Javier Gete
Qué es y cómo prevenirlo
Este potencial efecto de ausencia de frenada por vapor denominado “Vapour lock”, es realmente grave y el primer síntoma que percibimos es que el pedal de freno se vuelve mucho más “esponjoso”, con un mayor recorrido del habitual, hundiéndose profundamente, hasta llegar un momento en que los frenos dejan de funcionar, con el correspondiente riesgo de incidente vinculado a un sistema vital de seguridad como es el sistema de frenado.
Otros síntomas como ruidos o importantes vibraciones al presionar el pedal del freno, con un claro hundimiento del pedal del freno, o bien una dureza importante del mismo perdiendo claramente la capacidad de frenado, nos indican que el efecto “Vapour Lock” se está produciendo, por lo que es necesario realizar un mantenimiento del vehículo con urgencia antes de que el sistema deje de funcionar.
Este efecto de bloqueo por vapor se puede producir en el caso en que el líquido de frenos llegue a hervir, llegando a producir un total ausencia de frenada, cosa que seguramente es perfectamente evitable con un adecuado y continuo mantenimiento del sistema de frenos y revisión de su desgaste, ya que al tratarse de piezas de fricción el desgaste puede ser muy elevado si no se controla.
De hecho, debido al importante desgaste por el paso del tiempo y la correspondiente absorción de la humedad, se produce un efecto de disminución del punto de ebullición del líquido de frenos que llega incluso hasta un 20%, lo que puede favorecer que hierva con más facilidad, por lo que es muy recomendable su sustitución periódica según las recomendaciones e indicaciones de los fabricantes en cada caso. Lo normal es que el líquido de frenos se reemplace cada dos años, empleando líquido de frenos especial para “ESP” cuando el vehículo disponga de sistema de control de estabilidad.
De hecho un líquido de frenos ya pasado o en mal estado puede provocar una prolongación de la frenada en diversas situaciones, como por ejemplo llegar a su punto de ebullición tras una frenada prolongada y las altas temperaturas que esto genera, convirtiendo la humedad del líquido en gas, y produciendo así el efecto que estamos tratando, empezando por una clara pérdida de capacidad de frenada y por supuesto de su eficacia.
Por encima de los 30ºC, se produce un efecto de reducción de eficacia en la capacidad de refrigeración de los discos y pastillas de freno de forma proporcional a la temperatura, efecto también expansible al líquido de frenos, aunque el mismo tiene la capacidad de trabajar aún con normalidad con algunos grados a más.
Esta difícil evacuación de calor con altas temperaturas puede también producir una deformación de los discos de freno que eleva aún más la temperatura de trabajo del sistema de frenos, conllevando el riesgo de que el líquido de frenos pueda llegar a hervir y se produzca el efecto “vapour lock” con total ausencia de frenada.
Síntomas del “vapour lock”
Los síntomas más notables de este potencial y peligroso efecto que pueden llegar hasta a producir que el sistema de frenos deje de funcionar son de forma genérica:
- Se nota que los frenos actúan de una forma más “esponjosa”
- Se incrementa el recorrido del pedal de freno
- Se percibe un claro hundimiento del pedal respecto a su funcionamiento normal
- Sobrecalentamiento de los frenos debido al rozamiento contra el disco, con una frenada menos efectiva e incluso nula.
Por supuesto es de vital importancia el buen estado del sistema de frenos de cara a la seguridad del vehículo, del entorno y, por supuesto, de sus ocupantes, por lo que al observar síntomas como los descritos o ruidos y vibraciones al frenar es fundamental realizar una revisión y mantenimiento de todo el sistema de frenos con la máxima celeridad, y no esperar hasta que se produzca la pérdida de frenada.
Iniciativas en la industria de componentes
A la vista de este problema que se puede dar en el sistema de frenos, es absolutamente determinante el trabajo y la investigación que realizan los fabricantes de componentes de automoción, en particular dedicados a la disipación de calor, tema sobre el que algunos fabricantes están realizando inversiones muy importantes.
Estas líneas de trabajo están muy dirigidas al desarrollo y búsqueda de materiales que aporten un comportamiento a altas, bajas y medias temperaturas, igual o mejor que el del amianto que se prohibió en 1999 por su peligrosidad para la salud humana.
De hecho la industria de componentes, siempre junto a los fabricantes de vehículos, está encontrando composiciones y mezclas de materiales para frenado que optimizan la relación entre confort, desgaste y frenada, con lo que en los próximos años este problema se podrá reducir de forma muy clara, o al menos eso espera la industria.
De hecho la industria de componentes a través de los fabricantes de primer nivel, además de concienciar a los talleres, están realizando acciones de formación y soporte técnico permanente, con dedicación de auténticos expertos cualificados.