El compacto premium exclusivo

La marca de lujo de Nissan, Infiniti, lanza al mercado su modelo más escultural y compacto, el Q30, con el que espera lograr un importante éxito de ventas rivalizando con los germanos Audi A3, BMW Serie 1 y Mercedes Clase A, sin olvidar tampoco a los CT de Lexus. Razones le sobran para convencer.

Nissan ha aprovechado los acuerdos entre el grupo Daimler y la alianza Renault-Nissan para ampliarlos a su marca “premium” Infiniti, plasmándose primero en el Q50 y luego ya en este compacto desarrollado sobre la base de la Clase A de Mercedes, que en pocos meses tendrá un hermano SUV (QX30).

Con 4,43 m de largo por 1,86 de ancho (2,08 con los retrovisores desplegados) y 1,50 de alto (1,48 en el nivel Sport), su carrocería es algo mayor que la del Mercedes Clase A con el que comparte plataforma y batalla (2,70 m), amén de algunos motores. Destaca sobre todo su llamativa carrocería “hachtback” de dos volúmenes y 5 puertas, desarrollada a partir de la plataforma modular de Daimler para motor transversal delantero (la de los Clase A y Clase B), declinada aquí bajo una interpretación personal de Infiniti que será igualmente compartida en el futuro QX30.

Pese a su atrevido diseño, la habitabilidad no ha sido sacrificada, lo mismo que el maletero que con 368 litros de capacidad supera en casi una treintena de litros al de su primo germano (341 en el Clase A), eso sí, a base de sacrificar la rueda de repuesto de emergencia (ni siquiera hay hueco bajo el piso del maletero para alojarla) en favor del consabido “kit” antipinchazo. Sí sufre a cambio la visibilidad hacia atrás, tanto por la escasa superficie acristalada consecuencia de su alta cintura como por el grosor de los pilares traseros al techo. Este último puede ser en opción panorámico de cristal, bajando significativamente la altura del mismo.

Como la mayoría de sus rivales, este Q30 es un 4 plazas cómodas y 5 ocasionales. Los accesos son cómodos a través de las 4 puertas, y el portón despeja de forma muy correcta el acceso al maletero, ampliable mediante el plegado de los asientos traseros en dos partes (1/3-2/3), contando en su respaldo con una trampilla central para introducir objetos largos en el habitáculo.

Las suspensiones independientes en ambos ejes, a base de un eje delantero pseudo MacPherson y el trasero multibrazo por paralelo deformable, con distintos tarados de amortiguación según el nivel de equipamiento, han sido afinadas para lograr el máximo equilibrio entre confort y agarre, con la prioridad puesta en la efectividad sin perjuicio del confort, igualmente seguida con la dirección, muy ligera a baja velocidad pero más dura en alta.

Cuatro niveles de acabado.- Al básico estándar, le sigue el medio/alto Premium –completado por un máximo Premium Tech, y el deportivo Sport, este último con suspensión rebajada en 2 cm. Para los superiores (Premium, Sport y Premium Tech) se reserva la opción de la tracción total AWD, unida a los motores más potentes (el 2.0 turbo de gasolina con 211 CV y el 2.2 turbodiesel de 170 CV), con detalles específicos en llantas, paragolpes y parrilla frontal.

Desde el nivel base inicio de gama, Infiniti ha puesto el acento en la suavidad y silencio de marcha (hasta un 10% más silencioso que sus mejores rivales a velocidad constante de 120 km/h), logrado tanto a base de un generoso empleo de materiales aislantes, como mediante innovaciones “high tech” como el sistema Active Noise Control, exclusivo de Infiniti y disponible en el 2.2d, que limita el ruido mediante la emisión de sonidos desde cuatro altavoces en la misma frecuencia de los ruidos molestos, de forma tal que los sofocan (permitiendo a la vez amplificar las frecuencias gratas al oído, como en los equipos de alta fidelidad, a través de la función opcional Active Sound Enhancement). La calidad de rodadura es muy elevada.

Una serie de detalles refuerzan la presencia que se espera de un modelo “premium” de su categoría, con faros halógenos con luz diurna por diodos (lo mismo que los antiniebla), retrovisores eléctricos y calefactables en color carrocería, y salidas cromadas de escape, con llantas de aleación de 17” en el nivel base, 18” en el Premium (y Premium Tech) y 19” en el Sport, con neumáticos de 215/60 R17 en el primero, 235/50 R18 en el segundo y 235/45 R19 en el tercero (en estos dos últimos, de tipo “run flat” capaces de rodar sin aire).

Pero la originalidad y el lujo del Q30 no se limita a su imagen externa, sino que se extiende a su interior, donde destacan no sólo los materiales de gran calidad y tacto suave. Así, según el nivel de acabado, parte de la consola central va tapizada en tejido Alcántara, y el techo en un material textil tipo antelina (Dinamica). Las plazas traseras no han sido descuidadas, disponiendo sus ocupantes de salidas de climatización en la miniconsola, luces de lectura, toma de corriente a 12V y algunos huecos portaobjetos, como los de las puertas o las redes elásticas tras los respaldos de los asientos delanteros.

Los asientos delanteros han sido diseñados para adaptarse a la curvatura de la espalda, con un soporte uniforme que disminuye la presión sobre sus músculos, y la forma más ancha de las banquetas permite distribuir el peso de manera más homogénea, mejorando tanto el soporte como el confort, contando además con la opción de unos asientos más deportivos con reposacabezas integrados (de serie en el nivel Sport, junto con el volante específico de piel y los pedales y reposapié en aluminio), dotados además de ajuste eléctrico (con 8 posiciones más reglaje lumbar) y mayor sujeción lateral.

La posición al volante se aprecia algo más alta de lo normal, lógico si pensamos que su altura total de metro y medio supera en 7 cm a la del Mercedes Clase A, y sobre todo, que cuenta con una generosa altura libre al suelo (17,5 cm) para tratarse de un coche normal y no de un SUV, fruto también de sus grandes ruedas.

Una completa gama de motores.- Infiniti ofrece en este Q30 tres motores de gasolina y dos diesel, todos de 4 cilindros, los tres primeros de procedencia Mercedes y ya conocidos en la Clase A, y los segundos, uno de origen Renault (el clásico turbodiesel 1.5 dCi de 1.461 cc que también equipa el Clase A), y el otro de Mercedes (el 2.2 de 2.143 cc ya montado en otros Infiniti, aquí con 170 CV). Todos cumplen la norma Euro 6 y todos van alimentados por inyección directa y turbocompresor.

Los dos primeros en gasolina comparten bloque y cilindrada (1.595 cc), rindiendo el primero 122 CV (disponible sólo con cambio manual de 6 marchas) y el segundo 156 CV (sólo con el cambio automático DCT de 7 relaciones e igualmente de origen Mercedes). Con un par considerable para su cilindrada (20,4 mkg el 122 CV y 25,5 mkg el 156 CV, disponible de forma constante entre 1.250 y 4.000 rpm, anunciando unas prestaciones muy altas (200 y 215 km/h de velocidad punta cada uno, acelerando de 0 a 100 km/h en 9,4 y 8,9 segundos respectivamente) para unos consumos oficiales bastante contenidos (de 5,7 a 6 lts/100 km en el promedio combinado para el 1.6 122 CV, y 5,8 para el 156 CV).

El alto de gama en gasolina es el 2.0T (211 CV y 35,7 mkg de par), turbocomprimido y con inyección directa DIG, forzosamente unido tanto al cambio DCT de 7 relaciones como a la tracción total AWD. Con esta planta motriz, el Q30 anuncia 235 km/h de velocidad punta cubriendo el 0-100 km/h en 7,2 segundos, a cambio de ofrecer el mayor consumo oficial combinado de todos (6,4 lts/100 km).

En los diesel, la oferta de acceso queda encomendada al brillante 1.5 dCi (109 CV) de 8 válvulas y 1.461 cc (26,5 mkg de par constantes entre 1.750 y 2.500 rpm, con sus 190 km/h de velocidad punta y 12 segundos para cubrir el 0-100 km/h). A cambio es el Q30 que menos gasta, habiendo homologado un promedio combinado de sólo 3,9 lts/100 km y 103 grs/km de CO2. Y todo dentro de un funcionamiento sumamente suave y silencioso.

El siguiente paso da un salto algo grande, ya que pasa directamente al 4 cilindros de 2.143 cc. Un motor muy experimentado que aprovecha los casi 700 cc en que supera al 1.5d para entregar 170 CV de 3.400 a 4.000 rpm y 35,7 mkg de par (el mismo del 2.0T) entre 1.400 y 3.400 rpm, potencia más que sobrada para lograr unas brillantes prestaciones (220 km/h de velocidad punta y 8,3 segundos en 0-100 km/h), a través (lo mismo que el 2.0T) de un cambio automatizado DCT de doble embrague y 7 relaciones, y con la tracción total AWD (4,7 lts/100 km de consumo en el promedio combinado, con 122 grs/km de CO2).

Un gran confort de marcha.- Es de justicia destacar el buen funcionamiento, rapidez y suavidad logrado por Infiniti del cambio DCT de doble embrague con siete relaciones (de Dual Clutch Transmisión). E igualmente, al cambio manual tampoco se le pueden poner reparos, con un accionamiento sin esfuerzo y recorridos cortos y precisos. Igualmente hay que subrayar su silencio de marcha, con una baja sonoridad aerodinámica para su altura y superficie frontal, gracias también a su Cx entre 0,29 y 0,31 (según versiones y ruedas).

Y entre el resto de elementos del chasis, la dirección presenta un buen tacto, precisa y rápida, con una sensación nada eléctrica pese a serlo y una desmultiplicación muy directa (14,4 a 1) con sólo 2,5 vueltas de volante entre topes, mientras que los frenos aprovechan sus grandes llantas para montar discos de 295 mm en las 4 ruedas, que en las versiones superiores de motor (2.0T y 2.2d) suben a 320 mm en el eje delantero, y pasan a ser también autoventilados en el eje trasero en el nivel de acabado Sport.

Valorado con 5 estrellas en las pruebas EuroNCAP, ha sido el compacto de mejor puntuación en 2015, destacando en la protección a peatones, y en cuanto al equipamiento de seguridad y las ayudas a la conducción están al nivel de lo que se espera de un compacto “premium”: según niveles puede disponer de asistente semiautomático de aparcamiento (el coche maneja la dirección, pero no los pedales) con visión periférica y cenital, sensor de obstáculos (“Parking Assist” y “Around View Monitor”), aviso de presencia en ángulo muerto (“Blind Spot Warning”), previsión de choque frontal con frenada de emergencia automática (“Forward Collision Warning”), aviso de abandono involuntario de carril, cambio automático de luces de carretera, control de crucero inteligente, etc…

Para todos ellos se sirve de un conjunto exterior de cámaras, mientras que en el interior los sistemas de conectividad e infoentretenimiento se manejan bien desde un mando giratorio y unos botones auxiliares en la consola, o bien mediante la pantalla táctil multifunción de 7” e incluso hay varias funciones activables por órdenes de voz.
En suma, un compacto “premium” peculiar y distinto, de gran atractivo y capaz de atraer una nueva clientela. Un coche esencial para alcanzar los ambiciosos objetivos de la marca de lujo de Nissan, cuya distribución exclusiva para España está a cargo del prestigioso grupo Bergé Automoción, que ofrece el coche con el motor 1.5d (109 CV) en promoción a un precio de 23.900 euros.