Regreso al futuro
A muchos no les sonará la marca ATS, y sin embargo, tras su medio siglo de vida es una firma artesanal italiana que dejó tras de sí un grato recuerdo de su saber hacer, ahora rescatado en este 2.500 GT que recupera el nombre de su precioso coupé de 1964, así como parte de su diseño. Su precio será superior a 500.000 euros.
ATS son las siglas de Automobili Turismo e Sport, una pequeña marca artesanal que como otras (ASA, Lamborghini, etc) nacieron como fruto de la rebelión en Ferrari de parte de sus ingenieros contra el “gran capo” Enzo Ferrari. Este enfrentamiento (conocido en la prensa italiana como la “rivoluzione di palazzo” enfrentó al creador y máximo jefe de la marca del “cavallino” contra la mayoría de su equipo técnico en un momento difícil para la marca (otoño de 1961) cuando Ford decidió competir directamente con ella en el terreno deportivo.
El resultado es bien sabido; Enzo Anselmo Ferrari, “il commendattore” despidió a la mayoría de ellos (que propugnaban una oferta más comercial de modelos) aunque luego les haría caso en parte. Pero ya se sabe, las decisiones del jefe no se cuestionan… Uno de los ingenieros damnificados tras la revuelta, Carlo Chiti creó ATS con el apoyo de Giotto Bizarrini (el posterior creador de los Iso Rivolta y padre del Iso Grifo Bizarrini) y del conde Volpi (propietario de la escudería veneciana la Serenissima).
No fue un parto fácil, aunque en marzo de 1962 ATS anunció en Ginebra su primera criatura, el 2500 GT, un bonito coupé biplaza de motor central (en el que se inspira claramente este hermano suyo más de medio siglo después), y del que producirían una quincena de unidades. Luego, en 1964 surgiría el 2500 GTS, con ligeras modificaciones y animado siempre por un motor V8 2.5 que en su última versión anunciaba 210 CV de potencia. Se hicieron unas pocas unidades y finalmente ATS languideció tras la salida de sus principales promotores.
Carlo Chiti (que había diseñado el primer monoplaza de competición con motor central de Ferrari, el 156, un Fórmula 1 con un diseño similar al de los actuales con el que Ferrari ganó el campeonato mundial de 1961) fue fichado por Alfa Romeo (precisamente la marca matriz de Ferrari, de la que se desgajó en 1947) y acabó dirigiendo su división deportiva, Autodelta.
Giotto Bizarrini (padre del motor V12 del primer Ferrari “Testarrossa” y de los 250 GTO y SWB) acabó en Lamborghini (fichado por el propio Ferruccio Lamborghini, que se enfadó con Ferrari siendo cliente de la marca cuando al protestar en Maranello por su fiabilidad, recibió como respuesta de Enzo Ferrari que a él “no le iba a enseñar a construir coches un fabricante de tractores”). Y claro, se puso a fabricarlos él también… Bizarrini creó para su nuevo patrón el primer V12 de Lamborghini, iniciando una historia que aún sigue. Al frente de ATS sólo siguió Romolo Tavoni, ex director deportivo de Ferrari, despedido junto a Chiti, y que finalmente también acabaría arrojando la toalla.
Nuevo propietario, nuevo coche.- ATS apenas mantuvo actividad, pero no desapareció, y ahora resucita tras haber sido adquirida por la empresa DM9, propiedad de Daniele Maritan, quien además se ha encargado de resucitar también el 2500 GT de hace 53 años con un heredero biplaza de similar diseño, con motor central (un V8 atmosférico) combinado bien con un cambio manual de 6 marchas o una caja secuencial también de seis, enviando el par motriz a las ruedas traseras a través de un diferencial autoblocante. Es un coche elegante y deportivo, de estampa clásica (la marca define su línea como “clásica y moderna” a la vez, lo mismo que su interior “deportivo y retro”) que recuerda al primer 2500 GTS.
Pero dejando a un lado las similitudes de diseño y el “perfume vintage” al que alude su constructor, las coincidencias se acaban ahí: el ATS 2500 GT de 2015 está realizado sobre un bastidor de fibra de carbono, con carrocería del mismo material, y su motor V8 atmosférico (del que curiosamente ATS no facilita ni origen ni cilindrada, aunque su V a 90º permite presuponer procedencia norteamericana) da 640 CV a 10.000 rpm, o sea 430 más que su ancestro de 1964, logrando un peso final por debajo de la tonelada (sólo 950 kg) que le asegura unas prestaciones de auténtico superdeportivo, superiores al de muchos Ferrari y Lamborghini: 2,9 segundos de 0 a 100 km/h y 340 km/h de velocidad punta.
Sus proporciones son bastante compactas, con una longitud de 4,25 m por 1,98 m de ancho (y una altura de sólo 1,15 m) sobre una plataforma de 2,44 m de batalla. La célula central de fibra de carbono cuenta con una jaula antivuelco integrada, aunque ATS también propone la solución (sin duda más barata, aunque menos ligera) de un chasis multitubular. Los paneles internos y del suelo son de aluminio, y como modelo artesanal de encargo que es, no hay anunciados ni precio oficial ni producción prevista, aunque algunas estimaciones lo sitúan por encima de los 500.000 euros.
Por lo demás, el coche tampoco presenta innovaciones muy espectaculares, recurriendo en mínima medida a las ayudas electrónicas imprescindibles. La amortiguación variable es de Ohlins y las suspensiones independientes de ambos ejes lo son a base de triángulos superpuestos simétricos, mientras que los frenos montan discos de acero (no carbocerámicos) de 360 mm delante y 355 detrás, con pinzas de 6 pistones (y en la unidad inicial construida, sorprendentemente sin ABS). El tren rodante recurre a llantas de 9 x 18” (en opción de 10 x 19”) de aleación forjada, en opción con un solo tornillo de fijación central, y el depósito de gasolina, de sólo 50 litros de capacidad (muy poca para el consumo de un motor de 640 CV) también está hecho de aluminio.
Del interior poco se sabe, ya que se está terminando de definir, salvo que monta un volante Nardi forrado en Alcántara; se supone que asientos y materiales se eligen de común acuerdo con el cliente. El primero (y único hasta ahora) ATS 2500 GT construido bajo la nueva etapa se presentó en el concurso monegasco de elegancia Top Marques, celebrado esta primavera en Montecarlo, pero la marca ya ha declarado que admite pedidos a través de su web «www.ats-automobili.com», aunque precio y plazo de entrega sigan aún pendientes de confirmación. En todo caso, es una grata resurrección que quizá venga a animar con una suave brisa italiana este peculiar mercado de los superdeportivos tan dominado hoy por el anticiclón germano.