Javier Gete
Sus causas y consecuencias previsibles
El efecto “fading” no es otra cosa que la pérdida de eficacia del sistema de frenos como consecuencia de un uso demasiado potente e incluso abusivo del mismo, provocando situaciones de grave peligro que son la peor pesadilla que puede sufrir un conductor.
Las causas genéricas del efecto “fading” pueden ser las siguientes:
- Una conducción muy agresiva e inadecuada continuada.
- Sobrecalentamientos del sistema de frenos, que puede provocar que el líquido de frenos hierva y se produzcan burbujas o vapores que podrían provocar la total pérdida de eficacia de las pastillas de freno en su fricción con los discos de freno.
- Falta de mantenimiento del sistema de frenos.
- Carga del vehículo en exceso de forma muy continuada.
Los tipos de fading
Son dos los tipos explicables de “fading” claramente distintos:
- Por líquido de freno, que en grado máximo de ebullición puede producir burbujas de aire que ablandan directamente el pedal del freno con una clara sensación de pérdida de frenada.
- Por pastillas de freno, que pueden cristalizar en su superficie de contacto debido a temperaturas límite, produciendo un pedal de freno muy duro y, en consecuencia, una frenada muy ineficiente o incluso inexistente.
Detección de síntomas del posible efecto “fading”
Este peligroso efecto es necesario predecirlo antes de que se ejecute la pérdida total de frenada, cosa que el usuario puede detectar si es necesario presionar el pedal del freno más de lo habitual (más duro de lo normal – efecto pastillas de freno) o si se percibe que el pedal del freno está mucho más blando (efecto líquido de frenos).
Ante estas percepciones que son muy claras en todo caso, es necesario acudir al taller lo antes posible para que se realice una completa revisión del sistema de frenos antes de que nos expongamos a un pérdida total de frenada y sus peligrosas consecuencias.
Consecuencias que puede llegar a producir el “fading”
Las consecuencias pueden ser muy peligrosas y ninguna de ellas es a desdeñar en ningún caso:
- Situaciones de peligro: que incluso pueden desembocar en accidentes graves de tráfico por no saber cómo actuar ante los síntomas de “fading” que hemos explicado y sobre todo en situaciones de pérdida total de la frenada.
- Importantes Gastos de taller: este tipo de problema puede generar operaciones muy costosas debido a la necesidad de lijar las pastillas cristalizadas o por el cambio de las mismas, e incluso la necesidad posible de cambio de los discos de freno o tambores que en muchos casos será también necesario.
- Burbujas de aire en el sistema de frenos: en este caso será necesario llevar a cabo una purga completa del sistema para extraer el aire, sustituyendo el líquido de frenos que seguramente ha perdido sus propiedades necesarias con el paso del tiempo, impidiendo un correcto funcionamiento del sistema en general.
Comportamiento correcto ante el efecto “fading”
Como explicado, cuando se nota que el pedal del freno tiene un tacto mucho más blando o mucho más duro de lo habitual, este es el primer síntoma de un uso demasiado intensivo de nuestro sistema de frenada, y anticipa un posible “fading” en un periodo ya corto.
Ante potenciales situaciones de “fading” conviene siempre conducir de forma mucho más suave, evitando pisadas violentas del pedal del freno en lo posible y utilizando a menudo el freno motor de forma más efectiva, así como la reducción de marchas si es necesario.
Es también evidente que acudir al taller lo antes posible será siempre la mejor actitud a tomar para evitar los riesgos que hemos detallado anteriormente.
Prevención del “fading”
La lógica de prevención de situaciones de “Fading” pasa por las siguientes actividades:
- Cambio anual del líquido de frenos: hay que saber que los líquidos de frenos tienen una duración limitada y la mayoría de los fabricantes recomiendan un cambio anual, aunque en función de la marca, incluso del modelo de vehículo y el kilometraje hay especificaciones de mantenimiento diversas.
- Evitar la aplicación demasiado prolongada del freno, apoyándose siempre en la conducción con reducciones de marchas y dando valor al freno motor que es muy útil también en carreteras de montaña y bajadas.
- Mantenimiento correcto del sistema de frenos, para evitar degeneraciones y problemas potenciales en la gestión del sistema de frenos.
- Utilizar siempre repuestos de alta calidad o, como mínimo, los que recomiendan los fabricantes del vehículo, utilizando siempre sistemas de frenos y recambios del máximo nivel cualitativo del mercado.
