Llega la cuarta generación
Presentado en el Salón de Nueva York bajo una imagen inédita y rompedora, nace como RX 350, disponible con un motor V6 3.5 gasolina de 300 CV, igualmente disponible en versión híbrida (RX 450h) con la misma potencia, y por vez primera en el acabado deportivo F Sport.
Esta cuarta generación Lexus RX (la primera nació hace 17 años) crece bastante respecto a la anterior (tiene que alejarse del recién llegado NX). Mide 4,89 m de longitud, por 1,89 m de ancho y 1,69 m de alto, o sea 12 cm más largo que el actual RX y apenas 1 cm más ancho, que es lo que pierde en altura, mientras amplía su plataforma con 5 cm más de batalla (ahora 2,79 m). Su objetivo está muy claro: hacer frente a la nueva oferta de SUV “premium” de corte más dinámico y deportivo, como los nuevos Q7 de Audi, Mercedes GLE y BMW X6.

Aunque mantiene la misma plataforma del modelo anterior, su bastidor monocasco ha sido notablemente reforzado para ganar rigidez y soportar un esquema de suspensiones bastante endurecido sin perjudicar su confort general de marcha, algo difícil de lograr con neumáticos de bajo perfil en llantas de 20” de diámetro (aunque la monta de serie parte de 18”), aunque en los niveles superiores de acabado contará con la ayuda de la suspensión neumática variable adaptativa (AVS), que además se encargará de asegurar la altura constante al suelo de la carrocería.
Su aspecto recuerda bastante al del nuevo NX, con su frontal dominado por el prominente paragolpes y la agresiva parrilla en doble flecha, con los faros de diodos con sus luces en forma de “L”, integrando en ellos también la diurna de cruce, también de diodos como las de los faros antiniebla. De lado el intento de hacerlo parecer un coupé (misión imposible dada su alta cintura) recurre a la prolongación de los perfiles superior e inferior de las ventanas traseras, fundiéndolos en un solo perfil cromado que cruza el camuflado pilar posterior al techo para dar la impresión de un techo flotante. Una solución efectista, que desde luego resulta original.
La zaga se aligera un poco entre el discreto deflector de techo y las bocas de escape integradas en el escudo paragolpes, con los grupos ópticos (por supuesto de diodos) centrados para intentar rebajar la sensación de altura. El aumento de batalla es de suponer habrá mejorado la habitabilidad interior, en especial la de las plazas traseras, ahora con calefacción propia, con un maletero al menos no inferior al del actual RX, ampliable mediante el plegado de los asientos traseros por mitades asimétricas 60/40.

Luego, en el interior, el diseño del salpicadero y el puesto de conducción también ha cambiado, ahora más horizontal, con una ancha pantalla multifunción a color de 12,3”, que sirve igualmente para los sistemas de infoentretenimiento (igualmente accesibles en la 2ª fila, a través de otras dos pantallas (opcionales) de 11,6” situadas tras los respaldos de los asientos delanteros. También en opción podrá disponer del Head Up Display para leer en el parabrisas las principales indicaciones del navegador y el ordenador de viaje.
Y en cuanto a seguridad, este nuevo RX ofrece todo un conjunto de ayudas englobadas dentro del Lexus Safety System+, que agrupan el sistema PCS de prevención y control de colisiones, control de mantenimiento y cambio de carril, encendido y cambio automático de luces de carretera, control de crucero inteligente (Radar Cruise Control), control de ángulo muerto y alerta de tráfico cruzado al desaparcar en batería, etc. Ayudas todas apoyadas en un conjunto de sensores y cámaras que además permiten la visión panorámica y periférica en torno al coche (View Monitor).
En el apartado motriz es donde encontramos menos novedades: sin oferta diesel (nunca la tuvo), tenemos, recién anunciado en el Salón de Shanghái, la variante de acceso 200t de 228 CV (el mismo 4 en línea turboalimentado de su hermano pequeño NX), si bien sólo estará disponible en algunos mercados. Le sigue el RX 350, una mecánica V6 3.5 de 300 CV ya algo veterana que ha sido ahora puesta al día para cumplir la normativa Euro 6. Dotada de inyección directa, Lexus no ha facilitado datos ni de par ni de prestaciones, consumos y emisiones, limitándose a afirmar que mejora en eficiencia. Es el mismo motor que equipa la variante híbrida RX 450h aunque ésta bajo ciclo Atkinson (máximo retraso al cierre de admisión), posiblemente la única en importarse en España de la que se afirma arroja la misma potencia, algo ilógico ya que es de suponer que el aporte del motor eléctrico mejore la potencia final total. Las versiones V6 van con un cambio automático de 8 relaciones, mientras que el 200t integra la automática de 6 relaciones, y todos llevan tracción total 4×4.

Destaca también la oferta por vez primera en esta gama del acabado deportivo F-Sport, tanto para el RX 350 como para el 450h, que como en otros F-Sport de Lexus se caracteriza por su rejilla frontal exclusiva, distintos paragolpes (con el escudo difusor metálico en el trasero), llantas específicas (20”), salidas de escape diferenciadas, cuadro de instrumentos distinto, volante deportivo forrado en piel perforada con las levas del cambio, y selector de modo de conducción ampliado con la posición Sport S+ junto a las ya conocidas Eco, Normal y Sport de las demás versiones.
Presentado este mes de abril como “model year” 2016, este nuevo RX no llegará a España hasta el próximo otoño, tiempo sobrado para que Lexus decida precios y equipamiento. Entonces sabremos si realmente es un rival de cuidado para los Volvo XC90, BMW X5/ X6, Mercedes GLE/GLE Coupé y Audi Q7.

