Familiar deportivo de gran atractivo

El nuevo Kia Proceed hereda el nombre de su antecesor pero ahora pierde la condición de versión de 3 puertas y renace como familiar dinámico tipo Shooting Brake, que hemos probado en el nivel GT Line con el motor 1.4 T-GDI de 140 CV y el cambio automatizado DCT de 7 marchas.

Fabricado en Europa (en la planta eslovaca de Zilina, de donde también salen los Ceed berlina y familiar Tourer), este nuevo ProCeed está cubierto de serie como todos los Kia por su garantía de 7 años o 150.000 km.

Utiliza la misma plataforma K2 de sus hermanos con su misma batalla de 2,65 m, y el frontal presenta la misma parrilla de los demás Ceed y su misma luz de cruce diurna de diodos (el “cubito de hielo” que le llama la marca) con 4 lámparas por foco, pero los paragolpes son distintos con tomas de aire en las esquinas y lo que ya cambia del todo es la marcada caída del techo (ahora de vidrio) hacia la zaga.

Un pequeño deflector superior acentúa su aspecto deportivo, mientras que un inserto cromado en los pilares traseros aligera un poco su imagen. Mide lo mismo que la versión familiar Kia Ceed Tourer (4,60 m de largo por 1,80 de ancho), pero es 4,5 cm más bajo y tiene un voladizo delantero algo mayor, con un portón trasero más tendido (tiene una luna un tanto estrecha, lo que complica algo la visibilidad en maniobra, solucionado con la cámara trasera de aparcamiento), distintos pilares y medio cm menos de altura libre al suelo.

Prueba Kia ProCeed 1.4 T-GDi GT Line DCT: amplio interior

Como es lógico, su habitabilidad no supera la del Ceed Tourer, con el que le comparamos frecuentemente, aunque la segunda fila de asientos rebaja un poco su altura libre al techo, sin que sea óbice para poder acoger adultos de hasta 1,80 m de estatura, con un generoso espacio para las piernas. Por anchura admite bien tres plazas aunque con la central más estrecha e incómoda (se pliegan en formato 40/20/40).

Dentro, frente al Ceed berlina este ProCeed lleva volante de base achatada, techo tapizado en negro en vez de gris, y molduras de puerta metalizadas. Pero el salpicadero es el mismo, emulando un tapizado de piel, y tenemos casi la misma habitabilidad del Tourer, con mucha anchura delantera a nivel de hombros (1,43 m) y ya menos detrás (1,35 m), donde el espacio para piernas ronda los 70 cm, y peor cota (frente al Tourer) en su altura libre al techo, que pierde unos 3 cm.

El acceso por las puertas traseras es algo menos cómodo por la caída del pilar trasero, pero una vez sentados la posición es bastante natural, permitiendo el fácil acoplamiento de sillitas de niño, y con los mismos huecos portaobjetos que sus hermanos berlina y familiar, así como su pantalla multimedia táctil de 8” con navegador.

El maletero está muy cuidado, lleva ganchos de sujeción y presenta un piso plano casi continuo, pero no del todo (hay un escalón de unos 7 cm con los asientos traseros plegados), y bajo el mismo hay una bandeja con huecos para alojar objetos de varios tamaños. La altura de la cortina cubreequipaje es algo escasa, pero trae red sujetabultos y hasta rieles en el piso con correas retráctiles para fijar la carga.

Nuestra unidad llevaba rueda de repuesto de emergencia (aquí de serie) y el portón de apertura automática opcional (con función “manos libres” por proximidad de la llave al portón). Su maletero es algo más pequeño (pero poco, 594 litros frente a 625 el Tourer) aunque sigue siendo un buen volumen, lo cual hace de él una perfecta alternativa familiar. Y si plegamos los asientos traseros sus 594 litros suben a 1.545

El nivel GT Line del coche probado lleva asientos delanteros de mayor sujeción, tapizados en tela y polipiel con costuras grises, y trae de serie el equipo hi-fi JBL (que no impide la rueda de repuesto) con conectividad Bluetooth, Navegador con pantalla de 20 cm (8”), Android Auto/Carplay y servicios de conectividad TomTom, faros de diodos con cambio automático de luces y acceso y arranque sin llave, además de refinamientos como el soporte de recarga inalámbrica de móviles, alerta por cambio involuntario de carril (el asistente para el seguimiento es opcional), alerta de presencia de vehículos en el ángulo muerto, y ya en opción el organizador de carga del maletero.

Nuestra unidad contaba con el Pack Premium opcional (2.050 €) con volante y asientos calefactados (delante y detrás, y también ventilados delante) con ajuste eléctrico, parabrisas calefactado, control de crucero inteligente con parada y arranque automáticos, asistente inteligente de aparcamiento, alerta de ángulo muerto y tráfico posterior cruzado, sistema de asistencia de frenada de emergencia con detector de peatones, tapicería mixta y el portón trasero manos libres.

Prueba Kia ProCeed 1.4 T-GDi GT Line DCT: mecánica brillante

Se trata de un 1.353 cc con bloque de 4 cilindros turbocomprimido y alimentado por inyección directa de gasolina, con filtro de partículas de serie, unido esta vez al cambio automático DCT de doble embrague y 7 relaciones. Desarrolla una potencia máxima de 140 CV a 6.000 rpm y un par máximo de 24,7 mkg entre 1.500 y 3.200 rpm.

Realizado en aleación ligera y dotado de carrera larga, este motor tiene una excelente respuesta motriz a bajo régimen, girando muy a gusto desde 1.600/1.700 rpm hasta las 4.500, y se estira sin problemas hasta las 6.000. Con el cambio DCT y en el modo normal se consigue una marcha fluida y constante, con pocos cambios, sacando el genio en el modo Sport para cumplir los cronos oficiales que le señala Kia.

Anuncia oficialmente 205 km/h y 9,4 segundos en el 0-100 km/h, y nuestra unidad de prueba ha hecho el crono señalado y sin bajar de 6ª, comprobando que con un mínimo lanzamiento los 200 km/h son totalmente alcanzables (pero no queremos ser carne de delito en vías públicas).

Es un motor que tira de maravilla entre 2.000 y 4.000 rpm, un arco en el que no suena mucho y empuja de lo lindo. El km desde parado lo cubre en menos de 31 segundos (30,8) pese a ser automático y por lo demás no presenta ni baches ni tirones, tanto en modo eco como en confort o Sport, junto a un muy bajo nivel sonoro.

Anuncia un consumo medio de sólo 5,7 lts/100 km… que evidentemente resulta superior en la práctica, aunque tampoco alarmante. El mínimo obtenido a 90/100 km/h en carretera ha sido de 5,5 lts/100 km, subiendo a 6,6 en autovía a 120/130 km/h y a 7,2 en ciudad (siempre en modo normal, con el aire acondicionado puesto).

Para un coche de su peso y cambio automático (aunque sea DCT) no es mucho. Eso sí, en conducción más bien deportiva y modo Sport en montaña nos vamos en seguida a los 8,5 lts/100, y si damos pleno gusto al pie, podemos acercarnos fácilmente a los 10.

Prueba Kia ProCeed 1.4 T-GDi GT Line DCT: comportamiento intachable

La postura al volante es muy correcta para todas las tallas gracias a los amplios ajustes de volante y asientos. El cuadro se lee muy bien y en los mandos prima antes la funcionalidad que la apariencia, con teclas a mano del conductor y de buen tamaño y agradable tacto, y las principales por mando directo sin pasar obligatoriamente por la pantalla táctil (como sucede en otras marcas).

El nivel de calidad percibida en este nivel GT Line es muy alto, y se nota también a la hora de conducir, con un cambio automático muy cómodo tanto en uso manual como secuencial (con levas al volante) y una dirección ahora más rápida (2,44 vueltas entre topes), acorde con su carácter de familiar deportivo.

El resultado es una conducción más ágil, pero sin llegar a nerviosa. La suspensión es bastante firme, con poco balanceo en curva y apoyos limpios en una sola vez. Al límite el ESP se insinúa lo justo para cortar el principio del sobreviraje, pero hay que ir muy deprisa (o llevar el coche muy cargado) para que entre en acción. A cambio la agilidad es excelente, con la sensación de conducir un coche más pequeño de lo que es, y sobre todo, con un buen grado de confort sobre mal piso, donde absorbe bastante bien las desigualdades. En resumen, un perfecto compromiso entre deportividad y confort. La única crítica que encontramos es algo de ruido de rodadura no exagerado (dependiendo del asfalto y del régimen de giro del motor) y que denota la falta de un poco más de material aislante.

La frenada es muy satisfactoria, tanto por tacto como por resistencia, con sus discos delanteros ventilados de 320 mm, mientras que los macizos traseros son de 280 mm, y la medida de su tren rodante la justa, sin pasarse ni quedarse corta, siendo además ya una medida muy común y asequible en llanta 17” (225/45 R17) con la calidad probada que añaden las Pilot Sport de Michelin.

En definitiva, este ProCeed GT-Line de 140 CV representa un compromiso ideal para quien busque un coche familiar de potencia media, con un diseño original y sensaciones más propias de un compacto deportivo que de un familiar.

Quien quiera algo menos contundente tiene su opción en el ProCeed 1.0 T-GDi de 120 CV, pero ya en 3 cilindros y por muy poca diferencia de precio, y quien quiera algo más radical, el ProCeed GT de 204 CV, sin olvidar la interesante opción diésel para quienes buscan la máxima economía de consumo. en el 1.6 CRDi de 136 CV.