Porsche Mission E

18 septiembre, 2015
JUAN CARLOS BERGER
Superdeportivo eléctrico

Cuando se esperaba la presentación de un 911 eléctrico, Porsche ha sorprendido con este Mission E, un superdeportivo eléctrico de 600 CV con posibilidad de recarga rápida. Para algunos es el “anti-Tesla”, para otros simplemente un paso más en la evolución eléctrica de Porsche que puede marcar el rumbo de los futuros deportivos de la marca de Stuttgart.

Su diseño es muy limpio y aerodinámico; recuerda un poco al 959, sobre todo por detrás, con sus anchas aletas en relación al techo, y también al 911, con el que busca un aire de familia. Por delante tiene cierto parecido con el 918 Spyder y los faros no son circulares sino rectangulares, con 4 puntos de diodos internos cada uno como luz de cruce diurna y la parrilla frontal se limita a una estrecha toma horizontal inferior de aire a finde lograr la mínima resistencia aerodinámica.

De lado llaman la atención sus 4 puertas de apertura enfrentada, para ofrecer un acceso limpio al interior sin montante central. Tampoco lleva retrovisores exteriores, sino cámaras. El marcado arco del techo permite una luneta trasera casi horizontal, rematada por un fino deflector a continuación que hace de visera sobre la línea horizontal de los grupos ópticos traseros. Con llantas de 21” y 22” (delante y detrás), este Mission E presenta uno de los diseños más limpios de Porsche.

El interior ofrece cuatro plazas con asientos independientes para cada uno de tipo “semi-bucket”. El volante de tres brazos repite el diseño tradicional Porsche y el salpicadero cuenta con un cuadro digital con configuración de diodos orgánicos (OLED) en 3D. No hay consola central clásica, sino una elevación del túnel central con una zona plana central que actúa como tal, separando las dos plazas delanteras. El cuadro muestra 5 relojes redondos, que varían sus datos según 5 menús (Connected Car, Performance, Drive, Energy y Sport Chrono).

El cuadro que sigue tu mirada.- Como novedad, el cuadro cuenta con un seguimiento (mediante cámara) de la mirada del conductor (“Eye Tracking”) que distingue a qué instrumento está mirando. El conductor activa mediante una tecla al volante el menú correspondiente pudiendo navegar en él, en combinación con el reconocimiento de la mirada y la confirmación manual. Pero esto no es todo: la pantalla sigue la posición del asiento y la postura del conductor mediante el denominado efecto “parallax”. Si el conductor toma asiento en una posición más baja, más alta o se desplaza hacia los laterales, la representación tridimensional del cuadro se mueve con él, impidiendo que el volante pueda tapar los datos (así, toda información relevante, como por ejemplo la velocidad, sigue siempre el ángulo visual del conductor).

Y el placer de conducción.- Además, este “concept” Mission E evalúa incluso el placer de conducción, a través de una cámara en el retrovisor interior que reconoce por su gesto si el conductor está de buen humor reproduciéndose como emoticono en el instrumento redondo (placer de conducción que puede memorizarse junto con informaciones individuales como el trayecto o la velocidad, o compartirse con amigos a través de la conexión con una plataforma social). Igualmente dispone de otras funciones, como servicios remotos activados a través de la llave digital del Mission E por el Porsche Connect Portal y que permite que amigos o familiares tengan acceso al coche, en el tiempo y condiciones que señale el propietario.

Bajo el primer nivel del salpicadero hay una pantalla holográfica corrida en 3D que permite a conductor o acompañante activar funciones sin tocarla, solo mediante gestos y además de las imágenes de las cámaras retrovisoras, en las esquinas del salpicadero también podemos ver las de otras dos cámaras delanteras ubicadas en el paragolpes, para completar la visión total del entorno.

Motores nacidos en Le Mans.- Todas estas innovaciones no acaban de empañar la realidad de la tracción eléctrica de este primer Porsche que recurre a ella en exclusividad, mediante dos motores sincrónicos de imán permanente (uno por cada eje) derivados de los empleados en el 919 Hybrid vencedor de la edición 2015 de las 24 Horas de Le Mans). Porsche anuncia una potencia conjunta de 600 CV, que gracias al bajo peso (todo el bastidor y carrocería se ha hecho a base de aluminio, acero y CFRP, la fibra de carbono reforzada con plástico) le permite acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 3,5 segundos, y de 0 a 200 km/h en 12.

El reparto de las baterías de ion-litio ha sido hecho por todo el piso de la plataforma, de forma que su peso rebaje sustancialmente el centro de gravedad del vehículo (de todos modos Porsche no ha facilitado el dato del peso total del coche). La disposición de los motores facilita la tracción total a las 4 ruedas, que además lo son también directrices (la dirección activa de Porsche).

500 km de autonomía.- Pero la innovación radical de este Mission E es la reducción radical del tiempo de recarga de sus baterías, que es donde apunta para competir con su rival americano, el Tesla S, a cuyo nivel se sitúa anunciando una autonomía de 500 km tras su carga completa, y unos 400 km con el 80% que se consigue ya en sólo un cuarto de hora de recarga.

Porsche afirma haber conseguido esta reducción a base de duplicar la tensión de 400V a 800V (lo que también tiene sus riesgos, dicho sea de paso) lo que le permite acelerar el traspaso de corriente con menor resistencia utilizando cables de menor peso y sección. Porsche llama a este sistema “Porsche Turbo Charging”, pero no facilita datos de entrega de Kw/h ni de refrigeración de las baterías, punto débil del mismo. En todo caso (y tardando más, claro), este Porsche Mission E también puede cargarse en estaciones de 400V, y también en bases inalámbricas por inducción, allí donde las haya.

Otra ventaja de su motorización eléctrica a 800V es su capacidad de recuperación tras esfuerzos intensos, lo que (a diferencia de la mayoría de los eléctricos actuales) le permite mantener toda su potencia tras varias aceleraciones a fondo en intervalos cortos. Además, su tracción integral dispone del Porsche Torque Vectoring -distribución individual del par motriz a cada rueda-, lo que con la dirección activa a las 4 ruedas le asegura un comportamiento muy preciso. Y aunque Porsche no data datos exactos de par y potencia, ni de velocidad máxima, afirma que ha sido capaz de recorrer el tramo norte del circuito de Nürburgring (el Nordschleife) en menos de 8 minutos.

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