Una gama muy completa y perfeccionista
El nuevo Ford Fiesta, turismo polivalente del segmento B, es capaz de cubrir el papel de un compacto del segmento C por su amplia gama de versiones y acabados, ofrecido en carrocería de 3 y 5 puertas y en tres versiones personalizadas a las que se añade ahora la lujosa Vignale, primicia en su categoría del acabado “premium” de Ford, y la campera Active, para quienes buscan un amplio utilitario urbano capaz de permitir un discreto uso “off road”. Y todo sin dejar de ser el Fiesta más completo de todos los que la marca del óvalo ha lanzado desde su primera generación de 1976. Rozando la perfección tiene razones más que suficientes para ser elegido Coche del Año 2018.
Comercializado desde el pasado verano, Ford lo presentó oficialmente en marzo de 2017, en el Salón de Ginebra, va a hacer ahora un año, tras haberlo anticipado a fines de 2016 en Colonia, su lugar de fabricación, donde ya se mostró en sus dos carrocerías, de 3 y 5 puertas, y 5 acabados (Trend y Trend+, Titanium, ST-Line, Vignale y Active). El relevo se esperaba desde hacía tiempo (no en vano, a pesar de sus “restyling” la anterior generación Fiesta nació en 2007, y al cabo de 10 años ya era momento de proceder a sustituirla), pero Ford buscó diversificar su imagen con estas nuevas variantes que comparten un diseño más suave, con faros menos rasgados y en general una línea más curvilínea y con menos aristas, dentro del diseño general conocido. Se mantuvo la gran parrilla estilo “Aston”, aunque más estilizada, estrenando nuevos paragolpes con tomas de aire rediseñadas y un cierto aire de familia con los últimos Focus y C-MAX. Por detrás cambian también portón y paragolpes, junto con los grupos ópticos, ahora horizontales en vez de verticales, por primera vez en la historia de los Fiesta (que han sido siempre cuadrangulares o verticales).
En general, el nuevo Fiesta ofrece un diseño más “enfocado” y armonioso, alejándose de los angulosos diseños asiáticos más de moda. Y sus dimensiones apenas cambian; tan sólo es 3 cm más largo por 1 cm más ancho, manteniendo la misma plataforma (tan sólo 4 mm más de batalla, al filo de los dos metros y medio). Un acierto porque sigue siendo un turismo recortado y funcional pero con un equipamiento y una habitabilidad a la altura de muchos compactos del segmento inmediatamente superior.
Más eficiente y vanguardista que nunca, el nuevo Fiesta estrena además una nueva versión del tricilíndrico Ecoboost con desconexión selectiva de un cilindro (lo nunca visto) en condiciones de baja carga y exigencia motriz con nada menos que 200 CV, que incorpora el Fiesta ST (no confundir con las versiones de acabado ST Line). Así, este Fiesta ST se presenta como el más potente de la gama, con sus 200 CV y 29,6 mkg, logrados a partir de un motor de 1,5 litros y 3 cilindros, turbocomprimido y alimentado por inyección directa, que le catapulta en 6,7 segundos de 0 a 100 km/h, siendo además el primer Fiesta que presenta la posibilidad de elegir entre tres modos distintos de conducción (normal, sport y pista).
Pero además, el acierto de Ford ha sido proponer una reinterpretación específica según cada variante; así, el Fiesta Active pretende ofrecerse como un “crossover” urbano, mezcla de SUV y monovolumen, con su carrocería ligeramente sobreelevada (casi 2 cm más altura libre al suelo), protecciones en los pasos de rueda y una estética campera que estrena una nueva línea de versiones “todo camino” de los turismos Ford que bajo el nombre de Active se irán lanzando en los próximos años.
En todo caso y mientras se pone a punto esta línea, el nivel básico de acabado del nuevo Fiesta estará encarnado por los Trend y Trend+. Luego no podía faltar la versión deportiva ST Line, con un “look” más “racing” a base de grandes llantas de 17”, faldones laterales, difusor y alerón traseros, boca de escape cromada, parrilla negra en nido de abeja… Y por supuesto, con un interior más deportivo a base de asientos envolventes, cuadro, equipamiento… Con suspensión más dura y rebajada, anticipa la imagen que ya ofrece el Fiesta ST, el más deportivo de toda la gama con su motor de 200 CV.
La variante Titanium podría ser considerada como la más comercial, con el nombre del actual nivel de acabado alto de la gama. El Fiesta Titanium retoca una imagen exterior más lujosa con algunos elementos específicos como la parrilla de lamas horizontales, diversos remates cromados, llantas de aleación exclusivas, nuevos faros antinieblas (verticales en vez de horizontales como en los Active y ST Line), al tiempo que adopta el equipamiento más moderno y avanzado en electrónica y conectividad (estrenara el nuevo sistema SYNC 3 de Ford con pantalla a color de 8”).
Finalmente el Fiesta Vignale es el Fiesta de gran lujo, con el apellido que identifica a los Ford “premium” y que estrena por vez primera un modelo del segmento B. Dispondrá del interior más refinado, con materiales y ajustes mejorados y máxima calidad percibida, y detalles como el techo panorámico de vidrio, llantas de aleación cromadas, equipo de sonido Bang & Olufsen Play, estética exclusiva… En suma, la máxima expresión del lujo en un polivalente urbano. Y es precisamente esta diversidad de oferta, con el mismo Fiesta declinado en turismo funcional, deportivo, de lujo o “crossover”, uno de los factores claves que ha pesado en su elección como Coche del Año por nuestra revista.
Y no sólo ha sido esta variedad de acabados, más diferenciados que nunca, lo que ha hecho del nuevo Fiesta el más singular de todos hasta la fecha, sino también su variedad de oferta mecánica. Porque los nuevos Fiesta se ofrecen con los motores EcoBoost de gasolina en 3 y 4 cilindros, con la novedad del sistema COD (Cylinder on Demand) también en el primero, además de los nuevos turbodiesel 1.5 TDCi EcoBlue.
Una gama de motores que se escalona desde los 70 a los 200 CV, con el núcleo duro de la oferta en gasolina torno al 1.0 Ecoboost –escalonado en tres potencias, 100, 125 y 140 CV– y una oferta diésel en torno al renovado 1.5 TDCi en dos niveles de potencia, 85 y 120 CV. Por supuesto cambia todo el interior, con nuevo salpicadero (con pantalla central flotante de hasta 8”), nuevo túnel central, nueva climatización con distintos aireadores y posibilidad dual… En general se ha procurado un aumento general de la calidad percibida a todos los niveles y un notable aumento de la oferta en conectividad, como lo demuestra la opción del SYNC 3 y del equipo Bang & Oluffsen Play.
Y en materia de seguridad, el nuevo Fiesta puede equipar el sistema de frenado automático anticolisión (con detección de obstáculos y peatones hasta a 130 m de distancia), sensor de presencia en ángulo muerto, alerta por cambio involuntario de carril, lector de señales de tráfico… En total hasta 15 ayudas a la conducción por vez primera todas disponibles en un coche del segmento B, incluido el asistente semiautomático de aparcamiento. En definitiva, el segundo elemento clave en su elección por nuestro jurado.
Desde el punto de vista estético, y aunque no ha experimentado cambios sustanciales, no cabe duda de que el nuevo Fiesta ofrece una imagen muy atractiva, especialmente en el caso del nivel Titanium donde con los mismos faros y capó, el nuevo paragolpes más redondeado le confiere una imagen más simpática y elegante, con unos faros antiniebla verticales más integrados dentro de una parrilla de lamas horizontales cromadas (en los ST-Line y Vignale son horizontales).
Pero también resulta muy atractivo el nivel ST Line, con su aspecto más radical y deportivo, con la parrilla en negro mate con un dibujo más “racing” en panal de abeja, y los grupos ópticos inferiores enmarcados de forma más aerodinámica. Detalles propios que también se extienden a la zaga, con un deflector de techo de generosas dimensiones sobre la luneta posterior (con hendiduras más marcadas para favorecer la estabilidad del conjunto a altas velocidades) y el difusor bajo el paragolpes. Pero sin duda lo que más llama la atención por detrás en todas las versiones es la adopción de los nuevos pilotos traseros horizontales, con lámparas de diodos, que refuerzan la sensación posterior de anchura, que no viene nada mal en un coche donde la marcada cintura en cuña aumenta la sensación lateral de altura.
Incluso el logo de este nuevo Ford Fiesta ayuda a reforzar esta impresión de anchura, al mostrarse paralelo a las líneas maestras de la luneta y el portón. Con ello mejora la sensación de solidez y seguridad, con un conjunto bien asentado sobre sus 4 ruedas, que ahora suben hasta los 16” ó 17” de diámetro (e incluso 18”), alojadas en unos grandes guardabarros que subrayan el dinamismo de su diseño. Las líneas del techo también se simplifican, tanto para mejorar la estética como para aumentar la funcionalidad facilitando la integración del techo panorámico fijo con doble apertura manual. Un techo que recorta un poco la altura libre al mismo para las plazas traseras, algo nada importante dada la generosa cota en este apartado.
Al volante destaca el cuidado puesto en todos los detalles dentro de un entorno de máxima conectividad (con el nuevo sistema SYNC3 con más funciones por control de voz). También aumentan las posibilidades de personalización por parte del cliente, en función de los tonos y los materiales elegidos, asociados o no a las cuatro líneas de acabado ya citadas, con detalles del máximo lujo como el nuevo equipo de sonido Bang & Olufsen, inédito en este segmento y prueba del gran salto de calidad percibida que ofrece la nueva gama, con nuevas opciones de individualización y paquetes específicos que van desde el color de las costuras de los asientos a los remates de los paneles de puertas.
Se pueden elegir los elementos del cuadro de instrumentos, de las manillas de puerta, y la carcasa del retrovisor (disponibles en Rojo Race, Amarillo, Menta Bohai Bay, Azul Deep Impact o Cobre Cromado). Un plus extra de personalización que es bien recibido por los usuarios más exigentes en tener un coche distinto al de la mayoría.
La nueva ergonomía interna promueve el uso de controles de manejo más fácil, con una pantalla central más atractiva visualmente (de 4,2” a 8”), intuitiva, con botones y controles minimalistas, y más próxima a la línea de visión del conductor. El volante también cuenta con menos mandos, lo mismo que el número de botones de la consola central (reducido hasta casi la mitad respecto al Fiesta anterior), al haberse concentrado muchos controles de conectividad a través de la pantalla táctil.
Cualquiera de los acabados incluye en su equipamiento de serie elementos como equipo de audio, pantalla multimedia (mínimo de 4,2”), alerta de cambio involuntario de carril, espejos plegables eléctricamente, aire acondicionado, limitador de velocidad, sensor de luces, diversos airbags, elevalunas eléctricos, cierre centralizado y ordenador de a bordo, entre otros.
Todo un ejemplo del ambicioso objetivo al que apunta este nuevo Fiesta, dispuesto a recuperar su posición de liderazgo entre los turismos polivalentes del segmento B (cualidades no le faltan), un objetivo para el que cuenta con armas más que suficientes para lograrlo (solo hay que montarse en él y conducirlo para comprobarlo), y que han convencido a nuestro jurado para confirmarlo como el mejor Coche del Año de 2018.