Nuevo Mazda2 (Primer contacto)

27 febrero, 2015
GERARDO ROMERO-REQUEJO / J. ROBREDO

Revolución en su segmento

La cuarta generación del Mazda2 (nació en 1996 como Demio) llega a nuestro mercado bajo la nueva imagen que hereda la estética de sus hermanos los 3 y 6 a un precio de 13.250 a 20.600 euros, precios que tras las habituales rebajas y promociones se quedan en realidad entre poco más de 11.000 y 17.000 euros.
Este nuevo Mazda2 ofrece múltiples mejoras frente a sus hermanos anteriores. De hecho, se espera que suba el listón del segmento B, el más importante en Europa por cuota de mercado. Comparte, como todos los Mazda actuales, la tecnología SkyActiv y el diseño “kodo” (“alma en movimiento”), con diversos avances en prestaciones, economía de consumo, seguridad y, por supuesto, placer de conducción. Y además, con él se estrena en Europa el nuevo motor SkyActiv-D 1.5 de Mazda, un turbodiesel de litro y medio de cilindrada y 105 CV.

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Sus medidas responden a la media del segmento, aunque por arriba (4,06 m de largo, 14 cm más del actual 2, con 2,57 m de batalla (+8 cm), una de las mayores del segmento B). Buena parte de este aumento se aplica al voladizo delantero, ya un poco excesivo para un coche como éste. La anchura (1,70 m) no varía y la altura casi tampoco (1,50 m), mientras que la habitabilidad mejora tanto delante como detrás y el maletero pasa de 250 a 280 litros oficiales (950 con asientos traseros abatidos).
Estéticamente presenta una imagen muy atractiva, con la marcada parrilla pentagonal frontal y los faros trapezoidales repitiendo la estampa de los Mazda3 y Mazda6 a escala algo menor, en una carrocería más corta con 5 puertas, y aristas más marcadas en frontal y laterales. Frente a sus hermanos mayores, destaca su mayor sensación de altura, sobre todo detrás, que no llegan a compensar los nuevos grupos ópticos traseros, triangulares y apaisados pero en posición bastante alta, ni el escudo inferior del paragolpes. Respecto a bastidor y suspensión, repite el consabido esquema de eje anterior MacPherson y posterior semitorsional, típico de los tracción delantera de motor transversal, mejorado con una mayor rigidez torsional. Luego, en el eje delantero se han modificado los anclajes de la barra estabilizadora y aumentado el ángulo de avance de las ruedas delanteras, lo que mejora el tacto de la dirección, ahora un poco más directa (desmultiplicación de 14,7 a 1 frente a 15 a 1 antes). Y los frenos, aunque mantienen el esquema mixto de discos y tambores (único reproche posible, al menos para los 1.5 gasolina de 115 CV y el diesel, que se merecen ya los 4 discos lo mismo que ya montan el cambio de 6 marchas), los discos ventilados delanteros suben a 258 mm de diámetro, lo que teniendo en cuenta su bajo peso (de 970 a 1.040 kg, según versiones, con una reducción media del 7%) no está nada mal.
Interior muy conseguido.– Equipado con el volante multifunción de 3 brazos y el cuadro con el gran cuentavueltas central, con velocímetro digital inferior, cuenta con la novedad (algo poco frecuente en este segmento) de un “Head Up Display” (opcional y sólo para el nivel Luxury). El volante se regula ya no sólo en altura sino también en profundidad, y hay 2 cm más de anchura entre asientos, con mejor sujeción de respaldos (más altos y envolventes, a la vez que más finos). El diseño interior es alegre y deportivo, con una mayor sensación de calidad percibida y cinco tapicerías a escoger, según los niveles de acabado. La pantalla multifunción auxiliar va “flotante”, al estilo de la Clase A de Mercedes.
En marcha se aprecia una notable disminución del ruido, tanto del motor como de rodadura. Se nota la experiencia acumulada de la marca en esta cuarta generación de la gama, que suma ya 2,4 millones de unidades entre todas, logrando aportar en esta última ese toque dinámico “subpremium” de los últimos modelos de la marca de Hiroshima. Quizá el único reproche sea un maletero algo escaso (280 litros oficiales hasta la bandeja, que no parecen más reales) para un coche de más de 4 m de largo y sin rueda de repuesto.

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Atracción motorista.– La máxima atracción se centra en el nuevo 1.5 turbodiesel (no disponible hasta el verano), evolución menor del 2.2, caracterizado como éste por su baja relación de compresión (14,8 a 1) y una combustión más homogénea con menor fricción mecánica. Su eficiencia térmica es excepcional, con un mínimo consumo y muy bajas emisiones, cumpliendo la normativa Euro 6 (¡tomen nota!) sin necesidad de ningún postratamiento del tipo de catalizador SCR con inyección de urea (Ad Blue), aunque sí lleva filtro de partículas (DPF). Es un 4 cilindros biárbol de 16 válvulas, dotado de inyectores solenoides de alta pulverización (ni siquiera piezoeléctricos), doble EGR de recirculación de gases de escape a alta y baja presión, turbocompresor de geometría variable y radiador del aire de admisión (“intercooler”) integrado en el propio colector de admisión, dando 105 CV a 4.000 rpm con un par máximo de 22,5 mkg constante de 1.400 a 3.200 rpm. Su reducido consumo (3,4 l/100 km de promedio oficial combinado y 89 g/km de CO2, de los mejores de su clase) junto a unas prestaciones nada desdeñables (10,1 segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h y 178 km/h de velocidad punta), junto al hecho de montar cambio de 6 marchas pueden hacer de él la estrella de la gama, incluso por delante del 1.5G de 90 CV, que es en el que confía Mazda para su máxima venta (dado que el 75 CV no mejora al 90 CV ni en consumo ni en emisiones).
Entrando ya en los motores de gasolina, el nuevo Mazda2 recurre al bloque único del 1.5 SkyActiv-G, declinado en tres variantes (75, 90 y 115 CV). Se trata de un 4 cilindros también biárbol y con 4 válvulas por cilindro y distribución por cadena, con cotas de cilindros incluso algo más largas que el diesel y casi idéntica cilindrada (1.496 cc). Las tres variantes son atmosféricas (ninguna turbo), pero todas con inyección directa de gasolina (ver cuadro). La principal diferencia entre ellos está en el colector de escape (4 a 1 en el 75 CV y 4-2-1 en los 90 y 115 CV) así como en su compresión (12 a 1 frente a 14 a 1, aún así una de las más altas de su clase). Todos son Euro 6, trayendo en principio los dos superiores de gasolina y el diesel “stop & start” de serie, a partir del avanzado sistema i-Eloop, cuya recarga de energía a la frenada supera la de los sistemas tradicionales, con un re arranque muy suave.
Al volante nos gustó mucho el 1.5G de 90 CV, suave pero de respuesta firme y progresiva, habiendo ganado un gran aplomo de marcha y un tacto de rodaje propio de un coche de un segmento superior. El 1.5D nos quedamos con las ganas de conducirlo, dado que había muy pocas unidades disponibles (todas de procedencia alemana).

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Una elección complicada.– Y en lo relativo a acabados, Mazda ha establecido en principio tres niveles (Pulse, Style y Luxury) para este nuevo 2, pero ampliando algunos a base de “packs” (Style+, Style+ Confort, Luxury con pack Safety y pack Cuero, etc), lo que los complica bastante, aunque están muy bien equipados. Baste decir que desde el nivel de acceso Pulse, el nuevo 2 trae de serie el control dinámico de estabilidad ESP (DSC para Mazda) y aire acondicionado manual, añadiendo además los 6 airbags (delanteros, laterales y de cabeza), ordenador de bordo (con testigo de presión de neumáticos), acceso sin llave y arranque por botón, asiento de conductor regulable en altura, equipo de audio con 4 altavoces (y tomas USB y Aux.), iluminación interior doble, retrovisores exteriores con intermitentes (y en color carrocería) y 4 elevalunas eléctricos, lo que no está nada mal para un nivel básico.
Luego el nivel Style añade el control de crucero con limitador de velocidad, mandos de audio al volante, conexión Bluetooth para hablar en manos libres por el teléfono móvil, banqueta posterior plegable por mitades asimétricas 60/40 (de una pieza en el Pulse), retrovisores exteriores calefactados y con ajuste eléctrico, volante y pomo de palanca de cambio en piel y en las versiones con cambio automático, el selector de modo de conducción. El Style+ añade además lector CD en el aparato de radio (extraña un poco que no venga de serie desde el Pulse) que sube su dotación de 4 a 6 altavoces, y la pantalla táctil de 7” con el HMI Commander, montando ya llantas de aleación (siempre de 15”). Y de remate, hay aún un Style+ Confort, con el pack Confort (500 €) que añade el climatizador automático, sensores de lluvia y luz (para el activado automático de faros y limpiaparabrisas) y los de aparcamiento (traseros).
De todos modos, como oferta de lanzamiento, Mazda regala en el nivel Style estos dos últimos packs (el del Style+ y el del Style+ Confort, o sea 1.000 euros entre los dos), añadiendo además los faros antiniebla, lunas supertintadas traseras y la alerta de cambio involuntario de carril (LDWS). O sea que todo esto es lo que tenemos que incluir si compramos un Mazda2 Style+, que se convierte en un nivel aparte del Style.
Y en el nivel Luxury tenemos otra complicación parecida: de serie suma a todo lo anterior los faros integrales de diodos (con luz diurna de cruce igualmente de diodos) a los que se suman los retrovisores externos con plegado eléctrico, y como principal equipamiento, la asistencia automática a la frenada urbana (SCBS). Pero de regalo por promoción de lanzamiento Mazda añade las llantas de aleación de 16” y el colín cromado de escape, quedando un Pack Safety aparte (este sí opcional) con el acceso inteligente sin llave, el control de ángulo muerto BSM, la alerta de tráfico cruzado trasero (RCTA), el control de luces de largo alcance HBC y el “Head Up Display”. Y sí se elige este Pack Safety, hay también otra opción extra: el Pack Cuero, con tapicería de piel blanca y asientos delanteros calefactados.

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A todo esto se suman los descuentos por lanzamiento, que también los hay: uno general de 1.210 euros para todos, más otro adicional de 500 euros a partir del nivel Style+ Confort, más otros 800 desde el Luxury con Pack Cuero, lo que equivale a regalarlo… Y encima, los descuentos del Plan PIVE (si se acoge al mismo el comprador), el de fidelidad Mazda (para clientes que ya tengan o entreguen un Mazda), 363 euros más el regalo del Pack Seguridad Mazda 730 (5 años de garantía o 150.000 km), el adicional de 420 euros si se financia con la marca (Promofinance), etc.
Tras todo este galimatías de descuentos y regalos, lo que debe quedar claro es que hay un Mazda2 Pulse con el motor básico de gasolina (el 1.5 de 75 CV) por 11.320 euros con todos los descuentos posibles (y 12.740 sin Pive ni Promofinance) que sube a 13.620 (15.000) en el diesel 1.5d de 105 CV. A partir de ahí vamos subiendo (12.820 y 14.620 (sobre 14.000 y 16.000 sin los descuentos citados) en el Style+ (eso sí, con el 1.5 gasolina de 90 CV) para llegar a 13.770 y 15.570 (15.190 y 17.000) en el Luxury.

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