Javier Gete
Indispensable para disminuir el consumo eléctrico
Más allá del nivel de electrificación de los coches electrificados, todos estos vehículos tienen ya algún sistema de frenada regenerativa, con una capacidad de recuperación de hasta el 70% de la energía de frenada.
Los vehículos con algún tipo de electrificación en su propulsión, desde eléctricos 100%, a híbridos, híbridos enchufables (PHEV) y hasta los Mild-Hybrid, que son el escalón más bajo de la electrificación, están claramente de moda debido al crecimiento de la conciencia ecológica y al anuncio de la prohibición de fabricación de vehículos de combustión a partir del 2035 en Europa.
Sólo algunas marcas ofrecen en sus gamas todos los tipos de electrificación actuales, siempre con sistemas de recuperación de energía en la frenada y desaceleraciones.
Recuperar energía al frenar
En un coche de combustión tradicional, al frenar, la presión hidráulica da empuje a las pastillas de freno sobre los discos, consiguiendo así reducir la velocidad por la frenada. Al producirse esta reducción de la energía cinética hay un subproducto que no es otra cosa que calor (por ello el sobrecalentamiento de los frenos en carreteras de montaña). Esta energía generada prácticamente se pierde.
Sin embargo, en un coche electrificado la energía cinética del frenado es asumida por el motor eléctrico como una resistencia al avance y se devuelve dicha energía a la batería, convirtiendo así el motor eléctrico en un generador capaz de cargar la batería mediante este sistema que convierte la energía cinética e inercial generada por la frenada en energía eléctrica utilizable.
Con este sistema se consigue aumentar notablemente y de manera casi continua la autonomía eléctrica y reducir así el consumo de combustible en el caso de disponer de una mecánica térmica (Híbridos e híbridos enchufables).
Por supuesto este sistema es mucho más eficiente energéticamente en vehículos 100% eléctricos, en los que además suele contar con varios niveles de regeneración a elección del conductor y normalmente mediante unas levas en el volante.
Es evidente que la cantidad de energía eléctrica generada por el sistema de frenada regenerativa es directamente proporcional a la fuerza del frenado (más fuerza = más generación de energía), dependiendo también de la velocidad del vehículo y de la duración de las frenadas.
Es también muy importante contar con sistemas de frenado con gran calidad en todos sus componentes y fabricados por marcas de reconocido prestigio en su concepción.
Este sistema está en continua evolución, aportando ya hasta una recuperación del 70% de la energía cinética que se perdería al frenar, lo que aporta cientos de kilómetros de autonomía eléctrica extra, reduciendo las recargas y consecuentemente el gasto y el consumo eléctrico.
¿Qué es el Modo B?
Muchos vehículos electrificados, fundamentalmente los 100% eléctricos, híbridos e híbridos enchufables, suelen tener una posición “B” en el selector de marcha que no es otra cosa que un aumento del porcentaje de frenada regenerativa al soltar el acelerador, para así mejorar su autonomía.
Este modo “B” se recomienda sobre todo al circular cuesta abajo para inyectar mayor proporción de energía en la batería, aunque tiene algunos inconvenientes, como son:
• La disminución de su eficacia a bajas velocidades ya que en esta situación no puede captar demasiada energía.
• El cambio claro del tacto y modulación del pedal del freno, creando posiblemente sensaciones de baja confianza o de comodidad de conducción.
Por otro lado hay que saber que los frenos regenerativos pueden en algunos casos no aportar la misma potencia de frenado, con lo que en determinados momentos es necesario que el conductor presione con más fuerza el pedal del freno, si bien estas sensaciones incómodas ya se van corrigiendo y los últimos modelos ya aportan un funcionamiento más natural y más próximos a la frenada convencional.
Y ¿Cómo funciona en los “Mild hybrid”
Los “Mild hybrid” son el eslabón más bajo de la electrificación ya que sólo cuentan con la ayuda de una batería pequeña que normalmente aporta 48 voltios asociada a un motor eléctrico que hace las veces de motor de arranque y generador, y que no se utiliza para propulsar el coche de manera individual, sino que solo apoya a la mecánica de combustión en momentos de aceleración.
Por eso en estos modelos la frenada regenerativa no aporta tanta recuperación como en los de mayor electrificación, al recargarse esta batería en muy poco tiempo y no tener una función de sustitución del motor térmico, aunque con ello hoy por hoy pueden lucir la etiqueta medioambiental “ECO”.
El sistema “e-Pedal”
Algunas marcas en sus modelos montan además el denominado sistema “e-Pedal” (también llamado “e-Break”) que es el sistema que genera la mayor retención posible y que a su vez permite el ajuste de la velocidad del vehículo hasta llegar a detenerlo al soltar el pedal del acelerador, generando además una recuperación de energía muy superior y evitando el uso continuado alternativo de los pedales del acelerador y freno.
Recordamos que siempre conviene realizar los mantenimientos programados del sistema de frenado y si es necesario sustituir las piezas con desgaste de uso por recambios del máximo nivel cualitativo en el mercado, al tratarse del más importante sistema de seguridad con que contamos en la conducción.