa y para Europa.

En el exterior tenemos un nuevo paragolpes delantero que integra la parrilla ligeramente modificada y con faros antiniebla rediseñados, un techo que puede ir a contraste en color negro, distinto portón que ahora integra la matrícula, nuevos pilotos y paragolpes trasero (de diseño más agresivo), añadiendo nuevos estilos de llantas de aleación de 15” o 16”. Se puede elegir entre entre 10 colores exteriores que incluyen 3 nuevos (Rojo Tomate, Azul Campeón y Gris Pizarra Rasa), y desde ahora se ofrece la posibilidad de montar techo solar panorámico practicable como opción (de serie en el nivel Style). La variante campera Active, tiene una somera adaptación “off road” con suspensión sobre elevada (+2 cm), barras de techo, protecciones de caja, etc.

En el interior hay nuevos tapizados en azul, rojo y azul terciopelo, y se mantiene la disposición funcional del habitáculo, con todos los mandos y teclas a mano y accesibles. Además de tener un cuadro de relojes de clara y fácil lectura, como gran novedad se anuncia un sistema multimedia con pantalla táctil de 7” (de serie desde el nivel Tecno; el básico Essence la monta de 5”), con conectividad mediante Apple CarPlay y Android Auto, que se sitúa lo bastante alta como para no tener que apartar apenas la vista de la carretera. Los revestimientos y materiales no son especialmente lujosos, pero si tienen apariencia de solidez y mejora su imagen de calidad percibida.

La habitabilidad, sobre la misma plataforma de 2,57 m de batalla, no varía, siendo de los más amplios en su categoría, destacando el espacio para piernas de los asientos traseros (68 cm) y la anchura de su banqueta (1,32 m), que permite incluso viajar a tres adultos, aunque la plaza central sea inevitablemente más estrecha e incómoda. El maletero con sus 326 litros con 5 plazas ofrece un buen volumen (la media del segmento está en 330), con el único reproche de tener un umbral de carga algo alto (75 cm) y carecer de rueda de repuesto en los niveles Esence y Tecno (de serie viene con kit antipinchazo).

En cuanto a equipamiento de seguridad, ahora el paquete de seguridad SmartSense incluye el asistente de aviso y mantenimiento de carril y el frenado automático de emergencia ante vehículos o peatones, sensor de fatiga en el conductor y cambio automático de luces cortas y largas (todo el paquete SmartSense viene de serie en el nivel Style).

Ahora solo con motores gasolina

Bajo el capó, la opción de entrada a la gama sigue siendo el motor de 4 cilindros 1.2 atmosférico de gasolina con 75 CV. A continuación viene el tricilíndrico turboalimentado con inyección directa 1.0 T-GDI, ofrecido en dos niveles, con 100 y 120 CV, y ahora con filtro de partículas, el primero con cambio manual de 5 marchas y el segundo con 6, y además con la opción del cambio automático de doble embrague 7-DCT y siete velocidades. Pero lo mismo que sucede con el recientemente reestilizado Skoda Fabia y otros rivales del segmento, Hyundai ha optado por suprimir la oferta diésel, lo que sin duda viene a empobrecer la misma. Más adelante se espera una tercera versión GDi con 84 CV, que probablemente suponga la desaparición del 1.2 MPI de 75 CV. Pero de momento la oferta se reduce a estos tres motores de gasolina, de los que de entrada sólo se ofrece el 1.0 T-GDi de 100 CV (los otros dos vendrán sucesivamente).

El bastidor repite suspensiones por eje pseudo McPherson delantero y torsional trasero, los mismos frenos (con discos ventilados de 280 mm en los 1.0 T-GDi y de 256 mm en el 1.2 MPI, que además monta tambores traseros en lugar de discos), y sólo la dirección (de asistencia eléctrica) es ahora algo más precisa e “informativa” según la marca. Su tren rodante es también idéntico, con ruedas de 15” y neumáticos de 185/65 R15 como monta básica, y de 16” en los demás niveles (195/55 R16).

Prestaciones y consumos tampoco varían (salvo las nuevas mediciones WLTP, aún pendientes); de 182 a 190 km/h de velocidad punta para los 1.0 T-GDi y de 10,2 a 11,4 segundos en el 0-100 km/h (hay que destacar que son peores en el 1-0 T-GDi con sólo 5 marchas), bajando a 160 km/h y 13,6 segundos en el 1.2 atmosférico de 4 cilindros y litro y cuarto de cubicaje. Pero el tricilíndrico turbo va muy bien en esta carrocería (ya tiraba bien en la del Hyundai i30), siendo uno de los mejores motores turbo de 3 pistones de su clase (no llega a la fuerza y suavidad del Ecoboost de Ford, pero iguala al 1.0 TSI de Volkswagen), y con el cambio manual de 6 marchas o el DCT de 7 (cuyo tacto está también muy logrado, aunque peque de algo más lento al reducir sobre los similares cambios automatizados de doble embrague) se muestra muy brillante y agradable en este renovado i20.

El nuevo Hyundai i20 se escalona en los niveles de acabado Essence, Klass, Tecno y Sport, esta última sólo para el i20 Coupé, pero de momento llega en versiones 5 puertas, ya que la carrocería 3 puertas se retrasa hasta fin de año. Con un arco oficial de precios entre los 16.500 y los casi 22.000 euros, con la promoción por lanzamiento (de 3.150 a 4.000 euros menos, según versión y nivel) el núcleo duro de la oferta i20 con los motores T-GDi en los niveles medio y alto se sitúa entre los 14.000 y 17.000 euros, dejando el i20 más asequible (el 1.2 MPI en nivel Essence) en sólo 12.720 euros. un umbral de precio ciertamente muy atractivo para este polivalente que se pone así en condiciones de competir de tú a tú con modelos como los Seat Ibiza, Citroën C3, Peugeot 208, VW Polo, Skoda Fabia, etc… con el único hándicap de su forzosa oferta en gasolina.