Las cuentas no salen: por debajo de cierto umbral mínimo de ventas, no es rentable tener abierto un concesionario oficial, en especial en las marcas de bajo volumen. “Hibernar” su actividad eliminando la venta de coches para centrarse en el negocio de taller es la solución que parece quieren aplicar algunas marcas (caso de Jaguar y Land Rover) ante la crisis, como solución heroica para evitar echar el cierre. En 2011, 7 de cada 10 concesionarios de marcas tuvieron pérdidas. Y este año aún puede ser peor… Prescindir de comerciales es más fácil que de mecánicos, y además, el negocio del taller (que suele ser la cuarta parte de la facturación de un concesionario) aporta ya el 70% de sus beneficios, mientras que la venta de coches (74% de los ingresos) apenas cubre un tercio del resultado. Solución pues: mantener el taller y cerrar la tienda, al menos hasta que vuelvan tiempos mejores. El acuerdo sería por un tiempo pactado de duración (normalmente 3 años) para este cierre temporal, sin nombrar otro concesionario en la zona del “hibernado”.