Cómo afecta el COVID-19 en la conducción

22 abril, 2020
GONZALO NAVARRO
10 recomendaciones contra la fatiga

La Fundación para la Seguridad Vial (FESVIAL) lanza 10 recomendaciones para que nos ayuden a mejorar la calidad del sueño y la fatiga que está generando en la población el largo confinamiento en el que nos encontramos debido al COVID-19, y de paso evitar sus consecuencias en la conducción.

El estado de alarma con el correspondiente confinamiento en el que estamos actualmente, afecta a la mayoría de la población de forma diferente, generando sobre todo preocupación, miedo, decaimiento o incluso angustia, debido a los futuros problemas económicos y sociales. Las alteraciones en nuestras emociones se traducen en ansiedad, trastornos en la alimentación (por exceso o por defecto), estrés y trastornos del sueño, con la correspondiente fatiga crónica durante las horas de luz.

Este cansancio se traduce principalmente en la pérdida de energía, y a tener menos actividad física y motivaciones para llevar a cabo tareas rutinarias, lo que poco a poco pueden derivar en apatía e incluso en trastornos de la conducta y hasta depresión.

En el caso de tener que conducir, el dormir y descansar poco afectan indudablemente de forma negativa a la capacidad para conducir, por lo que la fatiga y el cansancio pueden llegar a ser muy peligrosos, pudiendo afectar a aquellas personas que por su trabajo deben conducir su vehículo privado para llegar a sus puestos de trabajo, desarrollar su actividad laboral como transportista, o incluso ir a la compra. Si a esta circunstancia le añadimos la falta de atención al estar las calles y carreteras muy despejadas de tráfico, generamos un peligroso exceso de confianza que nos hará reaccionar tarde ante un imprevisto.

Y es que entre el 20 y el 30% de los accidentes de tráfico están relacionados con el cansancio y la falta de sueño, situaciones agravadas por jornadas laborales extendidas (como los transportistas), resultando incluso más peligroso para conducir. Es por ello que FESVIAL hace 10 recomendaciones para intentar mejorar la calidad del sueño y por tanto el descanso, y también otras tantas para que la fatiga no llegue a comprometer la seguridad en nuestros desplazamientos.

Consejos para evitar la somnolencia al volante

Si normalmente se aconseja no tomar bebidas estimulantes hasta 6 horas antes de irse a descansar, lógicamente si estamos arrastrando un periodo de falta de sueño, la cafeína afectará negativamente al descanso e incluso puede agravar los estados anímicos anteriormente comentados.

Aunque normalmente se recomienda entre 7 y 8 horas de descanso por la noche, debe de ser de un mínimo 6 horas seguidas si no queremos ir dando cabezazos por las esquinas.

La siempre recomendable siesta nos ayudará a descansar, pero los expertos recomiendan que nunca supere la media hora para evitar estar más despiertos por la noche.

Las cenas deben de ser siempre ligeras para que la digestión no afecte negativamente al descanso nocturno y hay que esperar al menos una hora para hacer la digestión en vertical y así evitar algún posible problema digestivo que nos despierte por la noche.

Los expertos recomiendan no ver ninguna pantalla en la cama (dispositivos electrónicos), ya que puede reactivar nuestro cerebro y desvelarnos.

Si vemos la televisión antes de acostarnos, dificultamos el sueño, sobre todo, si se está viendo alguna película que nos engancha o nos crea tensión.

Antes de irse a la cama, se recomienda tomar una ducha caliente para relajar el cuerpo y favorecer el sueño. Si acostumbras a hacerlo, el cerebro acabará asociando la ducha con el posterior descanso.

Procurar no excederse en la horas de sueño los días de descanso o los fines de semana, para que cuando regresemos a la jornada laboral no nos cueste levantarnos.

No beber alcohol antes de acostarse, ya que al ser un psicodepresor del sistema nervioso, sus efectos iniciales son los de activarnos, dificultándonos por tanto el poder conciliar el sueño.

En líneas generales no hay que someterse a un exceso de información sobre la tensa situación actual, sobretodo justo antes de irnos a dormir.

¿Cómo evitar la fatiga al conducir?

Pasear durante un rato antes de iniciar un viaje nos ayuda a despejarnos y nos predispone para conducir.

Antes de conducir no se deben tomar alimentos muy pesados, ya el esfuerzo suplementario que debe hacer nuestro aparato digestivo incrementa la fatiga.

Muchas vedes la fatiga puede incrementarse por la falta de nutrientes en nuestro organismo, para lo cual los expertos aconsejan ingerir alimentos ricos en hierro.

La fatiga al volante también está asociada a la deshidratación. Beber un vaso de agua cada dos horas no ayudará a hidratarnos correctamente, sobre todo en verano.

La conducción nocturna exige haber descansado previamente. Ojo con los atardeceres, ya que son susceptibles de crear un estado de somnolencia, sobre todo después de una comida.

En un viaje largo, se recomienda hacer una parada o descanso cada cada 200 km ó 2 horas. De esta forma se cambiar la tarea y nuestro nivel de atención, mejorando nuestra reactivación en la conducción.

Atención con las bebidas estimulantes (té, café o bebidas energéticas), estimulan a corto plazo, pero puede volver a aparecer la fatiga, enmascarando el cansancio previo.

En la última hora de conducción en un desplazamiento largo, la fatiga puede pasarnos factura, ya que es cuando más fatigados estamos, y muchas veces las ganas de querer llegar a nuestro destino sobrestima nuestra capacidad de seguir conduciendo.

Debemos de evitar las malas posturas al volante y llevar ropa apretada o ajustada que comprima la circulación de la sangre (mejor ropa cómoda y ligera).

Por último, hay que mantener la mente ocupada en cosas positivas e intentar no pensar en la negatividad del momento (esta situación no durará siempre).