Mercedes ML 63 AMG

28 mayo, 2012

No podía faltar en la gama del nuevo ML de Mercedes una versión AMG, competidora del Porsche Cayenne, que con 525 CV extraídos al motor V8 5.5 biturbo cuyo consumo medio oficial baja a 11,8 lts/100 km (o sea 4,7 litros menos que el anterior ML 63 AMG) saldrá este mes.

EL secreto de este rendimiento radica en su nuevo motor AMG V8 biturbo de 5,5 litros, con una potencia nominal de 525 CV y un par motor máximo de 71,4 mkg, es decir, 15 CV y 7,1 mkg más que su antecesor, que además puede mejorarse con el paquete AMG Performance opcional hasta los 557 CV y 77,5 mkg, disponiendo además como novedad del nuevo dispositivo activo de regulación del balanceo (Active Curve System).

Como es lógico, en estos niveles de potencia no se puede ir ya mucho más lejos, al menos si se quieren ofrecer unos parámetros mínimamente ecológicos. Por eso, el nuevo ML 63 AMG ofrece su V8 5.5 biturbo con inyección directa de gasolina mediante inyectores piezoeléctricos, parada y arranque “Eco” (el Stop & Start de Mercedes), cuatro válvulas por cilindro con regulación variable de árboles de levas, “intercooler” de aire y agua y gestión inteligente del alternador. El bloque en aluminio de 8 cilindros en V con 5.461 cc entrega 525 CV a 5.250 rpm y un par máximo de 71,4 mkg entre 1.750 y 5.000 rpm, o sea prácticamente constante.

Así, las prestaciones mejoran las de su antecesor: 4,8 segundos en el 0-100 km/h (4,7 con el pack Performance), mientras que el consumo baja a 11,8 lts/100 km en el promedio combinado (tanto sin pack como con pack) con 276 grs/km de emisión de CO2. El cambio es el automático Speedshift Plus 7G-Tronic, que transmite el par motriz a los dos ejes a través de sus 7 marchas con 3 programas de conducción (C, Controlled Efficiency, M, Manual, y S, Sport). En el modo «Controlled Efficiency » (C) se activa la función “stop & start” Eco, además de ofrecer un diagrama más suave de respuesta al acelerador y el cambio (el coche se pone siempre en marcha en segunda), mientras que en los programas Sport (S) y Manual (M) se desactiva la función Eco y el motor reacciona con más agilidad.

Al igual que sucedía en el anterior ML 63 AMG, Mercedes combina la tracción integral permanente 4Matic con una caja “transfert” especial que distribuye la potencia del motor en una relación de 40/60 entre el eje delantero y el trasero. Pero además, la suspensión deportiva AMG con paquete Airmatic (suspensión neumática, montantes telescópicos específicos, regulación automática de nivel y amortiguación adaptativa ADS) se combina por primera vez con el sistema activo de estabilización del balanceo (ACS, Active Curve System). Y todo ello bajando peso (40 kg menos que el anterior).

En el ACS, la amortiguación y la suspensión se adaptan inmediatamente de forma automática a la situación momentánea de conducción, para ofrecer un confort óptimo con la máxima estabilidad. Basta pulsar un botón para elegir uno de los tres programas «Confort», «Sport» y «Manual». Además, la suspensión neumática integral actúa en función de la velocidad y baja la carrocería a gran velocidad para reducir la resistencia al aire y lograr una mayor estabilidad.

Por su parte, el control electrónico de tracción (4ETS) incorporado también de serie optimiza el agarre a niveles bajos de fricción. Las llantas de aleación son de 20” de diámetro (9 x 20) pulidas en gris titanio con neumáticos 265/45 R20 (y en opción de 21”, con 295/35 R21), capaces de alojar unos discos de freno ventilados y perforados de 390 mm de diámetro delante y 345 detrás, con llantas de aleación AMG de tamaño 10 x 21. El sistema de frenos de alto rendimiento de AMG garantiza distancias de frenado mínimas y una gran resistencia. Cuenta con discos de freno ventilados y perforados en todas las ruedas en formato 390 x 36 mm (delante) y 345 x 26 mm (detrás).

Ya a la venta, su aspecto es decididamente agresivo, con una amplia toma de aire bajo la parrilla frontal, para asegurar junto con las aberturas exteriores, una refrigeración efectiva de los radiadores de agua y aceite, del “intercooler” y del radiador del aceite del cambio. En el borde inferior del faldón delantero AMG incorpora un perfil transversal cromado mate que acentúa la anchura del vehículo y armoniza con los marcos de las luces diurnas situadas en las tomas de aire laterales. El alumbrado ILS es opcional y los logos V8 Biturbo le identifican como el superdeportivo AMG de la Clase M. Otro elemento propio es el faldón trasero AMG con sus salidas de aire simuladas en negro, que destaca la anchura del vehículo, al igual que el perfil transversal en cromo mate que enmarca las salidas de los escapes, que a diferencia de los demás Clase M, son dos dobles y cromadas, con el ronco sonido inconfundible del V8 biturbo.

En el interior, domina el lujo y la deportividad: asientos AMG de ajuste eléctrico, volante AMG Performance de cuatro radios, con las levas de cambio de aluminio y la sección inferior del aro achatada… Molduras de aluminio y la tapa tipo persiana en lacado brillante de la consola central ponen el toque exclusivo al acabado.

La tapicería de cuero de serie incluye costuras dobles en contraste y las letras AMG en los respaldos de los asientos delanteros y de los laterales traseros, y tanto el cuadro como los apoyabrazos y paneles de puertas van forrados en símil cuero con costuras dobles.

Y del nivel de equipamiento, poco se puede decir como no sea que el propio de un coche que vale 122.500 euros: equipo hi-fi 20 CD con Bluetooth y USB, control de presión de neumáticos, techo practicable eléctrico de vidrio, asientos delanteros calefactados, etc… Aunque para su precio choca que elementos como los faros ILS ó el navegador no sean parte del equipo de serie. Y en materia de seguridad, tenemos hasta 9 airbags (7 de serie) y sobre todo, las ayudas de seguridad activa y los sistemas de asistencia a la conducción conocidos de las Clases S y E.

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