Por fuera, el nuevo buque insignia de la marca checa destaca por su elegancia y equilibradas proporciones, propias de una berlina de su categoría. Ahora es 4 cm más largo (4,84 m) y 5 cm más ancho (1,82 m), mientras que pierde un cm de alto (1,46 m) y recorta su batalla en 4 cm (2,76 m). El frontal adopta otro aire, más actual, con el nuevo corte superior de faros, y como el morro es más corto ahora con el motor transversal, lo único que choca un poco es que parece tener mucho “cuerpo central” frente a sus contenidos voladizos (basta con fijarse en el tamaño de las puertas).
Soberbias dimensiones.— Por dentro, el habitáculo gana de 2 a 3 cm en sus cotas longitudinal y transversal, gracias a la nueva disposición del motor. Sus materiales son convencionales, con plásticos de calidad y tapicerías de tela de buena presencia, sin recurrir a alardes suntuosos.
Ajustes correctos, buen gusto y detalles ingeniosos (portaparaguas, etc) dominan su presencia, con dos plazas delanteras muy cómodas, con asientos anatómicos regulables en altura, que sujetan bien el cuerpo en curvas, y volante regulable en altura y profundidad, que permite encontrar la posición perfecta para todos.
Detrás tenemos unas plazas propias de una gran berlina de lujo, con una extraordinaria amplitud para piernas (94 cm, casi diez más que la mayoría de sus rivales) que contrasta con una anchura algo escasa (menos de 1,40 m) para su nivel, que resulta algo justa para tres adultos, aunque más que suficiente para dos.
Como antes el maletero sigue siendo uno de sus puntos fuertes, anunciando ahora 565 litros (antes 460, aunque daba más de 500 reales), que pueden llegar a 1.670 con los respaldos de los asientos traseros abatidos (por mitades asimétricas). Bajo su plano de carga va la rueda de repuesto, afortunadamente normal, de la medida de serie, o sea 205/55 R16. Pero lo mejor de todo es la solución lograda por los ingenieros de Skoda para resolver el típico problema de las berlinas clásicas de tres volúmenes, que es su menor boca de carga. Así, este nuevo Superb ofrece una doble apertura “Twindoor”, que permite abrir bien como una tapa convencional de maletero, bien como un portón, con luneta incluida, convirtiéndose así en un 5 puertas. Esta doble configuración simultánea de 4/5 puertas hace del Superb un modelo totalmente distinto a los demás. Y aunque la rigidez del conjunto sea algo menor a causa de esta 5ª puerta, gana un 10% más sobre el anterior modelo gracias al uso de aceros de alta resistencia.
Lujoso y práctico a la vez.— El puesto de conducción causa buena impresión, con materiales de calidad bien ajustados. El revestimiento del salpicadero, mullido y rugoso, evita reflejos, y el parabrisas (ahora más grueso) aísla más el ruido exterior. El cuadro de instrumentos (estilo Passat) es claro y preciso, con una mini-pantalla central para los datos del ordenador de a bordo (y en este caso, también los del sistema opcional de ayuda al aparcamiento «Park Assist»). El climatizador bizona es muy eficaz, templa rápidamente el habitáculo y permite diferenciar las temperaturas para conductor y acompañante. Detrás, las plazas traseras disponen de aireadores orientables en los pilares centrales de la carrocería, y hasta una mini consola con reloj y toma eléctrica.
Además este Superb ofrece múltiples detalles (guantera refrigerada, hueco bajo el volante y en la consola central, apoyacodos ajustable…) prácticos, tanto para los pasajeros como en el maletero (ganchos escamoteables) y el ya citado hueco portaparaguas (que ya tenía el anterior Superb) bajo el apoyacodos de la puerta trasera izquierda, que incluso dispone de salida de desagüe.
En el apartado mecánico encontramos el turbodiesel 2.0 TDI 16V de 140 CV tan habitual en las marcas del grupo VAG, pero aquí alimentado todavía por el sistema PDE (bomba/inyector) y no por «common rail» como nos hubiera gustado. Pero lleva su turbo variable y filtro de partículas, y como guinda, el cambio automatizado de doble embrague DSG, con 6 relaciones y desarrollos levemente más cortos. El bastidor recurre a la estructura modular del grupo, uniendo elementos del Octavia/ Golf y el Passat junto a otros propios para crear su carácter especial, destacando el cambio de la suspensión trasera, ahora por eje multibrazo totalmente independiente y no torsional como antes, mientras que el eje Mac Pherson delantero monta ahora elementos de aluminio de menos peso. Finalmente, la dirección de asistencia electrohidráulica da paso a otra eléctrica más lenta, mientras que los frenos ganan en diámetro de discos, pasando a 312 mm los ventilados delanteros y 286 mm los macizos traseros (antes 288 y 245 mm, respectivamente).
Comportamiento: muy superior.— Al ganar en longitud los mismos 4 cm que pierde en batalla se podría pensar que este nuevo Superb perdería algo de su acreditada estabilidad, y nada más lejos de la realidad. Gracias a la nueva suspensión posterior multibrazo, gana en aplomo y confort, con un eje trasero que ayuda a trazar las curvas en apoyos al límite, pero nada brusco, sino de forma suave y previsible, con un ESP siempre alerta. En trazados tortuosos y curvas enlazadas se muestra muy eficaz, con un tarado de suspensión bastante firme que cuida bastante a los pasajeros pero no consiente balanceos acusados.
Los apoyos fuertes en curva no alteran el giro, gracias al buen tarado de amortiguación y a un eje delantero ágil y preciso, y las ruedas opcionales de 18 pulgadas (calzadas con unos Pirelli P Zero en medida 225/40 R18) terminan de rematar la faena. Claro que con un perfil tan bajo el confort se resiente un poco en los baches (mejor le iría la opción más racional de llanta 17, con 225/45 R17, por no hablar de las ruedas de serie, con 205/55 R16).
Silencioso y confortable, con menos ruidos y vibraciones (lleva la misma suspensión del VW Passat, que absorbe mucho las irregularidades del piso), el Superb transmite un tacto de berlina grande de lujo, sin que sus importantes dimensiones empañen un comportamiento dinámico de primera. Incluso su gran batalla de 2,76 m ayuda a suavizar las reacciones de la suspensión trasera en virajes pronunciados, con un ESP muy bien coordinado con el ABS a fin de no restar placer de conducción en ningún momento.
La nueva dirección eléctrica gira algo más que la anterior electrohidráulica, (10,8 m frente a 11,8 antes, a lo que también ayuda el recorte de batalla) pero a cambio es un poco más lenta (3 vueltas entre topes en lugar de 2,75), aunque ofrece un tacto correcto e informa de lo que pasa bajo las ruedas. Y los nuevos discos de freno más grandes, en especial los delanteros, con todas sus ayudas electrónicas, logran distancias de frenado de gran mérito para un coche de su peso y tamaño, con un pedal de buen tacto y una buena resistencia a la fatiga en uso intensivo.
Buenas prestaciones, mejores consumos.— Si el chasis del nuevo Superb va sobrado para los 140 CV de este motor, no quiere decir ello que éste no se baste para moverlo con alegría. Los 1.968 cc de este bloque TDI de 16 válvulas pueden parecer pocos para un coche del tamaño del Superb, pero no lo son, aparte de que así logra unos consumos muy moderados.
Enérgico desde las 1.700 rpm, este 2.0 TDI da lo mejor de sí entre 3.000 y 4.000 rpm, pero gracias a su gran par de 32,7 mkg a sólo 1.800 rpm y al escalonamiento algo más corto del cambio DSG (50 km/h de desarrollo final en 6ª a 1.000 rpm, por 53,4 antes) este nuevo Superb presenta una respuesta más viva en aceleración y recuperaciones.
Algo perezoso al iniciar la marcha, quizá por el cambio DSG (y el escaso kilometraje de la unidad de prueba) resulta muy agradable y cómodo de conducir una vez en movimiento, con el único «hándicap » de una sonoridad algo acusada (culpa de la inyección por bomba/inyector, que desaparecerá cuando incorpore la inyección «common rail» que ya tiene su hermano el Superb 2.0 TDI de 170 CV).
Con 10,8 kg/CV, las prestaciones de este Superb TDI son bastante honestas, con una velocidad máxima oficial de 205 km/h que logra en 6ª ligeramente por encima del régimen de potencia máxima (4.100 rpm). La aceleración supera los cronos oficiales (9,6 segundos en el 0-100 km/h, cuando anuncia 10,2, cubriendo el km desde parado en 31,1). Las recuperaciones, con el acortamiento de desarrollos, son muy buenas, pero si dejamos el cambio en «D» se logran unos cronos sensacionales gracias a la rapidez del -DSG. Y si las prestaciones son más que dignas, los consumos son excelentes para un coche de su tamaño y peso: 5,6 lts/100 km a 90/100 km/h de promedio, y 6,9 a 120/130 km/h… Es difícil superar los 7 litros dentro de los límites legales. Y fuera de ellos, a lo más que se llega es a los 8,7 litros/100 km del consumo urbano.
Un equipamiento muy com -pleto.— El nivel de acabado Ambition de este Superb 2.0 TDI 140 CV es bastante completo. De serie trae retrovisores exteriores por mando eléctrico (también de plegado) y calefactados (y ahora con intermitentes integrados), llantas de aleación de 7 x 16 (205/55 R16), asientos delanteros con reglaje lumbar y de altura, y traseros abatibles por secciones (1/3-2/3), «display» de información digital en la mini consola para las plazas traseras, 4 «spots» de lectura, guantera climatizada y con luz, apoyacodos central trasero con portaobjetos, volante ajustable en altura y profundidad, luces de emergencia en frenadas bruscas, 7 airbags (incluido el de rodillas del conductor), ESP, ABS+EBD, ASR+EDL, HBA, faros antiniebla, cierre centralizado con telemando, climatizador dual, servodirección eléctrica, 4 elevalunas eléctricos (con sistema antipinzado) alumbrado de acompañamiento de cortesía («coming home y leaving home »), activamiento automático de faros y limpiaparabrisas, rueda de repuesto normal, ordenador de a bordo, control de crucero…
Todo ya muy habitual en un nivel de acabado alto, pero al que se unen además otros detalles menos comunes como el retrovisor interior electrocrómico (con posición automática de antideslumbramiento), volante, pomo del cambio y fuelle de freno de mano en piel, faros direccionales «cornerlight» (con encendido lateral de lámpara auxiliar al girar el volante), el famoso paragüero… Detalles todos muy completos para un coche de este nivel, cuyo precio final apenas si roza los 29.500 euros. De lo que se desprende que este Skoda Superb 2.0 TDI 140 CV es una magnífica opción para usuarios de largo recorrido, tanto de autopista como carretera, ya que une a su gran confort una tremenda capacidad interior, prestaciones suficientes y un consumo contenido, con una de las mejores relaciones calidad/precio de los coches del grupo Volkswagen y la exclusividad de su carácter 4 y 5 puertas a la vez. Toda una sorpresa de lo más agradable.