El SSC Tuatara ya es el coche más rápido del mundo

24 octubre, 2020
GERARDO ROMERO-REQUEJO M.
Con 331 mph, establece un nuevo récord de velocidad

El «hypercar» SSC Tuatara consigue ser el coche de producción más rápido del mundo, al alcanzar unos escalofriantes 508,73 km/h de velocidad media, batiendo el anterior récord de Bugatti.

La primera compañía de Estados Unidos especializada en la producción de hipercoches, SSC North America, vuelve a reclamar el codiciado título de «Vehículo de producción más rápido del mundo» con su SSC Tuatara de 1.750 CV de potencia, arrebatándole el preciado trofeo al Bugatti Chiron logrado en 2019 tras alcanzar los 490 km/h, y que previamente había conseguido al batir la marca del Koenigsegg Agera RS en 2017, con 457 km/h.

Y es que SSC ya logró con su primer super deportivo de producción, el Ultimate Aero TT, batir el récord de velocidad en 2007 con 413, 83 km/h, gracias a su especial aerodinámica y a sus 1.180 CV exprimidos de un V8 biturbo, poniéndose como meta a futuro el poder llegar a los 500 km/h.

“Nos vemos como un pedazo de historia que esperamos inspire a otros a romper sus propios límites”, afirmó Jerod Shelby (no, no pertenece a la familia del mítico Carroll Shelby), director ejecutivo y fundador de Shelby Super Cars (SSC). “La única forma de llegar a donde estamos hoy es rompiendo el nuestro. Lograr una hazaña de ingeniería que empuja los límites de un automóvil de producción por un margen tan grande es emocionante e inconcebible, incluso para mí. Estamos entrando en una época en la que ya no nos enfrentamos al límite de las máquinas, sino al factor humano. El Tuatara es un testimonio de esto”.

Jerod O. Shelby (1968), ingeniero mecánico y con 7 patentes a sus espaldas en herramientas médicas de grabación y reproducción en 3D para la detección precoz del cáncer de mama, desde pequeño fue un apasionado de la velocidad, participando en la competición nacional de karting en los Estados Unidos. El éxito de su trabajo le llevó a crear la compañía Shelby Super Cars, donde construiría el coche de sus sueños.

El día del récord

La mañana del pasado sábado 10 de octubre, en las afueras de Las Vegas cerca de Pahrump, Nevada, y tras recibir las últimas indicaciones de Shelby, el piloto de carreras profesional, Oliver Webb, se puso al volante del SSC Tuatara para lanzarlo a máxima velocidad por un tramo de 7 millas (11.265 m) de la Ruta estatal 160.

Los comisarios estaban estratégicamente colocados para verificar que se cumplieran todos los criterios del récord mundial, incluida la revisión de las mediciones de GPS por el especialista Dewetron, que rastrearon las carreras de velocidad empleando para ello un promedio de 15 satélites, y para confirmar el nuevo récord.

“Han pasado diez años desde que ostentamos este récord con nuestro primer coche, el Ultimate Aero, y el Tuatara está muy por delante. Su desempeño refleja la dedicación y el enfoque con el que perseguimos este logro”, comentó Jerod Shelby. “Estuvimos muy cerca de alcanzar los números teóricos, lo que es asombroso en un entorno del mundo real en una vía pública. El nuevo reclamo de Estados Unidos por la victoria en la ‘carrera espacial terrestre’ será difícil de superar”.

“Definitivamente había más allí. Y con mejores condiciones, sé que podríamos haber ido más rápido”, dijo Oliver Webb, quien pilotó la carrera récord. “A medida que me acercaba a 331 mph (532 km/h), el Tuatara subió casi 20 mph (32 km/h) en los últimos 5 segundos. Todavía estaba tirando bien. Como le dije a Jerod, el coche aún no se estaba quedando sin combustible. Los vientos cruzados son todo lo que nos impidió darnos cuenta del límite del coche”.

Webb empujó el SSC Tuatara a una velocidad promedio de 316,11 mph (508,73 km/h) tras dos pruebas consecutivas de alta velocidad de 301,07 mph (484,53 km/h) y 331,15 mph (532,93 km/h). De acuerdo con los criterios de récord, el Tuatara recorrió en direcciones opuestas la misma carretera, registrando sus velocidades en una hora, para romper el récord mundial de «Vehículo de producción más rápido» al hacer una media de 508,73 km/h.

Además del récord de “Vehículo de producción más rápido», el SSC Tuatara batió los récords mundiales de “Milla de vuelo más rápida en una vía pública” a 313,12 mph (503,92 km/h); “Kilómetro de vuelo más rápido en una vía pública” a 321,35 mph (517,16 km/h) y “Velocidad más alta alcanzada en una vía pública” a 331,15 mph (532,93 km/h).

El coche

Dotado de un poderoso motor V8 de de 5.9 litros desarrollado y construido en colaboración con Nelson Racing Engines, dispone de un cigüeñal plano y doble turbo hecho a medida, desarrolla 1.750 CV. Esta desorbitada potencia se transmite a una caja manual computerizada de 7 velocidades CIMA que trabaja al unísono con un sistema Automac AMT de última generación que opera el acoplamiento y la selección del movimiento en la caja de cambios.

El SSC Tuatara posee el mejor coeficiente de resistencia aerodinámica de un «hipercar» de producción (0,279), gracias al diseño de Jason Castriota (Bertone y Pininfarina), realizado a partir de un robusto y ligero chasis monocasco de fibra de carbono. Su especial diseño de carrocería testado en el túnel de viento de la NASA en Langley (Virginia), le permitió mantener un equilibrio aerodinámico perfecto del 37% en la parte delantera y el 63% en la parte trasera de 150 a 330 mph (de 241 a 531 km/h), garantizando una precisa fuerza aerodinámica en las cuatro ruedas.

Otra parte fundamental de cualquier hipercoche es el contacto con el asfalto, para lo cual se volvió a confiar a Forgeline Motorsports para suministrar sus ruedas de la serie Carbon + Forged (resistentes y ligeras), en asociación con el conocido fabricante de llantas de carbono, Dymag, con la tarea de cumplir con este esfuerzo dinámico y estético extremadamente importante.

Basados ​​en las ruedas CF201 de Forgeline, utilizan un centro de aleación forjado patentado, junto con los barriles de fibra de carbono patentados de Dymag diseñados para ofrecer la rigidez y durabilidad necesarias para rendir en el pico del rendimiento del hipercoche. Los neumáticos (de calle) empleados fueron unos Michelin Pilot Sport Cup 2 estrictamente de serie que respondieron adecuadamente en estas condiciones extremas de rodaje.

Como nota curiosa, de la grabación de esta proeza se encargó a Driven Studios, empleando técnicas de vanguardia desde un jet subsónico T-33 de Pursuit/XM2 volando a ras del suelo (hasta un metro y medio), dado que su velocidad de hasta 400 mph podría seguir el ritmo del Tuatara sin problema. Como complemento, un helicóptero con el mismo sistema Shotover con el mismo giroestabilizado que el T-33, varios drones y cámaras terrestres también capturaron diferentes tomas dinámicas. El amplio paisaje y los cielos abiertos del estado de Nevada proporcionaron un campo visual perfecto para filmar al SSC Tuatara en plena acción.

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