La última generación de la Clase C que acaba de ser relevada este año no ha sufrido excesivos males que hayan obligado a las llamadas a revisión forzosas, pero tampoco se ha librado de unas cuantas. Tras su lanzamiento en 2007, los Mercedes Clase C de tercera generación (2007-2014) han sufrido bastantes problemas con sus diesel (fallo de inyectores de la marca Delphi en los 220 CDI y 250 CDI, fugas de la bomba de alta presión, ruidos de la cadena de distribución -320 CDI-, etc) y alguno menor de bastidor (silbidos en el puente trasero, capuchones frágiles de los topes de la barra estabilizadora, tendencia a “tirar de lado”…).
Traducidos en llamadas, hay que destacar la reprogramación de la centralita de gestión motor en los primeros Clase C fabricados hasta septiembre de 2008 (el motor no se paraba en caso de accidente) y el ya citado caso de los inyectores defectuosos en los 220 CDI y 250 CDI fabricados de febrero a agosto de 2009 (llamada a revisión en octubre). Más tarde, en noviembre de 2010 hubo una tercera llamada en los diesel por pérdida de gasóleo desde el filtro del mismo (sistema defectuoso de calefacción del combustible) con cambio del tipo de filtro. Antes de terminar 2010 hubo otra llamada en diciembre para las unidades fabricadas de junio de 2009 a febrero de 2010, por posible pérdida de líquido de la bomba de la dirección asistida (falta de estanqueidad), y la última llamada se efectuó en el pasado 2013, esta vez en los modelos de gasolina, por pérdida de la misma desde su filtro debida a una brida defectuosa.
