En 2021 Peugeot recupera su logo de los años 60

23 mayo, 2021
J. ROBREDO
El nuevo rostro del león

Una cabeza de león diseñada sin ninguna floritura e insertada en un triángulo con forma de escudo, con el nombre de la marca Peugeot por encima en letras mayúsculas muy finas y ligeramente arqueadas es el nuevo logo de la marca francesa que estrena este 2021 el nuevo 308.

La marca francesa matriz del grupo PSA y clave dentro de la nueva agrupación de marcas Stellantis, cambia de logo y a través de Peugeot Design Lab adopta un nuevo estilo “neo retro”, con una cabeza de león muy esquemática (no se aprecia que lo es a cierta distancia) y lejana del clásico león de cuerpo entero idéntico al de casi todos los escudos nobiliarios. Mostrado por primera vez en 2018 en el espectacular Peugeot e-Legend Concept, en Sochaux se dicen haber elegido la sobriedad sobre la apariencia, pero lo cierto es que el nuevo escudo no ha despertado mucho entusiasmo entre los fieles de la marca (aunque a muchos le gusta más que el anterior del león rampante), como tampoco la leyenda “Peugeot” en mayúsculas sobre la cabeza, con una tipografía muy años 50. Algunos directivos han dicho en privado que es un bonito escudo para lucirlo sobre un 203, pero no sobre los nuevos 308…

Un logo más simple y sencillo, que homenajea de forma explícita al emblema que adornaba los capots de los coches del constructor entre 1960 y 1968. El dibujo de la cabeza del león de lado, que estrenó en 1960 el Peugeot 404, no puede ser más conciso, pero la imagen de su cabeza de frente dice más de su personalidad y fiereza. Nos viene a la memoria la famosa frase de “no es tan fiero el león como lo pintan”.

La historia del animal heráldico

En 1858, Émile Peugeot, máximo responsable de la empresa que producía las célebres herramientas con el apellido de la familia, registraba formalmente el símbolo que acompañaría a la marca durante sus ya más de 150 años de vida: el león. Este animal salvaje ya había sido empleado 8 años antes en las sierras de la marca a través de la obra del escultor Justin Blazer, una perfecta metáfora de su flexibilidad, resistencia, agilidad y rapidez en el corte.

Su primera aparición conocida, el León posa sobre una flecha que mira hacia la izquierda, indicando el primer movimiento de la sierra hacia esa dirección. Más a delante va dando el salto hacia otros productos de la marca, como los famosos molinillos de café y especias (1881), las bicicletas (1882) y las motos (1898). Sin embargo, el Serpollet-Peugeot de 1889, primer automóvil fabricado por Peugeot, no lució el león en su frontal, habiendo que esperar hasta 1905 para verlo en la calandra de los modelos de la marca.

Siguiendo las tendencias artísticas del momento, los escultores Marx y Baudichon evolucionaron en 1923 el león a forma tridimensional como tapón para el radiador de todos los modelos de la marca, realizando curiosamente dos versiones: un león dispuesto a saltar y otro rugiendo. Este último acabaría imponiéndose en los años 30 en varios modelos míticos como los Peugeot 301, 401, 402 y 601.

Acabada la Segunda Guerra Mundial, el fabricante recuperó la mirada hacia el Franco Condado, su tierra de origen, con el que comparte historia, carácter y también un símbolo: el león. Y así, con el lanzamiento del Peugeot 208, su primer modelo de posguerra, el animal tomó un estilo heráldico, imitando al león rampante que figura en el escudo de esa región francesa. Apoyado sobre sus dos patas traseras, reinaría sobre la calandra y, por primera vez, el volante hasta los años 60.

Con el inicio de la “Década Prodigiosa”, Pininfarina iniciaba una longeva y exitosa colaboración con el Peugeot 404, en el que cobraría protagonismo una nueva visión del león, rugiendo y con la melena al viento, en un elegante tono dorado. En cierto modo, un antecesor del actual logo de la marca que se mantendría hasta los años 70, donde se volvería al león rampante y a una estética cada vez más minimalista hasta desembocar en lo que se ha conocido como el ‘león de alambre’, una figura delineada que desde 1975 ha liderado los frontales de modelos como el Peugeot 604, el 306 o el 205.

Las últimas evoluciones de 1998 y 2010, han redondeando y despejado las líneas, creando formas y texturas con relieves metálicos que daban sensación de firmeza y solidez. Aparece sobre el capó o en el centro de la calandra, creando formas junto a la rejilla delantera. Con el inicio de la nueva era de electrificación de la gama, el León se volvió dicroico en las versiones eléctricas e híbridas enchufables, es decir, cambiaba de color según incidiese el ángulo de la luz.

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