Reduce drásticamente las posibles lesiones de los ciclistas
Bosch mejora su frenada autónoma iBooster para prevenir los atropellos con el nuevo sistema de frenada automática de emergencia Bosch con detección de ciclistas, que lo han hecho merecedor de nuestro «Premio a la Innovación Tecnológica 2019«.
Un reciente estudio de Bosch España y la Fundación Mapfre, titulado “La atención en la conducción: ciclistas invisibles para los conductores” revela que menos del 40% de los automovilistas recuerdan haber adelantado a los ciclistas en ciudad y de ahí la importancia del uso del chaleco reflectante por los ciclistas para su seguridad, ya que sin él los conductores les prestan menos atención y los adelantan con menos cuidado, sin darse cuenta.
El estudio es fruto de una encuesta a 1.031 conductores que han adelantado a un ciclista en una calle y a los que se les ha preguntado si durante su recorrido han sido conscientes de ello, y en caso afirmativo, si han percibido algún tipo de riesgo. Además, el estudio muestra los resultados de un análisis realizado a 15 conductores entre 20 y 57 años, monitorizados para saber si han sido conscientes de la presencia de los ciclistas y para analizar su conducta al volante, estilo de conducción y errores cometidos.
Gracias al mismo se ha podido demostrar que si el ciclista lleva chaleco reflectante aumenta un 6% el grado de concentración de los conductores y la “visualización efectiva inconsciente” (+39%), lo que representa 12 puntos más frente al ciclista que no lo utiliza, “un valor sorprendente y preocupantemente bajo”, según Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, quien señala que “tenemos que aprender a mirar y a ver a los ciclistas que comparten la vía con los conductores de automóviles”.
Más de un tercio de los encuestados (el 35%) confirma haber visto un ciclista con chaleco reflectante de modo consciente, mientras un 65% lo ignora, pero sólo el 8% reconoce verbalmente haber percibido algún riesgo al adelantarle, frente a un 92% que lo niega, destacando que los conductores que advierten la presencia de ciclistas con chaleco tienen más precaución que frente a aquellos que no lo usan, aumentando su distancia de seguridad con respecto al ciclista.
Respecto a los ciclistas sin chaleco, el 23% de los conductores admite recordarlos pero afirma prestar más atención a otros elementos como rotondas o peatones (sólo un 4% percibe una situación de riesgo), reconociendo una escasa visibilidad del ciclista que aumenta las posibilidades de atropello.
De ahí que Bosch, ante esta situación de vulnerabilidad ciclista y el uso cada vez mayor de la bicicleta en el transporte urbano, haya puesto a punto una frenada automática de emergencia con detección de ciclistas, que mejora su ya conocida frenada autónoma de emergencia. Se trata del servofreno electromecánico iBooster, que aplica una frenada completa ADAS (Advanced Driver Assistance Systems) en menos de dos décimas de segundo, manteniendo activa la frenada automática de emergencia.
¿Cómo funciona la frenada automática de emergencia con los ciclistas?
Mediante una exposición conjunta de prueba hecha por Bosch y la Fundación Mapfre, se mostró cómo funciona un vehículo con este sistema incorporado, mediante una simulación con “dummies” ciclistas que pasan ante un vehículo para demostrar la efectividad de este sistema ADAS, que cuenta con una cámara de vídeo estéreo que detecta una colisión inminente hasta una velocidad de 60 km/h y puede reducir la velocidad de impacto en 40 km/h, ideal para prevenir los accidentes con ciclistas tanto urbanos como interurbanos.
Entre los 60 y los 80 km/h, el sistema avisa acústicamente al conductor en caso de riesgo inminente, para que reaccione en caso de no haber detectado al ciclista. El ADAS es capaz de actuar tanto si el ciclista circula en sentido perpendicular como en la misma dirección del automóvil.
Según Lorenzo Jiménez, jefe de prensa de Bosch España, “si todos los coches llevaran incorporado este sistema se podrían evitar el 43% de los siniestros con lesiones que implican bicicletas y automóviles, o, al menos, mitigar su gravedad”. Además de influir también en el resto de la siniestralidad de los ciclistas, por distracciones, cansancio o mala visibilidad.
Para Jesús Monclús, promover este sistema ADAS es clave para reducir la siniestralidad de los ciclistas, destacando que debe hacerse “mediante programas de información a los automovilistas y compradores e incentivos fiscales suficientemente atractivos”. En este sentido, también comentó la importancia de utilizar “casco homologado y correctamente abrochado”, ya que “previene dos de cada tres lesiones graves en la cabeza y el cerebro”, principales responsables de la muerte en accidentes con ciclistas, insistiendo en que la bicicleta debe estar equipada con timbre y luces delanteras y traseras, recomendando a los ciclistas el uso de prendas reflectantes de alta visibilidad “y que se bajen de la bicicleta para cruzar los pasos de peatones”, cosa que casi ninguno hace.
De la importancia de este desarrollo de Bosch da fe el que el test europeo de evaluación de la seguridad de los nuevos automóviles (EuroNCAP), haya reconocido su importancia y desde el año pasado incluya la frenada de emergencia con detección de ciclistas en su sistema de clasificación mediante estrellas. Los sistemas de frenada de emergencia con detección de peatones forman parte del sistema de clasificación EuroNCAP desde 2016.
Y hay además otro factor de protección para ciclistas y motoristas por parte de los sensores de radar traseros de media distancia de Bosch, que monitorizan los cambios de carril en autopistas y autovías, y también pueden evitar que, tras aparcar su coche en paralelo en la acera, el conductor o su acompañante salgan del mismo sin mirar si alguien se acerca por detrás en el momento de abrir la puerta. Esto es causa de innumerables accidentes con ciclistas que se encuentran con la inesperada apertura de una puerta al pasar a la altura del coche recién aparcado.
La alerta de salida del coche de Bosch puede evitar este tipo de accidentes, estando activa en todas las puertas y advirtiendo a los ocupantes incluso varios minutos después de haber apagado el motor, antes de que salgan descuidadamente del vehículo. Instalados a la izquierda y derecha de trasera del coche, los sensores detectan el tráfico en un radio de 20 metros, así como a otros usuarios de la calzada que se acercan desde atrás o que ya están al lado o en la parte trasera del vehículo, y advierten rápidamente al conductor antes de abrir la puerta.
