Prueba: BMW Serie 2 Coupé 220d M Sport

18 abril, 2018
M. CHAVALERA
Amplitud de miras
A FAVOR EN CONTRA
Potente y refinado Ruidos de rodadura
Comportamiento Acceso plazas traseras
Diseño y acabados Suspensión algo seca
Consumo contenido

Probamos el BMW 220d Coupé con paquete M Sport, la versión reestilizada del coupé compacto de la marca bávara dotado de un motor prestacional diésel que le confiere consumos muy ajustados.

Estamos ante un coupé atractivo y funcional, para uso urbano y de carretera, y con una configuración mecánica 220d concebida para un perfil de usuario joven, amante de la conducción y de las emociones al volante. Ofrece un buen nivel práctico con sus 2 puertas y dos volúmenes y medio, estética exclusiva, dimensiones adecuadas y el típico estilo deportivo de la marca bávara.

Como se sabe, los números pares son los que ahora designan en BMW a los coupés y cabrios, aunque excepcionalmente también entran en la Serie 2 otras carrocerías especiales como los Tourer y Grand Tourer. En esta ocasión, BMW ha optado por sustituir al anterior Serie 1 Coupé y darle un diseño específico y una identidad propia como Serie 2. Su estética, recién actualizada el año pasado con nuevos faros Bi-LED adaptativos y pilotos LED rediseñados, al igual que la parrilla, supone un valor añadido que se completa con el propio dinamismo del coche, como coupé compacto con amplias aletas, capota larga y cabina retrasada, una configuración que le da un aspecto muy dinámico no exento de elegancia.

Mejora continua.- BMW ha evolucionado considerablemente el Serie 1 Coupé, haciéndolo crecer 7 cm más (llega ahora a los 4,43 m), siendo 3 cm más ancho (1,77 m) y disminuyendo la altura 5 cm (1,42 m), con una distancia entre ejes dimensionada en 3 cm (2,69 m en total). Su ancho de vías crece también 4 cm, creando un conjunto más aerodinámico con un Cx de 0,28. Entre las señas de identidad del nuevo Serie 2 Coupé destacan el largo capó, las ventanas sin marco y la mayor anchura de la zaga, apuntando a un modelo de tracción trasera, potenciado con medidas diferentes de neumáticos para los dos ejes con las llantas opcionales de 18” que montaba nuestra unidad (225/40 delante y 245/35 detrás).

Homologado con solo 4 asientos, se ha conseguido un habitáculo más amplio tanto en longitud, como en anchura y altura. Los delanteros son cómodos y envolventes y se regulan eléctricamente, mientras que las plazas traseras recogen muy bien a ocupantes de hasta 1,80 m (sin riesgo de tocar con la cabeza el techo). Los ajustes son muy buenos y presentan una alta calidad en los materiales empleados, lógicamente por debajo de un Serie 4 Coupé. En cuanto al maletero cubica 390 litros, siendo de los mayores de su segmento, habiendo ganado 20 litros sobre el Serie 1 Coupé. Sin embargo, no puede incorporar una rueda de repuesto en su nivel inferior al llevar instalada la batería. En su lugar la marca ofrece la posibilidad de montar neumáticos de tipo «runflat» con capacidad de rodar desinflados o neumáticos normales con kit antipinchazos.

En cuanto al salpicadero, está orientado al conductor y presenta un completo cuadro de instrumentación de tipo Black Panel (sin plástico protector) de fácil lectura. Nuestra unidad contaba con el Navegador Professional de 8,8″ que es opcional, y dispone tanto de pantalla táctil como de mando por voz en su controlador iDrive. Luego tenemos toda la parafernalia con los diversos sistemas de entretenimiento “on line” con aplicaciones para el uso de servicios a través de Internet como Facebook y Twitter.

Rodar personalizado.- Y a la hora de rodar, se puede elegir entre 4 modos de conducción a través del Driving Experience Control: Eco Pro (el modo ecológico que según BMW logra ahorrar hasta un 21% de consumo, incluyendo la conducción «a vela» al dejar de pisar el acelerador); Confort (conducción más normalizada) y Sport (realiza modificaciones en la dureza de la dirección, estira más la revoluciones y enriquece la mezcla consiguiendo mayor aceleración). El modo Sport + añadiría la activación del control de tracción (DTC), retrasando la intervención del control de estabilidad DSC para poder derrapar de manera controlada. También podemos desactivar el DSC, lo que activaría la función ADB-Sport (bloqueo activo del diferencial del tren trasero), activando el freno de la rueda trasera que pierde tracción al acelerar en curvas cerradas.

Luego, BMW ha procurado cuidar la seguridad activa y pasiva añadiendo una panoplia de elementos como los airbags frontales, laterales y de cortina, la interesante protección de peatones a través de un capó activo que se retrae en caso de atropello, asistente de luces en carretera, mantenimiento de la trayectoria en carretera, aviso anticolisión, así como otros sistemas de ayuda al conductor opcionales como el aviso de abandono del carril, el Control de Crucero activo con función Stop&Go y la frenada de emergencia en tráfico urbano.

Motor muy elástico.- El propulsor 220d se caracteriza por ser extremadamente suave y refinado. Parte del mismo empleado por el Serie 1 Coupé, pero ha sido convenientemente puesto al día entregando ahora 190 CV a 4.000 rpm (6 CV más que antes). Su ligero bloque de 4 cilindros realizado enteramente en aluminio y dotado de arquitectura biárbol de 16 válvulas, incorpora inyección directa, distribución variable Vanos y Valvetronic y turbo Twin-Scroll, permitiendo subir su par máximo a 41,4 mkg entre 1.750 y 2.500 rpm (antes 38,8 mkg).

En cuanto a la suspensión, recurre a un tren tipo McPherson delante con brazos interiores realizados en aluminio y barra estabilizadora de 24 mm de diámetro, mientras que atrás es de tipo multibrazo con estabilizadora de 14 mm de diámetro. La dirección es eléctrica de asistencia variable en función de la velocidad, mientras que para el equipo de frenado se recurre a 4 discos ventilados de 300 mm de diámetro.

El propulsor posee un elevado par desde las primeras 1.500 rpm. Sus más de 41 mkg entre 1.750 y 2.500 rpm posibilitan una conducción muy relajada, aunque si subimos por encima de 3.000 rpm podremos comprobar su contundencia prestacional hasta 4.000 rpm, donde entrega su potencia máxima, aunque puede subir hasta llegar casi a 5.000 rpm.

Prestacionalmente hablando, es un coupé brillantísimo, pudiendo llegar hasta 230 km/h (cifra oficial), mientras que acelera de 0 a 100 km/h en sólo 7,1 segundos y alcanza el primer kilómetro en 28,1 segundos desde parado y en 26,8 desde 50 km/h, todo un referente en su segmento. Pero a pesar de ser un coche prestacional sus consumos oficiales son muy bajos (ver ficha), ayudado tanto por su cambio a automático de 8 relaciones (bastante cerrada en las 5 primeras) como por su aerodinámica. La monta opcional de neumáticos sobredimensionados de las llantas de 18” incrementan el consumo alrededor de un litro, pero se puede rodar en marchas largas con suficiente potencia y bajo consumo.

Comportamiento: impecable y deportivo.- Dotado de una magnífica insonorización, incluso en frío una sonoridad baja para tratarse de un diésel. Ya circulando, muestra un comportamiento realmente magnífico, con pocas oscilaciones de la carrocería y una buena relación entre confort y eficiencia. Este modelo da mucha confianza al conductor y permite realizar una conducción tanto agradable como deportiva en cualquier tipo de carretera, contando además con un reparto de pesos equilibrado al 50% en cada eje. A su condición dinámica le ayuda sin duda tanto su batalla como anchura de vías dimensionadas, un centro de gravedad bajo y su elevada rigidez torsional. La relación peso/potencia es favorable pesa a contar con 1.410 kg, mostrándose ágil y mu aplomado.

Si rodamos ágiles por carreteras de montaña y forzamos los apoyos, se aprecia la activación diferencial trasero al frenar la rueda trasera interior de la curva para evitar el derrape, notando solo un ligero sobreviraje que es fácil de controlar gracias a la bondad de sus reacciones.

Nuestra unidad montaba la suspensión deportiva “M” opcional que rebaja la altura del vehículo en 1 cm. Es tan firme como efectiva, y sin embargo la sensación de dureza inicial no se transmitió en cansancio tras un largo recorrido. Y siguiendo con el confort, hay que decir que sólo apreciamos el sonido del propulsor si lo subimos mucho de vueltas, apreciando un ruido de rodaje algo alto por la dimensión de sus neumáticos.

También tuve la oportunidad de comprobar control de tracción (al desconectar el control de estabilidad), retrasando su intervención para dar más agilidad a la conducción y que una vez desactivado, interviene el modo ADB bloqueando el diferencial. Y si hablamos de la dirección Servotronic, resulta muy directa y precisa, con un tacto muy agradable ya que transmite al volante con discreción lo que sucede bajo las ruedas. Y si hablamos de los frenos tipo “M”, montan 4 discos ventilados, con pinzas de 4 pistones delante y 2 detrás, garantizando una frenada potente y precisa.

Por último quería precisar que si circulamos muy rápido podemos frenar más tarde y recto antes de llegar a la curva y después se sitúa la dirección en el vértice con suavidad, lo que probado varias veces siempre tuve que corregir un ligero sobreviraje.

La Serie 2 de BMW se beneficia del completo programa de medidas EfficientDynamics de BMW, así como de un alto equipamiento con las mejores tecnologías de la firma alemana, eso sí la mayor parte opcionales, como el rápido cambio automático deportivo de 8 relaciones con levas al volante o el Pack “M” (3.849 €) que montaba nuestra unidad de prueba y que consiste en la dirección deportiva variable, frenos deportivos, suspensión adaptativa que rebaja 1 cm la altura de la carrocería, asientos deportivos, amortiguación especial, llantas de aleación de 18” con neumáticos a sobremedida, difusor trasero… Todo un lujo que luego hay que pagar bastante caro, lo que redunda en un precio final algo alto partiendo de 36.300 euros (43.995 euros en nuestra unidad), pero es el precio de una exclusividad práctica –como diésel– bajo la última tecnología de vanguardia.