Más confort y ayudas electrónicas
La renovada Clase E de Mercedes llega al mercado bajo su nueva imagen, con una apariencia más deportiva y tecnológica, motores más sobrios y un nivel de confort y ayudas electrónicas hasta ahora exclusivo de la Clase S. Ofrecida ya como berlina y familiar (Estate), sale a la venta entre un abanico que va de 42.500 a 88.000 euros.
Ofrecido en tres líneas de acabado (Básico, Elegance y Avantgarde), esta nueva Clase E repite la excelente plataforma ya conocida, buscando la continuidad de un modelo de cuya actual generación (lanzada en 2009) Mercedes ha logrado vender más de 700.000 unidades (600.000 de la berlina y 100.000 del familiar), un número muy elevado para un coche “premium” del segmento alto.
Hoy los Clase E se han convertido en la gama alta práctica de la marca, dejando los S y CLS para el superlujo. Con la misma plataforma ya conocida de 2,87 m de batalla, estos E ofrecen ya unas dimensiones muy respetables, con 4,88 m (la berlina/sedán) y 4,90 m de largo (el familiar Estate), sin grandes variaciones de anchura (1,85 m) o de altura (1,47 y 1,51 en cada uno). En realidad se trata de un profundo “restyling”, que va tan lejos como para presentarse casi como un nuevo modelo, sobre todo por su frontal, ahora con los faros unidos en un solo grupo (rompiendo la doble disposición mantenida desde 1995 con el W 210, dos generaciones antes de la actual), aunque por dentro se mantenga la disposición de doble óptica y 4 focos (largas y cortas) ahora con lámparas de diodos (para cruce, o en opción, de manera integral).
Como no podía ser de otro modo, Mercedes se rinde también ante el “downsizing” y esta nueva generación E se centra en motores de 4 cilindros e inyección directa tanto en gasolina (Blue Direct) como diesel, con el 1.991 cc para la primera (E 200, E 250) y el 2.143 cc para los segundos (E 200 CDI, E 220 CDI, E 250 CDI, E 300 Hybrid), además de numerosos sistemas de ayuda electrónica a la conducción dentro del concepto “intelligent drive” de la marca. No hay que olvidar que las mecánicas de 4 cilindros componen el 80% de la venta total de la Clase E, quedando como residuales los motores V6 de gasolina (2.996 y 3.498 cc) y el V6 diesel (2.987 cc), por no hablar del superminoritario V8 de gasolina (4.663 cc) de los E 500. Pese a ello, por fuera esta nueva Clase E se acerca más a la S (a la que sin duda robará ventas), con sus mismos sistemas de ayuda a la conducción (hasta once distintos) para conformar una “conducción inteligente”.
Hay además dos parrillas a elegir, la clásica del nivel Elegance con tres lamas y estrella sobre el capó, y la del nivel Avantgarde, característica de los deportivos Mercedes, con la estrella en el centro. Estos dos niveles se ofrecen como iguales, uno con el acento más puesto en el confort y el otro en lo deportivo. Por novedad, el Avantgarde lleva las de ganar (se calcula que sumará el 90% de las ventas españolas). El capó se presenta más penetrante y perfilado, y el parachoques pierde los faros antiniebla. De lado, un nuevo perfil de chapa y la nueva posición de la moldura tridimensional cambian sus proporciones tanto en la berlina como en el Estate, con el perfil principal por debajo de la cintura alargando ópticamente la sensación de longitud del coche, reforzada por el perfil inferior en cuña.
En la zaga se han remodelado los grupos ópticos traseros y el paragolpes, con los primeros de diodos con distribución horizontal y una nueva combinación bicolor para acentuar la impresión de anchura del vehículo y personalizar su visión nocturna. La aerodinámica es muy buena (Cx de 0,26 a 0,28 en la berlina, según ruedas, y de 0,29 a 0,31 en el Estate).
Los cambios internos se centran en el nuevo salpicadero, con insertos en madera ó aluminio, el cuadro de tres esferas con “mini display” central en efecto Flat-Frame, el diseño de los difusores de ventilación y el reloj (analógico) entre los centrales. La consola central es también de nuevo diseño, sin selector de cambio (incorporado al nuevo volante multifunción con selectora Direct Select y levas de cambio) en las versiones con cambio automático 7G-Tronic Plus, mientras que con el manual de 6 sí hay palanca de cambio, aunque reducida a la mínima expresión.
La habitabilidad no varía, pero el maletero anuncia 540 litros en la berlina y casi 700 (695) en el familiar Estate, un nivel realmente muy alto (con los asientos traseros plegados, el Estate roza los dos m3), repitiéndose el mismo esquema de suspensiones con cuatro reglajes básicos, el normal Direct Control (Elegance), el Direct Control deportivo (Avantgarde) con altura rebajada (-1,5 cm) y amortiguación variable, y el claramente deportivo de menor altura (-2 cm) y paquete exterior AMG. Igualmente se ofrece en opción la suspensión neumática Airmatic (de serie en el V8 –E 500 y E 500 4Matic, y en el eje posterior de las versiones familiares Estate). Y en los trenes rodantes, la variedad es máxima, con ruedas de 16” en el nivel básico, 17” en los Elegance y Avantgarde, 18” en opción con la suspensión deportiva y 19” en opción máxima con monta diferenciada delante y detrás en el paquete AMG.
Entre los motores destacan los nuevos 2.0 turbo, con el primer sistema de equilibrado de masas para un motor de gasolina, con rodamientos y bomba de agua conmutable. Dan 184 y 211 CV respectivamente, anunciando un consumo oficial mixto de 5,8 lts/100 km (135 grs/km de CO2) cumpliendo ya la normativa Euro 6. Con el V6 BlueDirect Mercedes estrena su primer V6 biturbo de gasolina, con 333 CV y 49 mkg de par, el V6 más potente (E 400) aunque cubique 3 litros de cilindrada frente a los 3,5 litros del E 350 (306 CV). Y entre los diesel el E 300 BlueTec Hybrid, que combina su motor eléctrico con el 2.2 CDI del E 250, sumando entre los dos una potencia combinada de 231 CV y 76,5 mkg de par, con un consumo combinado de sólo 4,1 l/100 km (107 grs/km de CO2), realmente récord para un turismo del segmento alto, habiendo obtenido la calificación alemana A+ de máxima cualificación energética.
