Realizado sobre la plataforma del Fiat 500, con su misma batalla —2,3 m—, pero con 7 cm más (mide 3,62 m), consigue una imagen muy distinta, totalmente dentro de la línea del «kinetic design» propia de los Ford de los últimos años. Comparte con el Fiat 500 un 80% de componentes, incluidos los motores, diferenciándose principalmente en las suspensiones que llevan distintos reglajes y barra estabilizadora y también en los neumáticos y la geometría de la dirección (muy directa).
La parrilla forma un escudo protector en negro, con la zona central de paragolpes, el lateral ofrece un perfil convexo a la altura de las manillas de puerta y las lunas traseras casi triangulares refuerzan la caída curva del techo, emparentando con la imagen del anterior Ka.
En cuanto a motores, Ford anuncia un 1.2 de gasolina, con 69 CV, y el 1.3 TDCi diesel de 75 CV, ambos de origen Fiat. Esta decisión ha sido tomada por razones de economía de escala y para evitar el retraso en el lanzamiento.
Ambos están por debajo de los 120 gr/km de emisiones de CO2.
Bonito y estiloso, con dos puertas y portón y capacidad para 4 plazas (no hay prevista en principio homologación para 5) y un maletero que llega a los 224 litros (+20%), el nuevo Ka promete ser un rival de cuidado para sus competidores europeos (Fiat 500, Renault Twingo, Citroën C2) y orientales (Hyundai i10, Kia Picanto, Suzuki Alto, etc). De momento Ford está realizando una activa promoción precampaña del modelo, desde el anuncio de «kits» de personalización individual (Ka Digital Art, Ka Grand Prix, Ka Tattoo…) como los expuestos en París, hasta su promoción cinematográfica plasmada en la aparición del coche (conducido por la última «chica Bond», la rusa Olga Kurylenko) en la nueva película del agente 007, «Quantum of Solace». En definitiva, calentar un poco el ambiente antes de su comercialización definitiva, prevista para el próximo mes, con precios fijados en 10.600 y 12.200 euros (menos promoción), en gasolina y diesel respectivamente, ambos en acabado Titanium.