SUBARU BOXER DIESEL

15 enero, 2009

Porque desde 1958, Subaru, la marca de automóviles de Fuji Heavy Industries, uno de los principales grupos industriales japoneses, especialista en sectores como el aeronáutico, los generadores eléctricos o la biotecnología, ha ofrecido en sus coches la misma impronta de personalidad única que caracteriza las actividades del grupo. El primer Subaru —el 360— fue un modesto utilitario dentro de la pauta de los minicoches que hicieron furor en el país durante la motorización masiva del Japón. Y en 1966 nació el primer Subaru medio, el 1000, una berlina compacta de menos de 4 metros de largo con la que la marca ofreció su primer motor de 4 cilindros horizontales, 2 a 2, asociado a la tracción delantera.

Tras su éxito, surge en 1972 el 1400 4WD Estate Van, un pequeño familiar que ya cuenta con la otra seña de identidad Subaru, la tracción total. Este coche y su versión berlina (1975) van a marcar la evolución de la marca hacia modelos de tracción total no necesariamente camperos y rurales, aunque sí multiuso y polivalentes. En palabras de Shinroku Momose, el padre de la tracción integral de Subaru, «no nos contentamos con la idea original de que la tracción total sólo servía para conducir sobre carreteras difíciles. Nuestro objetivo fue cambiar esta idea preconcebida demostrando que la tracción total tenía suficientes ventajas para el cliente normal desde el punto de vista de la seguridad activa y de las prestaciones. Tanto en carreteras difíciles como normales, en la ciudad ó en el campo, sobre piso seco, mojado, o con nieve y hielo».

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Con la tracción total como bandera, Subaru logró entrar en el mercado americano, iniciando una nueva historia de éxito que ha llegado a sumar unas ventas totales de más de 4,5 millones de vehículos sólo en los EE.UU. En 1981 ganó el Rally Safari en Africa con el primer AWD de tracción seleccionable, y en 1989 llega el primer Legacy, que con un motor turbo 2.0 gasolina establece el récord del mundo sobre 100.000 km seguidos en circuito (447 horas, 44 minutos y 9,9 segundos) a una media de 223,345 km/h. En 1995 gana el Campeonato Mundial de Rallyes (constructores y pilotos), al tiempo que lanza el Outback como novedad «crossover». Y en el 96 y 97 repite el Mundial de Rallyes como ganadora por marcas, y en el 2001 y 2003, por pilotos… Un motor único.— Este primer diesel de Subaru es también el primer turbodiesel de cilindros horizontales opuestos diseñado en el mundo para un vehículo de pasajeros.

Combina todas las ventajas tradicionales del diesel con las inherentes al diseño del motor «boxer» (cigüeñal más corto, menor altura, centro de gravedad más bajo, menos vibraciones, etc). Toda la experiencia de Subaru en este tipo de motores fue aplicada a este nuevo turbodiesel de 4 cilindros opuestos, de arquitectura muy distinta a la del motor 2.0 de gasolina. En primer lugar, se buscó una mayor carrera para mejorar el rendimiento térmico y el par. Si el motor 2.0 gasolina tenía 1.994 cc a base de una carrera corta de 75 mm por un gran diámetro de 92, el 2.0TD reduce ese diámetro en 6 mm y aumenta la carrera en 11 mm, lo que da lugar a un motor «cuadrado» (86 x 86 mm), aún incluso poco usual entre los diesel, donde dominan los motores de carrera larga.

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Es un motor muy compacto, ya que la reducción de anchura de pistones y su distancia entre centros ha permitido acortar el bloque a poco más de 35 cm (frente a 41,5 y casi 44 en los «boxer» 2.0 y 3.0 de 4 y 6 cilindros), mejorando la rigidez general. Construido en aluminio para disminuir peso (sólo 170 kg), se ha conseguido también rebajar la inercia de rotación y las fricciones internas, importante dadas las mayores presiones internas del diesel, lo que repercute en una gran mejora de la aceleración. La ventaja del diseño de cilindros contrapuestos que anulan las frecuencias de vibración secundarias elimina la necesidad de ejes secundarios auxiliares de equilibrado, que siempre roban potencia, y al ser más corto se logra tam-bién un cigüeñal muy rígido y robusto, al estar los apoyos de metal sinterizado más próximos entre sí. Con ello y otras características que sería largo enumerar Subaru ofrece una arquitectura muy sólida, que permitirá en el futuro evoluciones hacia mayores cilindradas.

Su elevado rendimiento (150 CV a sólo 3.600 rpm, aunque en el caso del Forester anuncie sólo 147 CV al mismo régimen), con 35,7 mkg de par constante entre 1.800 y 2.400 rpm, se explica por su refinada tecnología de alimentación: así, además de 4 válvulas por cilindro (distribuidas en los dos culatines, lo que permite aumentar su diámetro) movidas por cadena y no por correa, este motor cuenta con una inyección directa «common rail» de última generación (1.800 bares) con inyectores especiales (por solenoides) muy cortos que mantienen la misma anchura del motor, pese a su mayor carrera. El turbocompresor es de geometría variable, situado bajo el motor y junto a los catalizadores para mejorar las emisiones, mínimas gracias a una concepción de máxima depuración, cumplidora de la norma Euro 4 (y de la futura Euro 5 que llega este año) gracias a su catalizador de oxidación, filtro de partículas (DPF) y recirculación de gases de escape (EGR). Montado en un subbastidor sobre soportes hidráulicos, con un volante motriz de doble masa, las vibraciones de este 2.0 diesel «boxer» son realmente mínimas, a lo que ayuda (en los Legacy, Outback y Forester e Impreza) el nuevo diseño de los pasos de rueda, con mayores capas aislantes (y hasta de textil Thinsulate en el capó).

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El par motriz de este motor se transmite a su tracción total Symmetrical a través de una caja manual de cinco relaciones, de relaciones alargadas (en 2ª, 3ª 4ª y 5ª) en el caso del Legacy y el Outback, y de seis marchas en los Forester e Impreza. Con un bajo promedio de emisiones de CO2 entre 147 y 167 gr/km, según las carrocerías en que se monte, este nuevo Subaru diesel ofrece un increíble bajo nivel de consumo (entre 5,6 y 6,3 litros de gasóleo cada 100 km, según modelos) para turismos de su porte dotados de tracción total, todo un ejemplo de su depurada tecnología.
Legacy: un gran turismo diesel.— El primero en montar este singular diesel fue el Legacy, tanto en su versión sedán como en la familiar SW, para completar la gama con la vocación más global de todas las que produce Subaru.

Se trataba de ofrecer una berlina o sedán de gran turismo capaz de dar todo el confort y suavidad de un coche de su categoría y sus mismas prestaciones, pero con motor de gasóleo. Para ello se mejoró el anclaje de motor y suspensiones, se adaptó la suspensión delantera en función del distinto peso y también de la nueva dirección de asistencia eléctrica. Tanto los palieres delanteros como los discos de freno son ahora también de mayor diámetro y la palanca de cambio se acortó 1 cm para aumentar la rapidez de su accionamiento. Con airbags delanteros y laterales de serie (y de cortina opcionales) y un ESP (VDCS) específico para sus especial tracción AWD, además del ABS de 4 canales, el Legacy con esta motorización se presenta como una de las berlinas y familiares diesel de turismo más cómodos, deportivos, amplios y económicos del mundo.

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Con una excelente capacidad interior, gracias a su generosa batalla de 2,67 m, con una longitud total de 4,67 m el sedán y 4,72 el SW, y un generoso maletero de casi 440 litros de capacidad en el sedán y 460 en el SW, el Subaru Legacy es con este motor uno de los diesel más silenciosos del mundo, con una respuesta al volante, un agarre (gracias a la tracción total Symmetrical y a su bajo centro de gravedad) y un confort impropios entre los modelos de su segmento, incluso de las marcas especialistas (aunque a Subaru, dada su originalidad de tracción y concepción motriz, nadie le puede quitar tampoco el calificativo de marca especialista).

En sus tres niveles de acabado (Classic, Limited y Limited+), el Subaru Legacy Boxer Diesel se permite el lujo de anunciar una velocidad punta superior a los 200 km/h (208 el sedán y 203 el SW) con unas excelentes aceleraciones (al filo de los 31 segundos en el km desde parado), todo con unos consumos combinados (5,6 y 5,7 lts/100 km respectivamente) sorprendentemente bajos para un coche de su tamaño dotado de tracción total.

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Outback: inyección de vitaminas.— El siguiente Subaru en montar este motor en el pasado 2008 fue el Outback, convenientemente adaptó al igual que el Legacy en dirección, frenos y suspensiones para recibir esta nueva planta motriz. Como versión especialmente campera y «crossover» del Legacy SW, el nuevo «boxer» diesel se adapta a las mil maravillas a su carácter y funcionalidad.

Aprovechando la novedad, Subaru mejoró el Outback en algunos puntos, singularmente en dirección y frenos. Sin pasarse de peso (1.570 kg en vacío), el renovado Outback diesel lograba ofrecer también unas prestaciones excepcionales, con 200 km/h de velocidad máxima y una brillante aceleración, siempre a través de la caja manual de cinco velocidades (y ahora sin reductora) y la tracción total Symmetrical, y eso que con el nuevo motor el Outback ganó 1 cm de altura libre al suelo lo que junto a sus cubiertas de 215/60 R16 (ó 215/55 R17) mejora sin duda su capacidad «off road».

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Con la misma funcionalidad interna del Legacy SW pero mayor capacidad todo camino, el nuevo Outback diesel estrenó novedades que también son ejemplo de su tecnología actual como el acceso sin llave ó el arranque y parada por botón, el techo solar practicable en tandem, navegador GPS con DVD, etc. Manteniendo siempre toda su elegancia de diseño, con su original frontal con faros «ojo de halcón» y como en el Legacy diesel, con la única diferencia exterior frente a sus hermanos de gasolina de su toma dinámica de aire (para el «intercooler ») sobre el capó motor.

Ofrecido también en los tres niveles de equipamiento del Legacy (Classic, Limited y Limited+), el Outback diesel ha inyectado nuevos bríos a esta versión, que con su nueva mecánica surge como uno de los turismos todo camino más versátiles, eficientes y originales del mercado.

Forester: el gran cambio.— Pero si hay un Subaru al que el nuevo boxer diesel le haya venido pintiparado, ése es sin duda el Forester. Porque el SUV por antonomasia de Subaru estaba pidiendo a gritos una mecánica de gasóleo, especialmente para el mercado europeo, donde éstas suponen más de las ¾ partes del segmento 4×4. Remodelado por completo en la pasada primavera, bajo una nueva carrocería en esta su tercera generación en la que ha crecido 8 cm de largo, 11 de alto y con vías ensanchadas en casi 5, el nuevo Subaru Forester presenta una imagen nueva y totalmente distinta al anterior, con sus 4,56 m de largo, 1,78 m de ancho y 1,68 de alto, y su conocida batalla de 2,62 m.

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Ahora muestra un frontal de faros cuadrangulares y rasgados, nueva parrilla trapezoidal con banda cromada superior con el emblema de la marca (las 6 estrellas de las Pléyades de la constelación de Orión) y un aspecto general más SUV, para mejor distinguirse del Outback. Línea más alta de cintura, marcados pasos de rueda, nuevos paragolpes con nuevas tomas de aire, nueva zaga con grupos ópticos triangulares en las aletas (de diseño «tuning») y portón despejado, más vertical, nuevas llantas de aleación (de 16 y 17 pulgadas), etc. Todo contribuye a su aspecto más sólido y robusto y ahora el nuevo «boxer» diesel (aquí con 147 CV) remata esta oferta 4×4 con más ventajas, ya que con él se monta también el nuevo cambio manual de 6 relaciones (común con el del Impreza), aunque a cambio haya supuesto la renuncia a la reductora (que sí llevan los Forester de gasolina con cambio de 5 marchas).

Incorpora las mismas mejoras de sus hermanos que montan el nuevo «Boxer» diesel, tales como frenos mayores, servodirección electrónica, etc. Y con su suspensión independiente en ambos ejes (remodelada la trasera de doble horquilla), y capaz de remolcar hasta dos toneladas, el nuevo Subaru Forester es ahora más SUV que nunca. Pese a ser más largo, ancho y alto, es más maniobrable y goza de un menor diámetro de giro. Se ha mejorado su facilidad de acceso (puertas más amplias y de mayor ángulo de apertura) y su visibilidad (mayor superficie acristalada, posición más elevada del conductor, volante regulable en altura y profundidad). Y por si fuera poco, con 21,5 cm de altura libre al suelo, sus cualidades «off road » son mejores que nunca, con un accionamiento del cambio por cable (con contrapeso de inercia en el lado de la transmisión, protegido del contacto con piedras, barro o nieve) suave y preciso.

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Si por fuera es ahora más sólido y rotundo, por dentro el nuevo Forester ofrece dos tipos de tapizado (negro y platino) y un nuevo salpicadero en aluminio satinado con un cuadro de tres relojes (iluminados en azul) de bordes cromados.

Cuenta con un mini-display informativo en el mismo, y diversas mejoras funcionales, que van de la apertura electromagnética de portón a los nuevos asientos (con reglaje de altura el del conductor) con banquetas y respaldos plegables y reclinables. El maletero es mayor (450 litros) con posibilidad de bandeja cubreequipajes plegable.

Hay una consola central multifunción, luces interiores por diodos, asientos delanteros calefactables, climatizador con control de calefacción, radio CD con lector MP3 (Forester X) y con cargador para 6 CD’s con sistema integrado de audio y navegador por DVD (Forester XS). El control de estabilidad VDC está pensado para actuar tanto sobre asfalto como en tierra, siendo independiente el control de tracción (TCS) del mismo (operativo incluso con el VDC quitado). Con una nutrida dotación de seguridad (6 u 8 airbags de serie (nivel X o XS), reposacabezas activos, pedales de seguridad, etc), el nuevo Subaru Forester cuenta ya con un diesel potente y frugal, capaz de prestaciones muy brillantes para un SUV (186 km/h y 10,4 segundos de 0 a 100 km/h) con un consumo realmente bajo (6,3 ó 6,4 lts/100 km en el promedio combinado, con una emisión de 167 ó 170 gr/km de CO2, según nivel de acabado.

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Impreza diesel: la última novedad.— Pero la última novedad de Subaru en el lanzamiento de su nuevo «boxer» diesel la protagonizó, antes de terminar 2008, el Impreza, disponible también con este motor, lo que le convierte en el Subaru diesel más ágil y dinámico de toda su gama.

El actual Subaru Impreza fue totalmente remodelado a primeros del año pasado, estrenando no sólo una nueva carrocería algo más amplia y capaz, sino también el nuevo control dinámico de chasis (Subaru DC3), para hacer del Impreza un coche aún más ágil y deportivo. Más ancho y con mayor distancia entre ejes (2,62 m), aunque no mucho más largo (4,42 m), el nuevo Impreza surgió como un modelo más práctico y funcional que el anterior, más macizo y llamativo, con su nueva zaga con pilotos de aspecto «diamante » y su frontal con faros y parrilla unidos y la toma dinámica de aire sobre el capó.

Ahora, con el motor «boxer» diesel 2.0 y el cambio de 6 velocidades unido al DC3 y a la Symmetrical AWD, el Impreza logra un nivel de prestaciones y economía desconocidos hasta hoy en esta gama. Gracias a un contenido peso (1.410 kg, que suben a 1.455 en la versión Sport) el Impreza diesel homologa un consumo combinado de 5,8 lts/100 km (5,9 el Sport), lo que le permite hacer más de 1.000 km con un depósito.

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Con 205 km/h de velocidad máxima y una aceleración de 0 a 100 km/h de 8,6 segundos, el Impreza diesel es un compacto de gasoil realmente rápido y equilibrado, cuyo competitivo precio (desde 22.000 euros) le hace imbatible entre los turismos deportivos diesel dotados de tracción total.

Ofrecido en dos niveles de acabado (2.0D y 2.0D Sport), este último con un equipamiento de serie que incluye faros de xenon y antiniebla, equipo de audio con cargador de 6 CD’s, «look Aero» de diseño exterior, llantas de 17” con neumáticos de 205/55 R17, techo solar, etc, el nuevo Impreza diesel tiene una versatilidad general superior al del anterior modelo, ahora muy mejorada por su mecánica de gasóleo. Y tampoco hay que olvidar que, desde su nivel básico, también viene muy completo, con llantas de aleación de 16” (205/55 R16), climatizador, VDC, control de crucero, DC3, 6 airbags y equipo de audio con radio CD y lector MP3, contribuyendo también este aspecto junto a su calidad a que Subaru registre en España una evolución positiva año tras año.