Fiel a una línea tres cuerpos pero con 5 puertas se sitúa entre el Fabia y el Octavia, como un compacto grande (4,49 m). Destaca por su habitabilidad y maletero, y por un precio competitivo, quedando su proporcionada imagen un tanto sosa.
El Rapid es el séptimo modelo de la marca checa y tiene como principal objetivo aportar una importante cuota de volumen. De hecho los directivos han dejado bien claro que el Rapid será el segundo coche de volumen de la marca tras el Octavia y que será pieza clave para que se alcance el 1,5 millones de unidades anuales vendidas hasta el 2018. Claro está que este objetivo también va aparejado al hecho de que la marca se ha propuesto lanzar cada seis meses un modelo nuevo o renovado.
El Rapid por sus dimensiones y características no se encuadra de lleno en el segmento de las berlinas compactas y para más de un usuario será una compra muy válida… rivalizando con la de un Octavia. La estructura del nuevo modelo es una amalgama de otros módulos del grupo Volkswagen pero básicamente hay que considerarlo el hermano gemelo del Seat Toledo que también aparecerá a finales de año y con el que comparte esta estructura.
La carrocería, de tres cuerpos pero con cinco puertas, tiene una longitud de 4,48 metros mientras que la anchura de 1,71 metros es, posiblemente, la cota menos favorable, en tanto que la distancia entre ejes es de 2,60 metros, o sea que es 2 cm. más larga que la del Octavia. El portón trasero tiene una gran boca de entrada que facilita manipular objetos de gran volumen en tanto que el maletero presenta unas formas muy regulares lo que permite aprovechar al máximo toda la capacidad que no es poca ya que ofrece 550 litros de carga (10 litros menos que el Octavia) que pueden ampliarse hasta los 1.490 si abatimos el respaldo de los asientos traseros; además de un par de huecos en los laterales, debajo del piso se aloja una rueda de repuesto de tamaño normal y hay un cajón con 24 litros de capacidad.
El diseño del Rapid es atractivo, predominando las formas angulares, algo que se está imponiendo en los modelos que están apareciendo últimamente. El frontal muestra la imagen que adoptarán los futuros modelos de la marca, destacando el diseño de los grupos ópticos, la calandra y la toma de aire que discurre prácticamente a lo largo del paragolpes. En conjunto el Rapid ofrece una imagen bastante estilizada y con un cierto aire coupé por la acusada inclinación de la luneta posterior.
El interior del Rapid destaca por la limpieza del diseño del salpicadero y la presencia de pocos mandos pero bien distribuidos y al alcance de la mano. Hay dos combinaciones bicolor en el salpicadero (negro-gris, negro-beis) y todo negro, siendo este último el más logrado. Los plásticos son de tacto duro (lo que desdice) pero los ajustes son más que correctos, si bien en general se aprecia que se ha buscado la economía aplicando elementos de otros modelos lo que equivale a una reducción de costes. Detalles curiosos y prácticos del Rapid que contribuyen a la denominación “simply clever” (simplemente inteligentes): bolsas de rejillas en los laterales de los asientos delanteros, bolsas en la parte posterior de éstos, un hueco debajo del asiento para guardar el chaleco reflectante, una papelera opcional en las puertas delanteras, y el suelo del piso del maletero reversible de plástico y lavable por si llegamos con botas de esquí o de pesca sucias.
El espacio interior en el Rapid es otro de los aspectos favorables del modelo, especialmente en lo que concierne a espacio longitudinal para las piernas y a una altura libre al techo que no ocasiona problemas a pasajeros que no sobrepasen el 1,80 metros; tampoco la anchura es muy generosa, aunque para dos ocupantes es muy buena, para tres adultos es algo justa.
Estarán disponibles 5 motores cuando comience la comercialización a finales de año. Cuatro son de gasolina y el otro es diésel. Pocas novedades en este apartado ya que todos ellos son conocidos del grupo Volkswagen. La gama en gasolina empieza con un tricilíndrico 1.2 litros de 75 CV que es la primera vez que Skoda lo ofrece y que es el único que dispone de inyección indirecta. Le siguen dos versiones del 1.2 TSi, ambas con turbo, y que ofrecen 86 y 105 CV. Los dos primeros disponen de una caja de cambios manual de cinco velocidades en tanto que en el tercero es también manual pero de seis marchas. La versión más potente en gasolina es el 1.4 TSi también con turbo y que rinde 122 CV y va asociado a un cambio DSG de siete velocidades.
Por lo que respecta a la gama diésel, de momento solo habrá disponible un 1.6 TDi de 105 CV asociado a un cambio manual de cinco marchas. A excepción del 1.2 MPi, Skoda lanzará versiones Green Tec de los otros motores dotados del sistema start-stop, neumáticos de baja fricción, o alternadores que solo recuperan cuando no se acelera pero que en conjunto facilitan la reducción de consumos en un ocho por ciento.
Para las suspensiones se ha recurrido a esquemas ya existentes, es decir McPherson delante y eje rígido con barra Panhard atrás para facilitar la máxima capacidad del maletero, lo que se paga en confort. En cuanto a frenos, todos llevan discos ventilados delante y tambores (?) atrás, salvo el TSi de 122 CV que también lleva los traseros de disco. Dinámicamente el comportamiento del coche es solo correcto aunque la capacidad de absorción de las suspensiones en piso bacheado podría ser mejor, ya que el placer de conducir se resiente, aunque su buena batalla le asienta bien sobre el asfalto.
Habrá tres niveles de acabado, Active, Ambition y Elegance, con un nivel de equipamiento correcto pero que da pie a que cada cliente busque las opciones que más le convengan o le interesen, partiendo de un precio competitivo. Aunque no se han dado a conocer los precios, se habla de unos 14.000 euros para la versión de arranque. Se fabricará en la planta checa de Mladá Boleslav que posee Skoda y habrá una versión especial para el mercado chino.