Vuelve una leyenda de 50 años
La sexta generación de este modelo legendario para la marca y símbolo del coche deportivo a la americana, llegará a España a primeros de 2015, primero como coupé y luego como cabrio. Con dos motores de 309 y 426 CV, el Mustang VI recupera una estética atrevida, menos “retro” que el anterior pero igualmente con el DNA del Mustang original de los 60.
En abril 2014 harán 50 años desde el nacimiento del primer Ford Mustang (1964). Y el nuevo será vendido oficialmente por Ford en Europa en 2015, con una estampa muy atractiva, respetando el clásico diseño de coupé (de 4 plazas según Ford, o sea que ya no es un 2+2) con la caída de techo de los primeros Shelby.
El frontal es típico de esta sexta generación, con faros rasgados y fuera de la parrilla, aunque esta última permite identificarlo como miembro de la saga. Con 4,78 m de largo, es 4 cm más largo que el anterior y un poco más bajo, con una cintura alta que delata su nacimiento actual. Su imagen recuerda la del Mustang de siempre (los I y II, y luego el V), lejos de la de los desafortunados Mustang III y IV.
Propulsión trasera.– Efectivamente mantiene la tracción posterior, esta vez a través de un eje multibrazo más sofisticado, con manguetas y tirantes de aluminio pero en el eje delantero estrena una nueva suspensión Mac Pherson de doble rótula, que permite montar discos de freno de grandes dimensiones sin tener que recurrir a un excesivo descentrado de ruedas (que afectan al tacto de la dirección). Ello le permite montar llantas de 19” con discos delanteros ventilados de 352 mm (el 2.3 Ecoboost) o 380 mm (el V8 5.0), con pinzas de 4 y 6 pistones en cada caso. Así se soluciona una de las críticas más comunes a este coche, como eran sus frenos débiles, más por culpa de su peso y prestaciones que por otra cosa.
Estéticamente los nuevos faros carenados (con luz de cruce diurna por diodos integrada en ellos) son, junto con la parrilla “estilo Aston Martin” los rasgos distintivos de esta nueva generación Mustang. Detrás mantiene los grupos ópticos cuadrados con triples barras verticales, mientras que baja un poco la tapa del maletero (otro guiño al primer Mustang) que sin embargo es mayor, corrigiendo otro de los fallos de la actual Mustang V. La habitabilidad parece mejorar un poco, aunque el techo más bajo y la cintura alta no la benefician demasiado, y la visibilidad tampoco gana, con sus mínimas lunas triangulares posteriores. Pero en conjunto el coche entra por los ojos, y aunque recuerde al Mustang clásico se le ve perfectamente como un coche de hoy, capaz de gustar tanto en Europa como en América.
Un motor para cada continente, pero sin V6.– En cuanto a motores, Ford abandona el V6 y centra su oferta en dos opciones: la primera es un 4 cilindros turbo de inyección directa con 2.300 cc, máximo exponente de la familia Ecoboost y que con 309 CV y 41,5 mkg da más potencia y par que el anterior V6, mientras que la segunda recae en el clásico V8 de 5 litros de cubicaje (4.951 cc) de menor rendimiento específico y todavía con inyección indirecta, pero que gracias a su generosa cilindrada logra dar 426 CV y 54 mkg de par (aunque a más revoluciones). Es evidente que el primer motor está pensado para Europa y el segundo para EE.UU., aunque se ofrecerán los dos en ambos mercados, el primero con cambio manual de 6 velocidades de serie y automático secuencial también de 6 en opción, y el segundo a la inversa, con el automático de serie y el manual en opción. Igualmente ambos dispondrán de autoblocante electrónico posterior con control vectorial de par.
Ambos contarán con todo el equipamiento electrónico disponible en los Ford de gama alta (sistema SYNC de conectividad con pantalla táctil y mando por voz, navegador, ESP especialmente adaptado para él, “launch control”, etc, etc). Pero el nuevo Mustang VI no llegará al mercado europeo (España incluida) hasta 2015, aunque se prepara un lanzamiento especial en América para abril de 2014, probablemente con alguna edición limitada con motivo de los 50 años de su nacimiento. Y por supuesto, seguirá fabricándose sólo en EE.UU., en la planta Ford de Flat Rock (Michigan), sin que hasta la fecha haya datos de prestaciones y consumos.
