La buena fama de fiabilidad de los coches japoneses se extiende ya también a los coreanos. Un buen ejemplo es la segunda generación del utilitario de Kia, lanzada en 2011 y reestilizada en 2015, que aún ha resultado más fiable que la primera tanto en su versión 1.0 como en la 1.2.
Lo que no quita para que haya tenido algunos problemas de juventud (ajuste escaso de recorrido de embrague provocando a veces “rascadas” al meter 1ª o marcha atrás, funcionamiento errático de limpiaparabrisas que no vuelve a su posición original, batería de corta duración, uso prematuro (por mal paralelo) de neumáticos, consumo algo alto en el 1.0, vibraciones y chirridos de plásticos y altavoces, pintura frágil…). Todo ello problemas menores de solución fácil y barata. Y como llamadas a revisión, sólo dos: ambas en febrero de 2013 para los Picanto fabricados hasta marzo de 2012, por el mal funcionamiento del freno de mano sobre los tambores traseros, que a veces no se desbloquea del todo, recalentándolos, y otra en algunas series de 2011 y 2012 por problemas de funcionamiento errático de la dirección asistida eléctrica. Ambas solucionadas en garantía (o fuera de ella) mediante intervención rápida en los talleres oficiales sin costo para el cliente.