PEPE VALENCIANO
- Lewis Hamilton nuevo líder del Mundial.
- Abandono de Rosberg.
- Alonso, 4º, rozó el podio.
- Vettel sube al cajón por primera vez este año.
Salió Alonso con el cuchillo entre los dientes, como siempre. Más si cabe en su circuito talismán donde había logrado cinco podios de seis posibles, con dos victorias con dos escuderías distintas. ‘El Indomable’ venía tocado por tanto comentario que le hizo saltar el jueves. Intentó contestar a tanto «indocumentado», a tanto desagradecido, a tanto inconformista, en la pista, y lo hizo regalándonos el mejor tiempo en los libres 1 y 3 y el segundo mejor en los libres 2. En clasificación no pudo con el imperio de la estrella que este año brilla como nunca. Salía 5º el piloto español de Ferrari y tras una buena salida, como casi siempre, cometió su único error en la interminable carrera de Singapur, yéndose recto en la primera frenada, atajando por donde no debía y aunque ganó posiciones a Vettel y Ricciardo, tuvo que ceder la posición al alemán. Alonso en realidad salió cuarto porque Rosberg se quedó varado y tuvo que salir desde el pit-lane arruinando desde el inicio su carrera que se convirtió en un calvario desde el inicio con problemas graves de fiabilidad, sin poder ni pasar a los últimos de la cola. Alonso, decíamos, ganó una posición y se puso tercero.
Posteriormente se puso segundo y durante buena parte de la carrera mantuvo el mejor ritmo de todos, rodando a ritmo de Mercedes. Pero en la segunda parada se la jugaron en Ferrari y en vez de ir a dos paradas, fueron a tres, montando un juego de blandos obligándose a montar los duros en una tercera parada. Necesitaba Alonso una ventana de 27 segundos para paliar que los Red Bull iban a dos paradas, un suicidio a priori pues a 61 vueltas de carrera, los compuestos duros les tenían que durar, a Vettel y Ricciardo, más de 35 vueltas. Fernando Alonso iba a un ritmo frenético y sólo una salida del Coche de Seguridad (SC) podía arruinar su ventaja y con ello su sueño de podio y por qué no, de ganar la carrera, pues se acercaba al mismísimo Hamilton que cabalgaba en solitario. La jugada de Ferrari era muy arriesgada pues en las seis carreras disputadas en Marina Bay, siempre ha salido el Safety Car. Pero había que jugársela. Y efectivamente, cuando Alonso estaba en plenitud, abriendo la brecha necesaria para cubrirse de su tercera parada, zas, Sergio Pérez se tocó con el monoplaza de delante, Adrian Sutil, haciendo volar su alerón delantero y cayendo en pista los trozos de fibra de carbono.
El coche de seguridad salió a pista en la vuelta 31, a mitad de carrerra, y adiós al sueño de Alonso. Tuvo el asturiano que entrar a poner los obligatorios neumáticos duros, y con el reagrupamiento de todos, se esfumaba su posibilidad de ser al menos segundo, como el año pasado. La única posibilidad de hace podio era el previsible desfallecimiento de las gomas de los dos Red Bull, pero aguantaron hasta el final. Esta vez Ricciardo hizo de gregario y sujetó a Alonso que venía potente con gomas más frescas, y con Vettel con sus neumáticos destrozados. Esta vez Ricciardo jugó en equipo para lograr el primer doblete del año, 2º y 3º. Fernando Alonso se tuvo que conformar con la cuarta plaza, repitiendo este puesto que ya lo tuvo en Marina Bay el único año que no hizo podio con anterioridad. Esta vez, el coche de seguridad arruinó su carrera. Otras veces, en cambio, le vino bien, como en 2008. Así son las carreras. «A veces los safety te ayudan, pero también te perjudican, y esta vez quizás nos quitó la segunda posición», dijo un sudoroso Alonso al final, quien opinó que esta carrera no ha sido la más dura de las disputadas en Singapur.
Por delante estuvo casi toda la carrera Lewis Hamilton que fue a por todas desde el inicio, sabedor que su compañero Rosberg salió el último hasta que pasadas 14 vueltas abandonó definitivamente haciendo el segundo cero del año y perdiendo el liderato a favor del inglés. «Fue un mal día. El volante no funcionaba y tampoco el coche. El monoplaza estaba enfermo», dijo Rosberg en un entendible español. Pero Hamilton pudo perder la carrera. Algo inusual pasó con la estrategia de Mercedes. Resulta incomprensible que hiciesen ir a tres paradas a Hamilton con lo sobrado que iba. Y más aún corriendo el riesgo del Coche de Seguridad, como así ocurrió. Cuando Hamilton salió de su tercera parada, se encontró tercero de carrera a falta de diez vueltas, teniendo que iniciar una cabalgada brutal, de nuevo, igual que hizo en su segunda parada para cubrirse la ventana de los 27 segundos que se pierden en el pit-stop de Marina Bay. Esta estrategia inaudita de Mercedes, agravada por no hacerle entrar con el coche de seguridad, casi le cuesta la carrera y el liderato del Mundial. Llegó Hamilton a por Ricciardo y a por Vettel, que lideró la carrera unas vueltas, «in extremis». Salvó los muebles el inglés por los pelos.
El inglés incrédulo, preguntaba una y otra vez: “¿seguro que llego bien?”. Y claro, con todas las cosas raras que están pasando entre la lucha Rosberg-Hamilton, a nadie se le escapa que lo ocurrido en Singapur da que pensar. Hamilton o no lo ve o no quiere que se note que se ha dado cuenta; el caso es que alabó el trabajo de su equipo para conseguir su victoria. Mejor así, al menos de cara al exterior. Lewis Hamilton ganaba su séptima carrera del año, y se aúpa al liderato por segunda vez este año.
Se ha desquitado de la afrenta de Bélgica-SPA, ganando dos carreras seguidas. Pero lo mejor está por llegar. Queda mucha lucha y los dos primeros están en un puño: 241 puntos para Hamilton por 238 para Rosberg. Y Ricciardo, expectante, tercero con 181. Señores, esto no está acabado, ni mucho menos. Próxima cita, Japón, el Imperio del Sol Naciente.
(FOTOS: Scuderia Ferrari, Mercedes AMG Petronas, Infiniti Red Bull Racing)
