M. M.
Preparados para un futuro sostenible
En esta ocasión hemos galardonado a FMG (Friction Material Group) con el premio a la ‘Innovación en componentes 2023’ por sus pastillas y forros de frenos, que han alcanzado la certificación ‘100% Green Energy’ a lo largo del proceso de producción de los mismos.
El mundo del recambio y los componentes de automoción tiene un papel determinante en la sostenibilidad y el progreso de todos los medios de movilidad humana, y así lo entendemos desde nuestra revista premiando a aquellos productos y sus fabricantes que han elegido la innovación como forma de mejorar cada día la seguridad vial asegurando a la vez un futuro sostenible.
Desde su nacimiento, FMG (integrada en el grupo germano ZF y con tres marcas de alta implantación en el mercado de pastillas y forros de fricción como son RH, Remsa y Woking) mantiene un firme compromiso con la sociedad y el medio ambiente, desarrollando sistemas de producción, materiales y métodos de estuchado que contribuyen al desarrollo sostenible y la protección medioambiental. No es algo nuevo, ya que desde hace más de dos décadas vienen trabajando para adelantarse a las normativas medioambientales más exigentes en su sector, como la actual de EE.UU. o la futura de Europa, lanzando al mercado pastillas de freno libres de metales pesados. Y no sólo los metales pesados tradicionales (como el plomo, cadmio, mercurio, etc) sino otros metales más neutros como el cobre, cuyas partículas también afectan nuestro medio ambiente natural.
Las pastillas de freno generan emisiones de partículas a medida que se desgastan, por tanto, es muy importante que la composición del material de fricción sea respetuosa con el medio ambiente. Entre otros contaminantes, se ha descubierto que las partículas de cobre son tóxicas para la vida acuática. Sustituir el cobre y otros metales pesados es un objetivo medioambiental nada fácil de lograr para los fabricantes de pastillas de freno, pero FMG hace años que lo ha conseguido manteniendo los más altos estándares de calidad en términos de rendimiento, desgaste de pastillas y discos, y en la generación de ruido. No en vano se trata del mayor proveedor global de frenos del “aftermarket”, con la oferta de gama más completa y una producción de 130 millones de componentes al año.
La regulación actual más exigente vigente en la EU prohíbe que los materiales de fricción contengan amianto, sales de cromo, plomo y mercurio en concentraciones superiores al 0,10% del peso, cadmio en un 0,01% y a partir de 2025 el cobre no podrá superar el 0,5%, algo a lo que ya se ha adelantado FMG, a través de la investigación continua a largo plazo en materias primas y mejora medioambiental, aplicada desde hace más de 20 años a los materiales de fricción de FMG hasta cumplir con esta exigente regulación, porque FMG ha sido pionero adelantándose a esta normativa y lo sigue siendo cumpliendo las regulaciones ambientales más avanzadas del mundo.
Se puede preguntar hasta qué punto es tan importante estas limitaciones en un producto no sujeto a combustión como los forros de fricción de frenos, pero no podemos olvidar que la contaminación atmosférica por partículas no se debe solo a los gases de escape de los motores de combustión (aunque suponen algo más de la mitad de las mismas, en torno al 51%), sino que también inciden en ellas la procedente de los forros de freno, especialmente las pastillas, cuyo desgaste se traduce en el 21% de las partículas PM10 (hasta 10 micras) emitidas por los vehículos, por delante del 10% que suman las del desgaste de los neumáticos (y aún quedan por debajo las procedentes del asfalto con un 9%).
Y si bien las partículas de freno, por su tamaño no afectan tanto a los sistemas respiratorios del ser humano, no dejan de tener un alto impacto medioambiental, tanto por su tamaño como por su composición. De ahí que el 95% de la producción de pastillas de freno de turismos de FMG esté libre de metales pesados, estando certificada con el código “N” y mostrando en sus envases los certificados que identifican la concentración de metales pesados en los materiales de fricción, que deben figurar en un lugar visible de los estuches de pastillas aunque en principios solo es obligatorio en Estados Unidos.
Y FMG va más allá de conseguir una composición más exigente de sus materiales de fricción, trasladando las mismas exigencias a otros elementos como el adhesivo que fija el material al soporte metálico de las pastillas, especialmente desarrollado dentro del grupo para utilizarse frente a otros sistemas adhesivos, con una fórmula y tecnología propias plasmada en un adhesivo especial en polvo, consiguiendo de este modo una reducción de más de 150 toneladas de disolvente, frente a los adhesivos convencionales basados en disolventes orgánicos, mucho más contaminantes para el medio ambiente.
La tecnología de adhesivos utilizada en FMG ha estado siempre marcada por la protección del medio ambiente. Por eso, tras muchos años de investigación, FMG ha diseñado una fórmula propia, desarrollando e implantando un proceso exclusivo de adhesivo en polvo en todas sus fábricas, por el que han logrado reducir el empleo de disolventes químicos. Y todo ello asegurando que entre el soporte metálico y el material de fricción haya una capa adhesiva especial para garantizar una unión perfecta, que asegure el buen funcionamiento de los frenos en toda circunstancia, incluso en condiciones extremas, para lo que es clave la adhesión del material de fricción a su soporte.
También ha llegado la preocupación medioambiental de FMG a la supresión de los ruidos y chirridos que a menudo emiten los vehículos al aplicar los frenos, con el empleo de láminas anti-ruido para reducir la contaminación acústica que tanto molesta en entornos urbanos y rurales. Pero quizá lo más destacable de esta intencionalidad ecológica se aprecie en la gestión de materias primas, priorizando su reciclado y reutilización en los procesos de fabricación, contribuyendo así a un menor uso de recursos naturales, empleados de una manera eficiente, sostenible y responsable. De este modo, el 12,5% de las materias primas utilizadas por FMG para fabricar pastillas de freno proceden del reciclaje, lo que contribuye a un menor uso de recursos naturales. Y lo mismo sucede en el proceso interno en fábrica de recuperación de materias primas reutilizables, que supone ya un 8,5% de las mismas.
Hasta el envasado del producto ha sido pensado para que se haga de forma respetuosa con el medio ambiente, con un estuchado más fuerte y con mayor capacidad de apilamiento, que reduce drásticamente la utilización de plásticos en el envío de las pastillas, al no necesitar retractilado. Y los pocos plásticos usados son 100% reciclables… FMG ha logrado reducir en 15 toneladas al año la utilización de plásticos en el envío de 5 millones de juegos de pastillas, evitando generar esa misma cantidad de residuos al medio ambiente.
Pero quizá la innovación de protección medioambiental del grupo FMG-Eurofren Systems, que ya es sinónimo de éxito en la industria del recambio es el hecho de que el 100% de la energía que emplea en sus plantas europeas es de origen renovable, resultado de su compromiso por acelerar la transición hacia una energía limpia en los procesos de producción. Un compromiso que se materializa con el Certificado “100% Green Energy Certificate” y en su apuesta continua por el I+D para la mejora constante de sus procesos de producción, y con ellos de la eficacia y calidad de sus productos. A eso se le llama estar de verdad preparados para la movilidad sostenible del futuro. ¡Enhorabuena FMG!
