Más completo y tecnológico

La octava generación del Ford Fiesta sube un escalón en cuanto a habitabilidad, confort y tecnología, introduciendo un amplísimo elenco de versiones gasolina o diésel, acabados e incluso equipamiento premium, que permite cubrir cualquier expectativa de sus conductores.

Y es que Ford ha querido romper moldes con este nuevo Fiesta dotándolo de 5 personalidades distintas ofrecidas en versiones o acabados Titanium (equipamiento), ST-Line (línea deportiva), Vignale (representa la exclusividad) y Active (tipo crossover). Esta última tiene un aspecto off-road con la elevación de la carrocería y la inclusión de protectores plásticos en los pasos de rueda, estribos y paragolpes, aunque no llegará a nuestro mercado hasta abril de 2018, lo mismo que la variante más deportiva Fiesta ST, la quinta expresión del nuevo modelo que estará disponible tanto en 3 como 5 puertas. Con este elenco de acabados, junto con la carrocería de 3 puertas, se pretende ofrecer a cada cliente lo que necesite.

Y aunque el exterior es algo continuista, con la bonita parrilla tipo Aston Martin estrenada en el restyling de la generación anterior, este nuevo Fiesta se beneficia de una mayor personalización, pudiendo tener un acabado bi-color de la pintura exterior (techo y retrovisores) con hasta 29 combinaciones diferentes de personalización y que se puede combinar con el acabado interior del salpicadero.

Mientras, el interior, es bastante revolucionario en cuanto a diseño y calidad percibida en los materiales, empleando diferentes tipos de asiento, según sea el acabado y solo echamos en falta las asas de techo para que se agarren los ocupantes. El salpicadero, semi rígido al tacto, lo preside una pantalla táctil de 6,5 pulgadas que puede mejorarse con otra mayor de 8 pulgadas que equipaban la unidades que conducimos. Desde este dispositivo táctil de fácil usabilidad, se controla la climatización, el navegador, el sistema de conectividad SYNC 3 (con control por voz) y el equipo de música.

En cuanto a habitabilidad, sus 4.04 m de largo (batalla de 2,49 m), dan cabida a cuatro adultos de talla grande sin problemas, con espacio para piernas y altura libre suficiente en las plazas traseras, incluso con techo panorámico, que siempre baja un poco la altura. Los asientos delanteros que probamos en la versión Titanium son cómodos, envolventes, recogen bien el cuerpo y tiene la banqueta justa de longitud. El maletero (con suelo ajustable opcional) cubica 292 litros con kit antipinchazos (rueda de repuesto opcional), si bien, el equipo de música B&O Play rellena este hueco con un subwoofer.

Hay que remarcar que este equipo de música B&O Play (Bang&Olufsen) disponible como opción a partir del nivel Titanium, tiene un sonido sobresaliente, no en vano se han empleado 5.000 canciones para conseguir el mejor sonido en el habitáculo del Fiesta y con nada menos que 650 W de potencia junto con 10 altavoces (incluido subwoofer), le convierten en la referencia de su segmento, con solo 300 W de media.

Motorizaciones para todos los gustos.- La octava generación del Ford Fiesta incluye un amplio elenco de modernos y eficientes propulsores a elegir entre gasolina o diésel. En gasolina cuenta con dos motores, el de acceso 1,1 Ti-VCT de 70 CV, aunque hay otra versión de 85 CV (ambos con cajas de 5 velocidades) y el 1,0 EcoBoost con Start/Stop, con potencias de 100, 125 ó 140 CV, todos con cajas manuales de 6 velocidades y una automática opcional para la versión de 100 CV.

En diésel, solo se dispone de dos versiones a partir del mismo motor 1,5 TDCi con 85 ó 120 CV (con Start/Stop), asociadas exclusivamente a una caja manual de 6 velocidades. En nuestra prueba de conducción por carreteras cordobesas, tuvimos la oportunidad de conducir las versiones de 125 y 120 CV, en gasolina y diésel respectivamente. En ambos el confort de marcha en carretera es muy alto (más el diesel por la monta de neumáticos de 16″), absorbiendo las rugosidades del asfalto de manera óptima (se nota el trabajo sobresaliente del chasis) y siempre con un bajo nivel de rumorosidad y vibraciones de los motores, incluso el tricilíndrico gasolina. Las suspensiones no permiten balanceos excesivos de la carrocería y ofrecen un buen compromiso confort-estabilidad, con un buen tacto de dirección, cambio y pedal de freno..

Si el 1.0 EcoBoost resulta muy completo en uso diario (empuja con fuerza desde 1.800 rpm en todo su rango de vueltas) y tiene un consumo contenido de 3,5 l/100 km de media (si no le pisamos, claro), el 1.5 TDCi tiene además la ventaja de unos consumos irrisorios (homologa 3,5 l/100 km), sin duda por su escasa cilindrada y relaciones de cambio largas (5ª y 6ª). Sin embargo, este motor requiere llegar a las 1.900 rpm para lograr su empuje, ya que por debajo es muy linfático. Ambas versiones mueven con agilidad sobrada al Fiesta, con un peso de entre 1.130 y 1.207 kg en orden de marcha

Niveles de equipamiento bien escalonados.- La gama comienza con el acabado Trend, que es una versión básica muy completa que incluye aire acondicionado, radio con pantalla de 4,2″, seis altavoces y conexión USB, My Ford Dock, encendido automático de luces, tecnología MyKey para programar configuraciones de modo de manejo restringidas, ordenador de a bordo con sistema de información del conductor Ford Eco Mode y llantas de acero de 16″ con tapacubos. En materia de seguridad incluye 4 pretensores en los cinturones de seguridad con testigo de abroche de los mismos, 6 airbags (doble frontal y de cortina), control de estabilidad (incluido el de remolque), asistente de emergencia en caso de accidente, avisador y asistente de cambio involuntario de carril, etc.

Desde el nivel Trend+, contamos ya con un amplísimo equipo de serie que incluye pantalla táctil de 6,5″, Radio con bluetooth, dos USB y 6 altavoces, SYNC 3, conectividad con smartphone (Apple Car Play o Android Auto), App Link, anclajes ISOFIX, sistema de arranque en pendiente HLA, Paquete City (sensor de parking trasero y retrovisores exteriores termoeléctricos y plegables con luces de iluminación del suelo), sensor de lluvia, limitador de velocidad, antinieblas con función «cornering» y llantas de acero de 15″ con tapacubos.

El acabado Titanium incluye llantas de aleación de 16″ y 10 radios, parrilla delantera cromada exclusiva, luces de conducción diurna y pilotos traseros por LED, asientos delanteros deportivos con ajuste lumbar (solo el conductor), volante, palanca del freno de mano y pomo de la palanca de cambios forrados en piel, consola central Premium con reposabrazos y espacios portaobjetos, retrovisor antideslumbrante automático, alfombrillas delanteras y traseras específicas e Iluminación de cortesía ambiental por LED.

Por último, el ST-Line lleva un look exterior más deportivo con parrilla superior, parachoques y faldones laterales exclusivos ST-Line, spoiler trasero del color de la carrocería, tubo de escape cromado y llantas de aleación de 17″ con acabado Rock Metallic. También incorpora frenos de disco traseros y suspensión deportiva, mientras que en el interior añade botón de arranque, asientos delanteros deportivos ST Line con apoyo lumbar, pedales deportivos de acero inoxidable, volante deportivo y pomo de la palanca de cambios forrado en piel con embellecedor de aluminio y el logo ST-Line en el umbral de las puertas delanteras.

Entre las opciones principales más interesantes destacan las lunas tintadas, el techo panorámico practicable, la cámara de visión trasera, climatizador automático, elevalunas eléctricos traseros, rueda de repuesto, suelo del maletero ajustable, llantas de aleación de 15 ó 16 pulgadas, diferentes paquetes de seguridad y conectividad (incluida la pantalla de 8″ con SYNC 3+navegador) y hasta volante calefactable. Como equipamiento extra en seguridad puede incluir el asistente de pre-colisión con detección de peatones (disminuye la velocidad en 30 km/h antes del impacto), el control de crucero adaptativo, avisador de ángulos muertos, asistente para aparcar y desaparcar de forma automática, el sistema de reconocimiento de ángulos muertos (con alerta de tráfico cruzado).

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