Cómo es la ITV de un coche electrificado y eléctrico puro

1 abril, 2022
JAVIER GETE
¿Es igual que la de un vehículo de combustión interna?

Ahora que los coches electrificados y eléctricos empiezan a llevar algún tiempo entre nosotros, en todos los segmentos y formas (SUV, turismos, vehículos comerciales, e incluso motos), una de las dudas que empieza a surgir con fuerza es sobre la ITV (Inspección Técnica de Vehículos) de los mismos.

Coincidiendo con los coches de motor térmico, varios condicionantes que son exactamente iguales:

  • Los coches electrificados y eléctricos tienen la obligación de pasar el trámite de la ITV, aunque con algunas condiciones especiales, siempre debiendo pasar la primera ITV a los 4 años de la primera matriculación del vehículo (como hasta ahora).
  • Los periodos entre inspecciones son los mismos que los vehículos de combustión interna: la primera a los cuatro años, las próximas cada dos hasta llegar a la década, y el resto cada año.
  • Las pruebas y elementos a revisar son en la mayoría las mismas aunque con algunas variaciones en cuanto a elementos a revisar.

Conviene siempre recordar que hay compañías de seguros que son especialistas en pólizas para coches ecológicos (eléctricos y electrificados), que ya disponen de seguros para coches eléctricos, adaptando sus coberturas y precios a esta nueva realidad.

¿Cuáles son las diferencias en la ITV de un coche eléctrico o electrificado?

Sin duda la prueba estrella en cuanto a quebraderos de cabeza y a la que más acostumbrados estamos es la de control de las emisiones mediante introducción de un elementos de detección en el tubo de escape que aporta esta información tras acelerones varias del motor a un ordenador de control.

Los vehículos eléctricos puros tienen por naturaleza unas emisiones “cero” y lógicamente esta prueba de emisiones no se realiza en la ITV, al igual que se eliminan las revisiones de posibles fugas de aceite (el motor no cuenta con depósito de aceite), de sonoridad exterior (emisión sónica “cero”) y la revisión de sus componentes anticontaminación (no los lleva).

Todas estas exenciones de pruebas y controles en los vehículos eléctricos hacen que el proceso para obtener el certificado de la ITV se bastante más rápido que un coche convencional, aunque es cierto que por el momento no existe un protocolo específico para el análisis del estado de la batería, la estanqueidad de la misma, la salud de las conexiones eléctricas y el funcionamiento del inversor de corriente, cosa que en su momento ampliará las pruebas y este ahorro de tiempos se verá reducido.

En el caso de los vehículos híbridos o híbridos enchufables, el proceso de la ITV no varía en absoluto respecto a los coches con motor térmico convencionales, ya que al contar con su correspondiente motor térmico tienen que pasar todas las pruebas habituales, incluida la de emisiones clásica, fugas de aceite, ruido y revisión de los componentes anticontaminación.

En el caso de pasar la ITV de un vehículo con “Extensor de autonomía (REEV)”, el proceso es también algo diferente. Se trata de un motor pequeño de combustión interna que utiliza gasolina para aumentar las distancias en los periodos de recarga eléctrica, no siendo utilizado dicho propulsor para mover las ruedas en ningún caso (no es un híbrido al uso), sino que la propulsión la realiza siempre el motor eléctrico (es al caso ya de unos cuantos modelos en el mercado).

En este caso, dado que no existe un reglamento específico para este tipo de vehículos aún, dependerá del punto en que se pase la ITV, ya que dada la confusión que existe sobre este tipo de vehículos es posible que exijan la realización de las prueba de emisiones.

Elementos que se inspeccionan en la ITV de un coche eléctrico

Prácticamente las pruebas y verificaciones son comunes con las que se vienen realizando en los vehículos convencionales, a excepción de lo citado anteriormente:

  • Documentación. Se comprueba en la documentación que todo coincide perfectamente: marca, modelo, número de bastidor y matrícula. La acreditación del seguro ya no se solicita porque los centros de ITV tienen acceso a la base general para acreditar que el vehículo está asegurado.
  • Carrocería y chasis. Se verifica la inexistencia de óxido o corrosión en la carrocería, el estado de las lunas, los espejos retrovisores, los limpiaparabrisas, y la apertura y cierre de las puertas.
  • Interior. Se revisan los asientos, los cinturones y la visibilidad del conductor.
  • Alumbrado y señalización. Se verifica el funcionamiento de las luces, y la orientación de las luces de cruce y carretera.
  • Frenos. Equilibrio de frenada, verificando que el pedal de freno y el freno de mano funcionen sin variaciones entre las ruedas de un mismo eje.
  • Dirección. Verificación del volante, la caja de dirección y las rótulas.
  • Ejes, llantas, neumáticos y suspensión. El vehículo se coloca sobre plataformas vibratorias para verificar el buen estado de rótulas, cojinetes, rodamientos y palieres. Se comprueba también que las ruedas y neumáticos estén homologados para ese modelo y el estado de la banda de rodadura.

¿Cuánto cuesta la ITV de un coche eléctrico?

En contra de lo que se podría intuir al realizarse menos pruebas, el precio de la ITV se mantiene igual o similar que para el resto de los vehículos gasolina, con la aplicación de los descuentos conocidos en su caso y sin ninguna variación. Más o menos, como media actual, la ITV viene a costar entre 35 – 50€, dependiendo de la ubicación provincial de la estación de ITV o las promociones y gestión en cada caso.