¿Quién dijo “downsizing”?
El Bentley Mulsanne fue novedad en Ginebra junto a los demás Mulsanne remodelados, pero lo que llama la atención de esta versión de batalla larga EWB (nada menos que 3,52 m), son sus mastodónticas dimensiones, que hacen de él un Mulsanne “limusina” con sus 5,83 m de largo, y un peso total en vacío de 2.730 kg.
Por primera vez, la familia del Mulsanne cuenta con tres modelos distintos, cada uno con su propia imagen y prestaciones: el Mulsanne, el Mulsanne Speed y el Mulsanne Extended Wheelbase (por “batalla ampliada”, EWB). Dentro del “restyling” general de los tres sobre el Mulsanne ya conocido de finales de 2009, los principales cambios se centran en el frontal, con nuevos parachoques y una parrilla 8 cm más ancha. Los faros siguen siendo redondos y ahora con lámparas de diodos para todas sus funciones (antes combinaba diodos y xenón).
Detrás son también nuevos parachoques y grupos ópticos, con distinta distribución de funciones. En el caso del nuevo Mulsanne Extended Wheelbase, se ha diseñado pensando en los pasajeros de los asientos traseros, ganando 25 cm en espacio para piernas, con reposapiés extensibles imitando a los de los aviones y se ha incorporado un techo solar especial para la zona posterior del habitáculo.
En el interior los pasajeros (sólo 4, dos delante y dos detrás) podrán encontrar las guarniciones más refinadas del mundo en madera, piel y metal. Además, incorpora asientos rediseñados, nuevos reposabrazos y molduras de las puertas, exclusivos interruptores de cristal y una oferta con hasta 24 tonos de piel para su tapicería (total o combinados). Además, ofrece también un paquete de avanzadas tecnologías, entre ellas el nuevo sistema “infoocio” con pantalla táctil de 8” y disco duro de 60 Gb, creado especialmente para él.
El Mulsanne Extendend Wheelbase (EWB), mostrado en versión bicolor (crema y marrón), está pensado para los clientes que prefieren ir de acompañantes (o sea con chófer) y que pretende recrear un confort similar al de un vuelo en primera clase, pero sobre ruedas. Gana nada menos que 25 cm de batalla (que pasa de 3,27 a 3,52 cm), que se traduce en un mayor espacio para las piernas de los pasajeros de los asientos traseros. Gracias a este cambio significativo en el espacio interior, el Mulsanne EWB se convierte indiscutiblemente en la limusina de lujo de proporciones más generosas del mundo (5,83 m de largo, 1,54 m de alto y 1,93 m de ancho, que con los retrovisores desplegados llega a 2,21 m), y en el medio de transporte más cómodo (según Bentley, claro) sobre 4 ruedas.
Pensando en aprovechar todo el espacio adicional para las piernas del habitáculo trasero, Bentley ha desarrollado unos reposapiés electrónicos similares a los de los aviones, los cuales quedan integrados en las bases de los dos asientos traseros. Ofrecen la posibilidad de extenderse hacia afuera y de girar para que los pasajeros puedan elegir entre viajar sentados rectos, relajados o reclinados.
Una consola equipada de lujo separa los dos asientos traseros del Mulsanne EWB, cumpliendo una función tan ornamental como práctica, realizada en piel, cristal, metal, con chapados artesanales. Incluye tomas USB, portabolígrafos, posavasos y un hueco de almacenamiento con tapa de cristal. Los pasajeros que deseen trabajar durante el trayecto, pueden especificar los dos asientos traseros con una mesa plegable, mientras que la privacidad a bordo se asegura con las cortinas eléctricas de serie montadas en la parte de atrás (con su forro interior en negro o color champán). También tienen a su disposición dos tabletas de 10,2” (con sistema operativo Android) con conexiones WiFi, 4G y Bluetooth. Y en opción, se puede pedir un equipo de sonido especial (“Naim for Bentley Premium Audio”) con 20 altavoces, 20 canales y nada menos que 2.200W de potencia.
Asimismo, los ocupantes de los asientos traseros pueden disfrutar de un techo solar de grandes dimensiones, accionable tanto por los pasajeros como por el conductor, compuesto de un panel de vidrio deslizable e inclinable (con persianas de Alcántara), con el que se ilumina de luz natural el gran habitáculo ampliado de este Mulsanne EWB. Y quienes deseen que su vehículo se distinga aún más del resto pueden elegir entre una amplia variedad de combinaciones de pintura exterior a dos tonos u optando por las nuevas llantas de 21”, con neumáticos de 265/40 (frente a los 265/45 de las llantas de 20” originales). La suspensión es la neumática ya conocida en su antecesor, con amortiguación variable inteligente, ahora modificada con un selector «Drive Dynamic Control», situado junto al del cambio automático, que permite modificar la dureza de suspensión y dirección bajo tres programas predefinidos (Bentley, Sport y Confort), más un cuarto (Custom) para elegir los ajustes a gusto del conductor.
La mecánica de este Mulsanne EWB es el ya conocido motor V8 de 6,75 litros de cubicaje, sobrealimentado por dos turbocompresores (uno por bancada). De las dos versiones de este motor, el EWB monta la más tranquila de 512 CV y 104 mkg de par (la más potente, con 537 CV y 112,2 mkg, se reserva al Mulsanne Speed… y al EWB Grand Limousine Mulliner). De todos modos más que suficiente para arrojar unas prestaciones de infarto a través de su cambio automático ZF de 8 relaciones, acelerando de 0 a 100 km/h en tan sólo 5,3 segundos siendo capaz de alcanzar los 296 km/h de velocidad máxima…
Hay que decir que este enorme motor (con unos «pistonazos» de casi 850 cc cada uno) cuenta al menos con el sistema de desconexión parcial de cilindros (“on demand”) además de la distribución variable, que al menos reducirán algo su formidable apetito (el consumo oficial homologado es de 14,6 lts/100 km, con una emisión de CO2 de… ¡342 grs/km!). La era de los dinosaurios ha llegado a Bentley.