Máxima sorpresa ha causado el anuncio de GM de que su filial europea Opel (y la británica Vauxhall) serán vendidas al grupo francés PSA (Peugeot-Citroën). Mary Barra (CEO de GM) y el presidente Amman se han reunido tanto con Carlos Tavares (presidente ejecutivo de PSA) como con los ministros alemanes de Economía y Transportes, quedando pendiente una reunión al máximo nivel con la canciller germana Angela Merkel.
Tanto Opel como PSA hablan de “alianza” y preocupan los puestos de trabajo de GM en Europa (19.000 en Alemania, 5.500 en España y 4.500 en el Reino Unido). Los mercados financieros han acogido favorablemente la noticia, lo mismo que el Estado francés (que posee el 14% de PSA), mientras que en Alemania hay muchas reticencias, sobre todo por el secretismo en que se han producido las conversaciones, y se oponen a la fusión tanto el sindicato IG-Metall como la ministra de Economía, Brigitte Zypires. Parece ser que uno de los grandes motivos de la operación sería el que PSA adquiere la tecnología de tracción eléctrica de GM junto con la compra de Opel, ya que PSA pretendería (como también el actual presidente de Opel, Karl Thomas Neumann) hacer de Opel mayoritariamente un constructor de coches eléctricos.
