¿Te conviene poner un híbrido enchufable en tu vida?

1 agosto, 2022
JAVIER GETE

Muchas ventajas y algunos inconvenientes, aunque siempre seguirá siendo un buen negocio

Los coches híbridos enchufables están de moda en el mundo entero, ya que disponen de un motor de combustión interna, generalmente de gasolina, y un motor eléctrico que colabora con el térmico para aportar mejores respuestas de aceleración y que a su vez pueden moverse en modo 100% eléctrico contando con la energía acumulada en su batería, que se recarga por conexión directa a la red eléctrica y generando carga por frenadas y desaceleraciones en circulación.

Tanto es así que, ya en la actualidad, casi todos los fabricantes ofrecen diversos modelos con esta tecnología en sus gamas, con una abrumadora respuesta del mercado que empieza a acumular crecimientos próximos al 300% de sus ventas.

Por su parte, para las marcas y fabricantes es fundamental poner en el mercado variantes PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle) para alcanzar los objetivos de emisiones de CO2 marcados por la UE y empezar a “educar” a los usuarios en la utilización de vehículos eléctricos, al tratarse de un paso intermedio hacia dicha propulsión y aportando importantes ventajas para los usuarios:

  • Cuando superan los 40 km de autonomía 100% eléctrica (cosa que ya superan todos los PHEV actuales del mercado), acceden a la identificación “CERO” de la DGT, con acceso a las ciudades en periodos de alta contaminación, acceso a las zonas de bajas emisiones, aparcamiento gratuito y sin límite de tiempo en zonas reguladas, uso de carriles Bus-VAO, además de incentivos fiscales y subvenciones institucionales en su compra.
  • Limpieza de emisiones y placer en la conducción con uso 100% eléctrico, sin vibraciones ni ruidos.
  • Usando exclusivamente la energía eléctrica en los recorridos de alcance de su autonomía, se obtiene un importante ahorro al ser dicha energía considerablemente más barata (coste medio del kWh 0,25 €, con un consumo medio de 15 kWh/100 km, lo que supone 3,6 € por 100 km recorridos.), aunque a pesar de la extremada subida del precio de las energías y los combustibles, esta diferencia sigue existiendo aunque en bandas mayores de coste comparativo.
  • Algunas compañía de seguros han elaborado ya pólizas especialmente diseñadas para este tipo de coches, siempre con costes algo más bajos (al poder prever menores intervenciones y riesgo de costes de reparaciones), lo que en cierta medida aligera este coste anual del coche también.
  • A pesar de la servidumbre de tener que cargar el coche, no es necesario invertir, para este tipo de propulsión, en un punto de carga específico ya que bastaría con unas 7 horas de media para recargar (con batería mediamente de 5 kWh de capacidad) en una toma convencional de 2,3 kW y 10 Ah.
  • En caso de no poder acceder a recargar la batería, siempre se puede seguir utilizando con el motor de combustión interna con total normalidad, disponiendo en casi todos los modelos del mercado de la posibilidad de recarga en circulación y también de guardar la energía eléctrica acumulada para su uso en zonas de bajas emisiones posteriormente.
  • A pesar de su mayor complejidad mecánica, al tratarse prácticamente de dos coches en uno, no conllevan engorros para el usuario ya que se manejan como hasta ahora pero con cambio automático y normalmente cuentan con funciones para adaptarse a diferentes situaciones que se aprenden intuitivamente con facilidad.
  • El mantenimiento de la parte eléctrica es realmente irrelevante.
  • Este tipo de vehículos híbridos enchufables acceden actualmente a incentivos gubernamentales a la compra, que se verán renovados en los próximos tiempos hasta la implantación total de las motorizaciones electrificadas.

Siendo justos, los coches PHEV también tienen una serie de hándicaps que, aunque de menor consideración, debemos reseñar:

  • Puede que el más evidente sea su precio que al estar influido muy directamente por el coste actual de las baterías, supone un plus, a veces importante, sobre versiones térmicas con prestaciones similares comparables, si bien este precio extra es perfectamente recuperable en poco tiempo con el correcto uso de esta tecnología.
  • Sensible incremento del peso al contar, además de la batería, con dos motores y todos los sistemas imprescindibles para su funcionamiento, cosa que los fabricantes han girado en positivo al realizar un reparto de pesos adecuado y mejorar el centro de gravedad de los coches, consiguiendo así mayor seguridad en la conducción.
  • En algunos casos, debido a la incorporación del sistema eléctrico y la batería se pueden mermar algunas capacidades funcionales como el maletero o el número de plazas, cuestión que los fabricantes ya vienen prácticamente superando con buenos estudios de diseño.

Por todo lo detallado, no cabe duda de que acceder a la compra actualmente de un híbrido enchufable es, sin duda, un buen negocio para cualquier usuario, además de ser también útil para acostumbrase cada vez más a una movilidad 100% electrificada que nos está llegando a medio plazo.