Junto con el nuevo Clio berlina, Renault mostró en el reciente Salón de París su versión familiar definitiva un break muy logrado diseñado por Johann Ory, miembro del equipo de Laurens Van den Acker, el holandés responsable del diseño actual de la marca del rombo.
Muy próximo en zaga y laterales al estilo del Mégane Sport Tourer, cuya denominación repite, y con una capacidad interior muy similar a la de éste, este nuevo Clio familiar presenta el mismo frontal y batalla del nuevo Clio, con unos laterales de cintura alta, ópticamente rebajada a base de situar horizontales los grupos ópticos traseros, partidos entre portón y aletas. Su longitud total crece hasta los 4,26 m, a base de alargar el voladizo trasero 20 cm más, lo que repercute en un maletero de 430 litros (130 más que la berlina) con la ventaja de un umbral de carga muy rebajado.

El diseño está francamente logrado, con la luneta del portón más recta, manteniendo camufladas las manillas de puerta traseras, lo que con los pilares centrales y finales integrados en la superficie acristalada produce una armoniosa impresión de continuidad en los laterales. El maletero, aparte de ganar un 30% de volumen útil, permite un piso plano con los asientos traseros plegados, y al contar con el respaldo abatible del asiento del acompañante delantero (posición “bandeja”), la profundidad total útil para transportar objetos largos supera los 2,1 m.
Sus motorizaciones serán las mismas del Clio berlina, incluido el nuevo 1.0 de 3 cilindros en gasolina, con 90 CV junto al 1.2 TCe turbo de inyección directa (120 CV), mientras que en diesel la oferta corre a cargo del 1.5 dCi de 90 y 110 CV. Con cambio manual de 6 velocidades, contará con versiones con sistema “stop & start” de serie así como con el nuevo cambio automatizado EDC de Renault. Su comercialización en Francia se espera para este diciembre, desde un precio de acceso de unos 14.300 euros. En España habrá que esperar unos pocos meses más, sobre marzo de 2013.