Nissan Terra

8 enero, 2013
J. C. BERGER

Un SUV de aspecto lunar
Este “concept” poco realista y no muy previsible en un futuro inmediato, representa los rasgos básicos hacia los que apuntarán los sucesores del X-Trail y el Qashqai, convenientemente adaptados a la personalidad de cada uno. Y no hay que olvidar que en este recién estrenado 2013 llega el relevo del primero y en el 2014 el del segundo…
En primer lugar, se trata de un vehículo totalmente eléctrico, con el motor del Leaf moviendo las ruedas delanteras y otros dos (uno por rueda), las traseras, disponiendo así de tracción 4×2 ó 4×4. Los tres van eléctricamente alimentados pero no directamente por baterías sino a través de una pila de combustible (“fuel cell”) de hidrógeno, lo que elimina de raíz el problema de la escasa autonomía de los vehículos eléctricos, para defender su uso más allá de entornos urbanos.
Luego en el interior, sin túnel de transmisión central, hay más detalles “concept” que quizá no lleguen nunca a la producción real, como la disposición asimétrica de sus 4 asientos (para aumentar la visibilidad interior) o su curioso panel de mandos portátil (es una “tablet”, o sea una tableta extraíble que sirve como tal fuera del coche y como cuadro de instrumentación encajada ante el volante).

Por lo demás, este Nissan TeRRA no deja de presentar la fisonomía maciza de los SUV 4×4, por más que su enfoque (como reconoce François Bacon, director de la marca para Estrategia y Planificación de Producto) esté más orientado “a la vida urbana que para la arena del desierto”. El diseño de asientos en diagonal ofrece una experiencia distinta de conducción, gracias su gran visibilidad frontal, y la imagen exterior, con sus grandes ruedas, su altísima cintura, los finos pilares y las estrechas ventanillas, le retratan como un “concept” de diseño, con guiños al Juke en el frontal, como los dos grandes faros circulares por diodos justo en el escudo del paragolpes. Una estrecha cintura entre los pronunciados parachoques junto a los pasos de ruedas y un capó muy esculpido exageran el aspecto musculoso del coche (quizá excesivo para un SUV urbano) y sus perfilados extremos, con cortos voladizos y los faros integrados refuerzan su rotunda presencia. Y por abajo, un panel inferior aerodinámico pintado en color a contraste protege los bajos del vehículo y completa su imagen de robustez.

Por dentro, la primera sorpresa al abrir las puertas es su apertura enfrentada sin pilares centrales (como en el Ford B-MAX) que despeja un amplio acceso a las dos filas de asientos. Dada su alta cintura, esta disposición permite reforzar mucho los montantes centrales de las puertas, facilitando su función de pilares. Al abrirlas, vemos como sus paneles combinan madera clara (haya) y materiales acrílicos en un sorprendente conjunto. Envolviendo el habitáculo a la altura de los hombros, una estructura de metal actúa de “roll bar” proporcionando a los ocupantes una gran sensación de seguridad, mientras que el contraste entre metal y madera se prolonga en el salpicadero, y en el lado del conductor, volante y consola central se orientan claramente hacia el mismo.
En el salpicadero tenemos ese curioso cuadro de mandos, una tableta electrónica extraíble que sirve también como llave inteligente. El conductor lo conecta al llegar al coche y se lo lleva al salir del mismo: cuando está conectado al TeRRA, la tableta proyecta los datos de velocidad y otras informaciones relevantes del vehículo pero el conductor puede también utilizarla como fuente de entretenimiento, comunicación o navegación. Y fuera del coche, proporciona todas las funciones de una tableta, pero manteniéndose siempre en contacto con el vehículo.
Ante el volante, el conductor se sienta desplazado casi en el centro, en una novedosa disposición en diagonal que coloca a los pasajeros traseros por encima de las espaldas de los delanteros en lugar de directamente detrás. Y con los tres asientos de los pasajeros plegados, el piso del TeRRA queda completamente plano y sin obstáculos para poder cargar, flotadores, muebles… gracias al compacto tamaño de sus motores eléctricos “in wheel”. Y como no necesita árbol de transmisión ni palieres para mover las ruedas traseras, no hay túnel que atraviese el habitáculo o que pase bajo del mismo, lográndose así un piso totalmente plano y el carenado integral de los bajos.

Bajo el piso del maletero hay espacio suficiente para alojar la pila de combustible, una unidad plana muy compacta que consigue la mejor densidad de potencia del mundo con 2,5 KW/L. Última evolución de la serie de pilas de combustible iniciada en 1996 por Nissan, ésta sólo cuesta la sexta parte de su predecesora de 2005, al haberse reducido la necesidad de metales preciosos en sus componentes a una cuarta parte de los de aquélla. Otra cosa es que hoy por hoy esta solución siga siendo demasiado cara (no se cree que se difunda hasta 2025) y carezca aún de una red de suministro de hidrógeno integrada en las estaciones de servicio. Pero como solución “cero emisiones” de larga autonomía no tiene rival, y con el TeRRA, Nissan demuestra que ya está lista para producir vehículos eléctricos por pila de combustible de manera masiva cuando la disponibilidad de suministro de hidrógeno lo permita.

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