El V8 más rabioso
Fue la novedad Ferrari en el Salón de París, y una forma de revitalizar un poco la gama más veterana del “cavallino” (al fin y al cabo nació hace ya más de una década como 360). Una variante “spider” de este biplaza con el V8 atmosférico más potente en su cilindrada (605 CV, 35 más que el 458 coupé) ahora descapotable con techo rígido plegable, como su hermano el California.
Debilitado en su oferta por la competencia del California (más barato que él), el Ferrari 458 se revitaliza con esta serie especial de sólo 499 unidades que luce la letra “A” de “aperta” como símbolo de su carrocería abierta. Se ha hecho en homenaje a los diversos éxitos en competición del 458, entre ellos un doble título en el WEC (Campeonato Mundial de Resistencia) e igualmente ganador en su categoría de carreras tan clásicas como las 24 Horas de Le Mans, las 24 Horas de Daytona y las 12 Horas de Sebring.
Dedicado a tan sólo 499 coleccionistas, el 458 Speciale A es el “spider” más potente jamás construido en la historia del Cavallino Rampante, capaz de conjugar unas prestaciones extremas con el placer de conducir un descapotable. Y además, su techo retráctil de aluminio, que se acciona en apenas 14 segundos, le supone un ahorro de 50 kg de peso respecto al Speciale coupé.
Pero la principal diferencia de este 458 Speciale A está en su motor, el más potente V8 atmosférico de calle que ha hecho Ferrari hasta la fecha, con sus 605 CV a nada menos que 9.000 rpm, lo que supone extraer a los 4.497 cc de sus 8 cilindros en V a 90º un rendimiento de 135 CV/litro… Y eso con un par máximo de 55 mkg (también a muy alto régimen: 6.000 rpm). Es un motor muy apretado, al nivel de un coche de competición, pero con la fiabilidad suficiente para su uso normal de turismo, y con unas emisiones de 275grs/km de CO2, que ya quisieran para sí los V8 americanos de menos de 5 litros.
El orgullo de Ferrari con este V8 se resumen en la placa fijada en el interior de la cabina donde se recogen los tres premios recibidos al motor de mejor rendimiento entre los V8. El bastidor de aluminio no experimenta cambios sobre el del 458 Speciale, ligeramente reforzado en su rigidez por las diez aleaciones especiales que lo componen. Con un peso en vacío de sólo 1.340 kg (o sea, 2,2 kg/CV) sus prestaciones son realmente extraordinarias, acelerando de 0 a 200 km/h en menos tiempo (9,5 segundos) que el que muchos deportivos normales requieren de 0 a 100 km/h, registro que por cierto cubre en tan sólo 3 segundos.
Como prueba de su capacidad dinámica, baste decir que casi repite el crono del 458 Speciale “berlinetta” en el circuito de Fiorano, recorrido en 1 minuto y 23 segundos y medio (4 décimas más que su hermano cerrado y 3,5 segundos más que el impresionante LaFerrari, pero superando incluso al Enzo). Un mérito que no sólo recae en su espectacular V8 4.5 de 605 CV: también influye su cambio automatizado de 7 relaciones y dos embragues, que transmite todo su par motriz a las ruedas traseras, y su sofisticada aerodinámica activa, que permite efectuar un “efecto suelo” gradual según la velocidad mediante el descenso de unos deflectores delanteros, traseros y laterales.
Ferrari ha patentado esta aplicación, que permite también aumentar la “down force” posterior, lo que hace de este 458 Speciale A el Ferrari más aerodinámicamente eficiente hasta la fecha. Otra importante ayuda que también contribuye en gran manera al rendimiento dinámico y estabilidad de este 458 A es el SSC (Side Slip Angle Control), un sistema electrónico que analiza continuamente el deslizamiento lateral del vehículo y lo gestiona para adaptarlo al valor ideal que ayude al mantenimiento de la trayectoria, a través de la distribución del par entre las dos ruedas traseras mediante el diferencial electrónico E-Diff.
La unidad expuesta en París mostraba un llamativo color amarillo Módena, decorada además con una banda central en color azul NART y blanco Avus, los colores de la North American Racing Team (NART) del italoamericano Luigi Chinetti, la escudería que tantos éxitos obtuvo para Ferrari en los años 60 del pasado siglo. Lucía también unas espectaculares llantas de 5 radios en color gris Corsa, a juego con un interior en gris y amarillo presidido por la utilización preponderante de fibra de carbono en el salpicadero, paneles de puertas, túnel central (éste en azul), etc. Los asientos estaban tapizados en piel y Alcántara, con los cojines laterales de la banqueta avanzados y costuras a contraste.
Como unidad limitada que es, este 458 Speciale A tendrá un precio superior al que le correspondería, pero todo indica que si más adelante va a contar con presencia en el catálogo Ferrari como un 458 “cabrio coupé” de techo rígido retráctil, se situará por encima del “asequible” California (el escalón de acceso de Ferrari con sus poco más de 200.000 euros) en un nivel por encima del cuarto de millón, convenientemente distanciado de los 300.000 en que se mueven los V12 como los FF y F12. En todo caso, primero se tiene que vender el medio millar de esta edición, una cifra que ya no es tan artesanal en este exclusivo nivel de coches. Con un precio de unos 270.000 euros, será unos 10.000 euros más caro que el modelo del que deriva, el Ferrari 458 Spider.