Opel Meriva II: fijación frágil del asiento del acompañante

14 enero, 2013
MARIANO NIETO

La segunda generación Meriva no ha tenido apenas tiempo de sufrir llamadas a revisión en su escasos dos año y medio de vida, lo que no quita para que haya sufrido los habituales pequeños problemas de electrónica (apertura aleatoria de puertas y portón, y hasta del depósito de combustible, por el mando a distancia, disfunciones del control de crucero…), e incluso algunos no tan pequeños (como los chirridos del pedal de embrague por culpa de un deficiente engrase de su timonería, los tirones en las unidades con motor 1.7 CDTI y sobre todo, el taponamiento del filtro de partículas en estos diesel y el ensuciamiento de la sonda de recirculación de gases de escape (EGR) cuando se circula mucho por ciudad. Y también otro problema frecuente en conducción urbana, como es la pérdida total de la asistencia eléctrica de la dirección, debida a fallos de conexión por culpa de las vibraciones. Estos fallos se vienen subsanando en las revisiones de garantía, sin que hasta ahora hayan dado pie a llamadas de revisión en toda línea.
Pero ha habido uno más grave, que obligó a la correspondiente llamada hace un año, relativa a la mayoría de las unidades de 2011: la revisión de los tornillos de fijación del asiento del acompañante delantero, un tanto frágiles, y que en caso de esfuerzos elevados o de choque podían partirse. Hay que decir que la mayor parte de las unidades afectadas fueron revisadas en los concesionarios antes de ser entregadas a su cliente final, y las que fueron entregadas antes, casi todas lo han sido en la primera revisión de garantía. Pero por si alguna no hubiere pasado aún por el taller oficial, Opel ha emitido la preceptiva llamada a revisión.