Los norteamericanos reclaman para sí el nuevo récord mundial de velocidad para automóviles (entendiendo como tal el obtenido mediante un vehículo propulsado por la tracción de sus ruedas, lo que excluye los coches-cohete tipo “Bluebird” que sobre escenarios como el lago salado de Utah ya se mueven en el umbral de los 1.000 km/h). Este récord, hasta ahora en manos del Bugatti Veyron (408,8 km/h) ha pasado ahora a los 435,3 km/h, logrados el 14 de febrero sobre la pista de Cabo Kennedy por Brian Smith (ex piloto de pruebas de Michelin) a los mandos de un Venom GT. Pero el récord no va a ser homologado oficialmente por el Libro Guinnes de los Récords, ya que se exige la media de dos pasadas o bien una media en circuito, lo que no es el caso del Venom GT. El coche es un modelo artesanal fabricado por el millonario John Hennesey, con un motor V8 7.0 biturbo preparado hasta lograr los 1.244 CV (el Bugatti Veyron anuncia 1.200 CV, y logró su anterior récord con una punta de 428 km/h y una media de casi 409 en circuito). Se calcula que de haber realizado la prueba en las mismas condiciones que el Bugatti, el Venom GT habría homologado los 412 km/h de media. Pero no lo hizo… El que sí ha homologado como récord mundial es el de aceleración de 0 a 300 km/h (13,6 segundos) obtenido el 10 de enero de Houston (Tejas). En todo caso, la FIA espera que se realice otra prueba con todos los controles serios para que pueda ser homologada. De momento Hennesey se conforma con anunciar su Venom GT como el coche más rápido del mundo para poder vender (a un precio no declarado, aunque estimado en el millón y medio de dólares cada uno, lo que le sitúa al mismo nivel del Bugatti Veyron) la treintena de unidades previstas, de las que 11 ya tienen dueño.