NISSAN QAZANA

29 julio, 2009

Incluso sin las exageradas ruedas de 20 pulgadas, sin la toma frontal inferior de 5 agujeros o con una zaga más normal, y con unos grupos ópticos menos llamativos (por cierto, no son de diodos, sino por puntos de luz de fibra óptica), el Qazana llama poderosamente la atención y anticipa lo que será el futuro mini-SUV de Nissan (segmento B). El vicepresidente de diseño de Nissan Europa, Alfonso Albaisa, lo ha dicho muy claro: «el Qazana no es sólo un estudio de diseño, sino que muestra de manera clara qué aspecto podría tener un futuro Nissan pequeño». Oficialmente es un «show car», un estudio de cómo podría ser el futuro polivalente de Nissan. Pero la marca ya ha reconocido que en la planta británica de Sunderland va a fabricarse un «hermano pequeño» del Qashqai.

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Y a buen entendedor… El Qazana mide 4,06 m de largo, por 1,78 de ancho y 1,57 de alto, asentado sobre una plataforma de 2,53 m de batalla. Nace con vocación de SUV urbano, pero con la misión de ir mucho más lejos. Es tan pequeño como un polivalente (Renault Clio, Peugeot 207), y su apariencia es tan rara que cuesta definirlo de alguna manera. Según Matt Weaver, responsable del proyecto, es un coche «optimista ». «Si lo hubiéramos creado en los años 60, habría sido un serio rival para las primeras furgonetas autocaravana, las motos y los buggies. Con ese mismo espíritu, hoy no existe nada en el mercado que se le pueda comparar». En esto últi-mo estamos totalmente de acuerdo, porque si hubiera sido creado en los años 60 del pasado siglo, nadie lo habría tomado por un coche. Cintura altísima, puertas enfrentadas sin manillas, frontal con dos faros circulares encastrados en una especie de defensa coronada por una abertura que constituye la parrilla, un deflector inferior (el de los 5 agujeros) en negro, segundos faros (con luz de cruce diurna) en forma de línea por arriba de las aletas… El Qazana gustará o no, pero desde luego no pasa desapercibido.

Nissan insiste en que se trata de un coupé de 5 puertas, y de que sigue las huellas del Qashqai. Pero desde luego, no se le parece en nada. Quiere ser una mezcla de estilos aptos para distintos usos (de ahí lo de la denominación «crossover»), pero cuesta reconocer trazos deportivos o de SUV en un vehículo con su notable altura al suelo, su trasera truncada de grandes aletas verticales, cortos voladizos, mínima superficie acristalada (parece la visera de un casco), techo bajo, inmensos pasos de rueda… Sin embargo hay un sello de estilo personal que, menos extrapolado y sin alardes de diseño, puede ser un acierto.

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La zona en cuña del lateral recuerda al Murano, y los grupos ópticos traseros en «boomerang» a los del 370Z. Y el aire SUV queda subrayado entre el deflector posterior inferior (tipo venturi), la gran altura libre al suelo y los protectores de los guardabarros.

De todos modos, bajo este aspecto tan radical se esconde una plataforma de Qashqai, con su mismo tipo de tracción total «All Mode» (y también lo habrá con tracción delantera 4×2). Con un salpicadero algo menos colorista (aunque con la consola y los relojes de grandes dígitos), el modelo de calle prescindirá de la apertura de puertas contrapuesta (las traseras sólo se abren cuando ya lo están las delanteras). El estilo un tanto «motociclístico» del interior se intentará conservar, con los respaldos de los asientos perforados, y se intentará mantener el diseño informal y desenfadado de volante (achatado por abajo), consola (en forma de depósito de gasolina de moto) y pedales. Todo para romper con los convencionalismos de los coches de siempre, utilizando la gran pantalla de información central no sólo para el navegador, sino para informar también del sistema electrónico de tracción integral con sistema de par vectorial, suspensión adaptativa, sistema de comunicación integrado, etc.

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Su nombre será seguramente el del «concept», Qazana (iba a llamarse «Katana», como la espada de los samurais, pero al parecer hay problemas de registro), y el modelo definitivo seguramente estará ya listo para mediados del año que viene, tras ser primero presentado en el Salón de Ginebra de 2010, porque aunque por fuera resulte muy radical de imagen y aspecto, por dentro hay muchos elementos de serie de los Nissan de hoy que pueden ser fácilmente empleados en este futuro Nissan de mañana.

Contará con motores 1.2 y 1.4 gasolina (incluido el 1.2 TCE turbo de 100 CV, compartido con Renault) y con el sempiterno 1.5 dCi diesel (en versión 85 CV, y quizá también en 105 CV), tracciones 4×4 y 4×2, sistema «stop & start», etc. Y tras el éxito del Qashqai, Alfonso Albaisa lo tiene claro: «no vamos a dormirnos en los laureles. El Qazana puede parecer una solución radical, pero hay muchos elementos en este «concept» que pueden ser utilizados en un futuro Nissan de serie».