Gerardo Romero-Requejo M.
La prensa especializada les recibió en el Circuito Madrid Jarama
De la mano de Audi, Carlos Sainz y Lucas Cruz presentaron ayer a los medios de comunicación en el Circuito de Madrid Jarama la última evolución de su RS Q e-tron con el que correrán el Dakar 2024, con la particularidad de llevar más de 10.000 mensajes de apoyo de los aficionados impresos en el prototipo.
Por tercer año consecutivo, la pareja formada por Carlos Sainz y Lucas Cruz competirán al máximo nivel por el triunfo en el Dakar 2024 en Arabia Saudita, que se celebrará entre el 5 y el 19 de enero, y en el que esperan dar una alegría tanto a la marca alemana como a los aficionados. Estos últimos, y mediante la iniciativa “Charged by Positive Energy” de Audi España, han podido enviar algo más de 10.000 mensajes de apoyo a los corredores españoles que han sido vinilados en la decoración del coche y entre los que se encuentra uno muy especial creado por una de las hijas de Carlos que ha llamado la atención a los medios invitados: «Te queremos, machine».
El piloto madrileño se mostró muy emocionado ante tantos mensajes de apoyo, entre los que se encuentran los de su familia: “Me hace mucha ilusión. Siempre he sentido el cariño de la gente al competir, por la calle… Pero recibir todos estos mensajes y llevarlos en el coche es algo realmente único. Estoy convencido de que nos van a ayudar mucho, incluso con un empuje extra en alguna duna que se nos resista”.
Del mismo modo, Lucas Cruz también mostró su agradecimiento al ver los mensajes de apoyo recibidos: “Es muy motivante que más de 10.000 personas hayan dedicado su tiempo a enviarnos sus mensajes y llevarlos con nosotros en el coche”. Este año las etapas maratón supondrán un nuevo desafío, pero estamos preparados, hemos hecho los deberes y hemos demostrado que somos un equipo fuerte y muy unido, algo que en una prueba como el Dakar es fundamental para luchar por la victoria. Estamos deseando empezar la carrera”.
Desarrollo continuo del RS Q e-tron
Este nuevo y ambicioso proyecto al que se enfrenta el equipo español sigue confiando en la tecnología electrificada de Audi, convenientemente evolucionada tras dos años de competiciones al máximo nivel que han servido para optimizar su funcionamiento y fiabilidad. La pareja que lleva 10 años juntos peleando en diferentes equipos con dos triunfos sonados en las ediciones del Dakar en 2018 y 2020, afronta con ilusión esta nueva cita con la competición más exigente off-road del mundo.
El espíritu de equipo tiene como objetivo el mejorar día a día cada vez que se suben al RS Q e-tron, aunque sean pequeñas mejoras. Carlos es un perfeccionista nato y cuenta con el compromiso absoluto de Lucas que resalta su cohesión como receta necesaria para poder vencer en las competiciones. El coche vienen muy testado de Marruecos, finalizando la preparación el mes pasado en el sur de Francia, en las instalaciones del Château de Lastours.
En palabras de Carlos, «La principal evolución se ha centrado en las suspensiones, que nos dieron más de un quebradero de cabeza en el pasado. Este año la reglamentación nos ha permitido ganar unos 15 kW, aunque seguimos en desventaja en cuanto a relación peso/potencia (100 kg más) respecto a los rivales con vehículos con sistemas de propulsión convencional. Todas las pruebas que hemos hecho nos invitan a pensar que hemos cerrado el círculo, y esperamos tener un buen Dakar”.
Sin embargo, continúa diciendo, «mejorar este coche tan complejo es muy difícil. Tras dos años, todavía siguen saliendo problemas. El software es vital y muy complicado de ajustar. La gestión de carga, la electrónica (sensible) es un hándicap, mientras que el equipo de frenos mixto, convencional por discos y pastillas (solo actúan en las frenadas más intensas), en paralelo con los motores eléctricos que recuperan la energía en ambos ejes y deben de simular el tacto de la frenada tradicional, es difícil».
Del mismo modo, se ha hecho hincapié en la seguridad, reforzado las suspensiones y el chasis para reducir los picos de aceleración vertical durante los aterrizajes después de grandes saltos, algo a lo que también contribuye el nuevo diseño de los asientos con un espumado específico (encastrados en el chasis, con una estructura de fibra de carbono integrado en la barras), modificando la estructura de la parte delantera del chasis para una mejor absorción de la energía generada en caso de un fuerte aterrizaje frontal como el que sufrió Carlos Sainz en la pasada edición del Rally.
En este sentido y aunque la recuperación de Carlos ha sido total, reconoce que estar 4 ó 5 horas seguidas dentro de una «coctelera» (como todos los coches del Dakar) durante 13 ó 14 días se le hace duro, si bien la alta preparación física a la que se somete durante todo el año le permite aguantar, todo un mérito para un piloto nacido en 1962 (elegido como el mejor de la historia del WRC) que todos los años es prudente en la respuesta a la pregunta si este será su último Dakar: «Cada año cuesta más, más esfuerzo y trabajo. Si lo haces es por motivación, pero hay que ser honesto contigo mismo, mirarse al espejo y preguntarse si continuar o no. En cualquier caso, respetar la decisión de seguir o parar requiere de la comprensión».
