Fiel a su tradición híbrida, Lexus lanza por primera vez un automóvil en el segmento compacto “premium” de la mano del CT 200h, un nuevo rival de los Audi A3 y BMW Serie 1 (los Mercedes Clase A y B son otra cosa), que cuenta en su oferta con un único motor híbrido gasolina-eléctrico. Desarrollado tecnológicamente a partir de su primo hermano el Toyota Prius -primer híbrido comercializado a escala mundial-, Lexus ha querido ofrecer un vehículo compacto que sea capaz de ahorrar en ciudad y carretera sin dejar de ofrecer el carácter dinámico (deportivo) al que nos tiene acostumbrados la marca. Y todo ello sin olvidarse de su seña de identidad, la calidad de fabricación y el refinamiento tanto en el interior como en la conducción. Con 4,32 m de largo y 1,76 de ancho, emplea una plataforma de 2,6 metros de batalla que permite homologar 5 plazas con un maletero relativamente pequeño de 375 litros (985 con asientos traseros abatidos). A pesar de su tamaño compacto, el interior responde a los estándares de refinamiento exigidos en modelos superiores de la marca, con acabados plásticos de alta calidad tanto en el salpicadero como en las puertas, empleando tapicerías en piel o en combinación con tejido alcántara en los asientos.
El puesto de conducción es cómodo y los asientos delanteros envuelven cómodamente a sus ocupantes dando una mayor confianza y control del vehículo a su conductor, mientras que la consola central resulta quizá un poco ancha y alberga un dimensionado “joystick”, repitiendo el diseño empleado en el RX 450h a modo de “ratón” de control de la pantalla del navegador (Remote Touch), que sin embargo es bastante intuitivo. Esta pantalla de LCD de 8 pulgadas permite acceder también a los sistemas de so-nido, climatización, teléfono y configuración del vehículo, con una capacidad de 40 Gb y función de reconocimiento de voz. A través de esta pantalla también se accede a una cámara trasera que a su vez se muestra en el retrovisor interior para facilitar la maniobra de aparcamiento.
Aunque su habitabilidad interior es correcta y sus cotas sobre el papel más que aceptables, el espacio atrás nos parece algo menos dimensionado de lo que debiera, y como sucede en la mayoría de sus competidores directos, la plaza central es algo estrecha para viajar largas distancias, aunque el espacio para piernas resulta suficiente. En cuanto al maletero, dispone de un plano de carga bastante alto que oculta bajo el mismo un compartimiento de cierta profundidad para lograr los 375 litros que comunica oficialmente, eso sí, a costa de sustituir la rueda de repuesto por un kit antipinchazos, situado en el nivel inferior. Desde ahí podremos observar el paquete de baterías situado bajo los asientos traseros y por delante del eje trasero para un mejor reparto de pesos y de espacio.
Fiel a su tradición híbrida, en el apartado mecánico el CT 200h intenta apelar a la necesaria conciencia ecológica de sus compradores empleando para ello un motor gasolina 1.8 litros de 99 CV complementado por otro eléctrico síncrono de alto rendimiento de 82 CV con imán permanente, que combinados obtienen una potencia total de 136 CV. Y gracias a un sofisticado sistema de control de gestión de la energía, se determina cuándo entra en funcionamiento el motor de gasolina, cuándo lo hace el motor eléctrico y cuándo actúan conjuntamente.
Esta situación es la que permite homologar un consumo de tan sólo 3,8 litros a los 100 km, emitiendo sólo 87 g/km de CO2 y 3 mg/km de NOx, ya que el motor térmico entra en funcionamiento en el momento en que se necesita, ahorrando combustible de manera efectiva. A esto ayuda una perfecta armonización de los sistemas periféricos como el compresor eléctrico del aire acondicionado, un nuevo sensor de humedad y los calefactores preactivos en los asientos, que en su conjunto ayudan a optimizar el empleo de la energía consumida.
El motor eléctrico es alimentado por un paquete de baterías de hidruro metálico de alta potencia que se recargan con el motor de gasolina o con la llamada frenada regenerativa (ofrece desde el primer momento el 50% de la capacidad de frenada) con la inercia al levantar el pie del acelerador o al pisar el freno. Esta circunstancia permite a su vez ahorrar en pastillas (y discos) de freno al tener que recurrir menos a éste, reduciendo por tanto los costes de mantenimiento.
El conductor dispone de cuatro modalidades de conducción a elegir a través de un selector situado en el salpicadero. En los modos “Eco” y “Normal” el sistema ofrece (combinado con una iluminación azul e indicación en la instrumentación de conducción económica) una conducción relajada y silenciosa, con una entrega de potencia más suave en el primero que también adapta la energía del climatizador, mientras que el modo eléctrico “EV” puede circular dos kilómetros a una velocidad de 45 km/h sin ningún tipo de emisiones contaminantes.
Por último el CT 200h también permite una conducción deportiva con el modo “Sport” (aquí la iluminación pasa a ser en rojo y un cuentarrevoluciones sustituye en el cuadro al indicador de carga), con el que acelera con mayor intensidad y sube de revoluciones de forma inmediata, no decepcionando su comportamiento rutero, sin duda satisfactorio para la inmensa mayoría de los conductores que lo practiquen, pues tanto su chasis como la alta rigidez de su carrocería responden con una estabilidad rigurosa que recibe la ayuda del reglaje de las suspensiones y de una dirección eléctrica tan directa como precisa.
La caja de cambios recurre a una transmisión por variador continuo CVT sin posibilidad de uso secuencial que aunque efectiva en modos “tranquilos”, resulta demasiado sonora en el modo “Sport” al hacer más evidente el sonido del motor al pisar el acelerador con intensidad, quedando la magnífica insonorización inicial perturbada súbitamente por las altas revoluciones del motor.
La suspensión delantera es tipo Mac Pherson, con amortiguadores regulables por válvulas, muelles y barra estabilizadora, mientras que la trasera, también independiente, es por medio de trapecios articulados que añaden muelles y amortiguadores regulables separados entre si con poco intrusismo en el suelo del maletero. Con este esquema de suspensiones independientes en ambos ejes y un chasis ciertamente dinámico que soportaría con facilidad bastantes caballos más, el CT 200h se mueve con tremenda agilidad en zonas viradas haciendo honor a su condición deportiva, conteniendo la carrocería en los cambios de apoyo fuertes y demostrando cierta sequedad en firmes irregulares. La dirección es otro punto fuerte, agradable y precisa, transmite fielmente la pisada del neumático, con endurecimiento progresivo en función de la velocidad, mientras que el pedal del freno resulta algo brusco por su intensidad en modo “Sport”.
A la venta en un único acabado por 28.850 euros, su alto equipo de serie incluye el control de estabilidad VSC, 8 airbags (incluidos los de rodilla para conductor y acompañante), asientos delanteros con reductor de lesiones por latigazo cervical, climatizador dual, pilotos traseros y luz diurna por leds, arranque por botón, encendido automático de luces, retrovisores exteriores eléctricos, volante multifunción, bluetooth, radio CD/MP3 con 6 altavoces con tomas USB y AUX y llantas de aleación de 15 pulgadas. También dispone en opción de los paquetes Hybrid Drive (1.100 euros) o Hybrid Plus (6.150), añadiendo el primero llantas de 16 pulgadas, antinieblas delanteros, control de crucero y retrovisor electrocromático.
El segundo paquete sumaría a éste tapicería de cuero, navegador con cámara trasera, sensor de lluvia y Smart Entry. No obstante, el Hybrid Drive puede añadir opcionalmente el navegador de 7” con disco duro y cámara trasera más un cargador de 6 CDs por 2.650 euros, o la tapicería de cuero con asientos delanteros calefactables por 1.925 euros, e incluso un paquete con las llantas de 17”, la cámara trasera en el espejo retrovisor y los cristales oscurecidos, todo por 1.250 euros. En el paquete Hybrid Plus se puede acceder a las llantas de 17” por un sobreprecio de 950 euros incluyendo también los cristales oscurecidos.