Jorge Fernández
Un prototipo muy avanzado
La rueda lunar de Michelin es un proyecto en fase prototipo para equipar los vehículos de exploración del programa Artemis de la NASA y que sirve también de desarrollo para futuros neumáticos para condiciones extremas.
Se trata de una rueda sin aire que tiene que ser capaz de funcionar en unas condiciones extremas diferentes a las de nuestro planeta, sin atmosfera y temperaturas desde los 100 a los 250 grados bajo cero. Tiene que ser capaz de adherirse al terreno suelto y sin compactar, subir pendientes muy acentuadas y con una ancha banda de rodadura para no hundirse en dicho terreno.
La ausencia de atmosfera implica que los rayos UV son más agresivos, y con las ruedas en constante contacto con el suelo, se ha tenido que trabajar en los materiales utilizados. La rueda lunar de Michelin también tiene que ser muy resistentes a la abrasión, ya que la arena del Polo Sur de la Luna apenas tiene erosión, por lo que es muy abrasiva.
Otro de los puntos importantes es la baja resistencia a la rodadura debido a que el rover se pasa mucho tiempo a la sombra sin poder recargar sus baterías con los paneles solares. Este prototipo tan interesante ha estado presente en las 24 horas de Le Mans, donde Michelin tiene presencia con su Michelin Pilot Sport Endurance. En una carrera tan exigente, estos neumáticos recorren 700 km a una alta y constante velocidad, tanto en rectas como en pasos por curva.
Aunque pueda parecer que los neumáticos Michelin Pilot Sport Endurance que montan los Hypercar en el Campeonato del Mundo de Resistencia FIA-WEC y los neumáticos sin aire diseñados para pasar 10 años en la Luna no tienen nada en común, ambos son una muestra de la capacidad de innovación única de del fabricante francés a la hora de ofrecer las mejores prestaciones durante el mayor tiempo posible.