Geometría viva
Para conmemorar su primer siglo de vida, el pasado 7 de marzo BMW anunció una serie de 4 prototipos con los que pretende resumir cómo será el coche del futuro en este siglo XXI, de los que sólo uno, el Vision Next 100, estaba presente en el acto.
Creada en Munich en 1916 como fábrica de hélices y motores de aviación para la incipiente aviación del Kaiser, la Bayerische Motoren Werke quiere celebrar su siglo de vida mirando al futuro cuestionado el reto de la movilidad en el siglo XXI, sus nuevas posibilidades y los avances de las nuevas tecnologías. Fruto de ello son sus ensayos de vehículos Vision, y en especial el BMW Vision Next 100, resumen de todas las tendencias y desarrollos más relevantes para BMW en las próximas décadas, sin renunciar a muchas ideas de innovaciones y diseños del pasado.
Para Adrian van Hooydonk, director de diseño del grupo bávaro, se trata de desarrollar una tecnología “tan intuitiva como sea posible para manejarla y hacer que las futuras interacciones entre el ser humano, la máquina y su entorno sean sin fisuras. El BMW Vision Next 100 muestra cómo pretendemos dar forma a ese futuro».
Este enorme «concept», una mezcla de coupé y sedán de 4,90 m de largo por sólo 1,39 m de altura (posee las dimensiones de una gran berlina). Las grandes ruedas están situadas en los bordes exteriores, dándole una imagen muy dinámica y aerodinámica. Un nuevo concepto, la “Geometría Viva” exterior, cubre las formas del vehículo como si fuera una piel flexible. Mientras se desplaza, se adapta a sus distintas posiciones, logrando un impresionante Cx de 0,18.
La ecología está presente en su construcción, y en el interior encontramos materiales reciclados y renovables. Los elementos de carbono (visibles y no visibles), como los paneles laterales, están hechos de residuos de la producción normal de fibra de carbono. Con el tiempo, otros materiales se añadirán a la mezcla, permitiendo que surjan diferentes formas de vehículo. Pero por ahora, lo único que sabemos de la construcción de este Vision Next 100 es que utiliza una combinación de plástico y fibra de carbono, sin metales y sobre todo sin acero, anticipando según BMW la progresiva desaparición de las estructuras de acero y todo el proceso de producción asociado al mismo, con nuevas herramientas y componentes fruto de la impresión en 3D y 4D, con materiales inteligentes no solo utilizados para fabricar componentes y piezas sino para obtener materiales que comparten redes, que reemplazarán a las herramientas convencionales para abrir posibilidades inimaginables de diseño e ingeniería. Tampoco sabemos que motor monta, ni falta que hace, ya que casi seguro que será eléctrico (o híbrido enchufable por lo menos).
El Vision Next 100 no desdeña la posibilidad de la conducción automática, pero sólo cuando quiera el conductor. BMW parte del uso de la tecnología intuitiva combinada con la inteligencia artificial, que humanizará la interacción hombre-máquina. Y siempre partiendo de la experiencia emotiva de la conducción como elemento clave del placer de conducir, pasando el conductor de normal a “máximo conductor”, a través de la inteligencia digital, ayudada por la interacción conductor-vehículo (“geometría viva”) con dos modos de conducción, el personalizado -“Boost”- y el automatizado -“Easy”-, articulados por el asistente “Companion”, el compañero digital inteligente que conecta coche y conductor.
En el BMW Vision Next 100 el conductor sigue siendo el centro, asistido por una conectividad constante, inteligencia digital y tecnologías de última generación, que preservarán el placer de conducir, incluso de manera más intensa que ahora. En los años que vienen, el bienestar del conductor será cada vez más importante, y en lugar de simplemente sentir que están en una máquina que conduce sola, sentirán que están sentados en una específicamente diseñada para ellos.
En el modo Boost cuando el conductor se concentra plenamente en la carretera, la “Geometría Viva” destaca la trazada ideal o el punto de giro posible y avisa de los vehículos que se acercan. En lugar de hacer que el conductor vaya más rápido, hace que conduzca mejor. Además, la información intuitiva ofrecida por el vehículo tiene un impacto más físico e inmediato que una robótica o por instrucciones en pantalla. Todo el tiempo, el coche está aprendiendo de la persona al volante, gracias a su inteligencia sensorial y digital, que BMW Group llama “Companion”.
Este asistente a la conducción virtual, aprende progresivamente a ofrecer la ayuda adecuada para transformar al conductor en el “Máximo Conductor”, tanto en modo Boost como Easy, apoyado en otra innovación –“Geometría Viva”-, nunca antes vista en un coche (una especie de escultura de tres dimensiones que trabaja tanto dentro como fuera del vehículo, compuesta por casi 800 triángulos móviles instalados en el panel de control y en ciertas áreas de los paneles laterales. Trabajan en tres dimensiones comunicándose con el conductor a través de sus movimientos, que son más como gestos que dibujos en dos dimensiones en una pantalla. Incluso el movimiento periférico más ligero es perceptible para el conductor. En combinación con la pantalla frontal, la “Geometría Viva” fusiona de forma única lo analógico con lo digital. En el modo Easy la “Geometría Viva” es más discreta, informando sobre la carretera que se recorre y las maniobras de aceleración o frenada necesarias, dejando que el “Companion” tome el control haciendo del vehículo un lugar de descanso espacioso y cómodo.
De momento, el mundo digital está muy ligado a las pantallas; el próximo paso serán las de diodos orgánicos, que podrán cambiar de forma libremente, y más adelante se suprimirán. En algún momento ya no habrá más pantallas, y en su lugar, todo el parabrisas servirá de pantalla gigante ante el piloto. En el futuro, el mundo físico y digital se fundirán, y veremos como un salpicadero analógico interactúa con la pantalla frontal del parabrisas.
El “Companion” también juega un papel importante en la comunicación conductor-vehículo cuando el coche pasa de modo Easy a Boost. El asiento y el volante cambian de posición y la consola central se mueve para orientarse más hacia el conductor. A medida que avanza el viaje, el conductor puede interactuar con el vehículo con un gesto de control. El contacto analógico BMW Head-Up Display del futuro utiliza todo el parabrisas para comunicarse con el conductor.
Mientras el conductor se concentra en la carretera en modo Boost, el Companion se mantiene plano en el salpicadero. Pero cuando toma el control en Easy, se levanta para crear una “interfaz” con el parabrisas. Una señal luminosa indica al conductor que el coche está listo para pasar a conducción totalmente automática, mientras que cambia el color de la luz exterior para avisar a los demás usuarios de la carretera. Y hasta puede, en ciertas situaciones de tráfico, entrar en contacto visual con otros usuarios, ayudando a los peatones a cruzar la calle gracias a la luz verde en la parte delantera del vehículo. En resumen, todo un compendio de funciones que anticiparán la conducción inteligente, automática o personal, de los coches de mediados del presente siglo.
