Javier Gete
Sus problemas y soluciones
Es perfectamente sabido que el frío reduce notablemente la autonomía de las baterías, así como hay algunas peculiaridades del invierno que afectan incluso a la seguridad de los vehículos eléctricos, como es el caso de la conveniente desactivación del “one pedal” (retención del motor) con agua, nieve o hielo.
Detallamos a continuación todo lo que hay que saber como usuario de vehículo eléctrico en invierno.
Neumáticos
Los neumáticos están sometidos a tareas más duras en los vehículos eléctricos
Por su mayor peso los vehículos eléctricos perjudican más seriamente las gomas, cosa que en invierno conviene verificar por seguridad, asegurándose de contar con unos neumáticos con sus bandas de rodadura en perfecto estado.
Los neumáticos de baja resistencia a la rodadura producen una adherencia menor
En los vehículos eléctricos se suelen montar neumáticos de baja resistencia a la rodadura para reducir ruidos y consumos de energía eléctrica, pero hay que saber que este tipo de neumáticos suelen producir menores adherencias, sobre todo a bajas temperaturas.
Igualmente hay que recordar que los coches eléctricos no se pueden arrancar a empujón como los térmicos, cosa que en algunas situaciones podría generar algunos problemas.
Frenos
La baja utilización de los frenos en vehículos eléctricos puede producir oxidación de los discos de freno
Es verdad que en los vehículos eléctricos se frena bastante menos al aplicar los motores a la propia deceleración (“one-pedal”), por lo que la sal y el polvo pueden impregnar algunos componentes muy proclives a la oxidación, pudiendo reducir la efectividad de la frenada. Es por ello que conviene frenar con normalidad de vez en cuando, reduciendo la frenada por inercia y retención por el motor, además de realizar periódicamente lavados a presión en la zona de las llantas.
Sobre firmes deslizantes la retención del motor eléctrico puede bloquear las ruedas por frenada
Efectivamente la función “one-pedal” puede producir este efecto con nieve o hielo, por lo que conviene desactivar esta función de alta retención en este caso y utilizar la frenada normalizada.
Cuando la batería está completamente cargada la retención de motor es mucho más débil y a medida que se va consumiendo la energía, el poder de retención crece, cosa que puede generar situaciones de peligro inesperadas.
La aceleración inmediata de la propulsión eléctrica puede producir la pérdida de control
Como es sabido la propulsión eléctrica aporta su par motor de forma prácticamente inmediata al acelerar, y aunque se cuente con sistemas de control de tracción conviene siempre modular adecuadamente los arranques con firmes deslizantes (lluvia, nieve o hielo), para evitar así la perdida de tracción y sus inesperadas consecuencias.
Conviene especialmente recordar que en su caso las cadenas se deben aplicar a las ruedas delanteras con tracción delantera o integral, y a las ruedas traseras en el caso de propulsión trasera.
Consumo energético de la batería
Con frío el consumo eléctrico del coche aumenta un 20%
El frio invernal, en consecuencia, recorta muy notablemente la autonomía de las baterías de los vehículos eléctricos, cosa siempre a valorar en viajes invernales, ya que se podrán recorrer menores distancias con cada carga de la batería, por lo que conviene siempre considerar que se cuenta con al menos un 25% menos de capacidad para viajar.
Por supuesto este tipo de efecto no se da en los vehículos de combustión, aunque seguramente sí se produce con frío algún incremento de consumos motivados por la frialdad de los motores y su tardanza en coger temperatura de servicio.
Al inicio de marcha, la climatización incrementa el consumo de energía eléctrica
Cuando un vehículo se encuentra estacionado en invierno accede a la temperatura ambiente de forma muy rápida y, por supuesto, elevar la temperatura interior del mismo es un importante esfuerzo para la batería, por lo que siempre convendrá pre-climatizar el vehículo en el momento en que está enchufado a la red eléctrica, utilizando la programación de climatización (en el coche o con Smartphone) para arrancar de forma confortable.
El consumo de la batería aumenta al utilizar la calefacción en marcha
Para asegurar la autonomía en todo momento, más aún si se circula con la calefacción funcionando, conviene seguir al detalle las variaciones que se producen en la instrumentación del vehículo.
Si el vehículo cuenta con calefacción de asientos o del volante, es conveniente su uso normalizado ya que estos sistemas producen un consumo muy inferior a la calefacción global.
La capacidad de aceptación de carga de la batería se reduce con frío
Por ello en invierno conviene siempre cargar la batería inmediatamente después del uso del vehículo y no programar dicha carga, ya que mientras mantenga una temperatura adecuada, la aceptación de recarga será óptima.
En el caso de recarga doméstica, en consecuencia, conviene empezar la carga nada más aparcar, aunque lógicamente, hay que analizar las tarifas eléctricas de cada tramo y la potencia de carga del ‘wallbox’, determinante para saber el número de horas máximo de duración de una carga completa.